El voto latino será decisivo en las elecciones presidenciales de 2024 en estados como Arizona, Nevada y Georgia. En el Mes de la Herencia Hispana, Factchequeado explica por qué esta comunidad es blanco de la desinformación. Sobre todo, de la electoral.
Las comunidades latinas son la minoría más numerosa de Estados Unidos. Ahora superan los 60 millones de personas y en las elecciones de 2020 ya eran la primera minoría votante. Se calcula que para 2060 los latinos que vivan en Estados Unidos serán 111 millones. Más de 34.5 millones de latinos y latinas son elegibles para votar y cada año, unos 800,000 se convierten en ciudadanos estadounidenses. Además, anualmente, un promedio de 2 millones de personas latinas cumple 18 años en Estados Unidos y está lista para emitir su primer voto. La influencia del voto latino crece y con ella, el interés de los malos actores por tenerlos en la mira de la desinformación.
Los datos anteriores, del Pew Research Center, sumados a otras particularidades como la poca disponibilidad de información confiable en su idioma o el uso de aplicaciones de mensajería instantánea, donde los contenidos se viralizan, son algunos de los factores que Factchequeado ha identificado para que las comunidades latinas que viven en Estados Unidos sean target de la desinformación. Sobre todo de aquella que busca confundirlos en la toma de decisiones que impactan en la democracia, su estatus migratorio, el ejercicio de derechos, el acceso a servicios de salud, financieros y otros.
Factchequeado, una iniciativa colaborativa para combatir la desinformación que circula en español en Estados Unidos, ha detectado algunas razones por las cuales, los latinos y latinas son más vulnerables a este fenómeno:
• Su influencia como votantes. Los desinformadores, por un lado, buscan hacer virales sus mensajes, quieren alcanzar a una audiencia amplia y las comunidades latinas lo son. Además, los hispanos son el colectivo mayoritario en varios estados, de manera que sus votos son decisivos en esos lugares. Por eso, son un objetivo muy claro para los que quieren manipular a la población para conseguir beneficios políticos.
• WhatsApp. El uso de WhatsApp es un rasgo que diferencia claramente a las comunidades latinas del resto de la población estadounidense. Los datos de Pew Research indican que los hispanos (46 %) son mucho más propensos a decir que usan WhatsApp. Ese alto uso de WhatsApp puede resultar problemático porque se trata de una aplicación que se ha acreditado que se puede emplear para difundir desinformación de forma masiva. Además, al funcionar con mensajes privados y encriptados es muy difícil de monitorear. Esa sensación de cercanía con su público unido a las dificultades para moderar los contenidos hace que las aplicaciones de mensajería sean un recurso habitual para extremistas y defensores de teorías de la conspiración.
Además, en el caso de las comunidades latinas, esos grupos de WhatsApp son una de las principales herramientas para estar en contacto con sus familiares y amigos de sus países de origen. Esto hace que la desinformación que llega a estas comunidades sea muchas veces la misma que circula por otros lugares de Latinoamérica y, en ocasiones, distinta de la que se dirige al resto de ciudadanos estadounidenses. Es decir, hay una especificidad de la desinformación en español que llega a estas comunidades de la diáspora a través de un canal tan difícil de monitorear como es WhatsApp y que pasa por debajo del radar de las instituciones, empresas y organizaciones que se centran en luchar contra la desinformación que se difunde en inglés.
• El idioma. El español es el idioma más hablado en los Estados Unidos aparte del inglés, con más de 41 millones de personas que lo usan habitualmente en su casa, según la Oficina del Censo estadounidense. El peso del español en la sociedad estadounidense no se corresponde, en muchas ocasiones, con el trato que recibe este idioma de las instituciones públicas y privadas y los medios de comunicación. Esta falta de atención al español se deja notar en lo que se refiere a la desinformación. Muchos latinos y latinas no se sienten cómodos cuando tienen que usar el inglés y no encuentran la información fiable que necesitan en español en asuntos claves que necesitan para mejorar su calidad de vida (procesos electorales y migratorios y temas de salud, por ejemplo) . Así, mientras que los desinformadores han puesto a las comunidades latinas en su punto de mira y generan narrativas y desinformación concretas dirigidas a ellas, las respuestas para tratar frenarlos tardan en llegar y han sido, hasta ahora, dispersas e insuficientes.
Los problemas con la desinformación no dependen únicamente del idioma. Hay investigaciones que destacan que las circunstancias en las que viven las comunidades latinas o las vías a través de las que reciben información son importantes. Además, dentro de los grandes temas de debate donde es habitual que aparezca la desinformación, como la política o la sanidad, los desinformadores utilizan narrativas específicas para llegar de manera más efectiva a los latinos.
“El idioma común no es la única característica que utilizan los desinformantes para tratar de manipular a los latinos. Las redes sociales que emplean, la manera de comunicarse y relacionarse online entre ellos y con sus familiares y amigos de sus países de origen, los temas que más les preocupan, sus miedos y su desconfianza hacia ciertas instituciones también se tienen en cuenta a la hora de generar la desinformación dirigida a ellos”, afirma Laura Zommer, Co-Founder de Factchequeado.
Con las elecciones de 2024 asomándose, la lucha contra la desinformación hacia las comunidades latinas se vuelve fundamental. Desde Factchequeado reconocemos que sólo a través del trabajo conjunto y la colaboración podemos hacerle frente de manera efectiva. No alcanza la tarea periodística para hacerlo, sino que hay que sumarle experimentación y aspectos educativos, tecnológicos y de investigación para ser efectivos.
Factchequeado es una iniciativa de Maldita.es y Chequeado para construir una comunidad de hispanos y latinos para contrarrestar la desinformación en español en Estados Unidos. Creemos que el periodismo es un servicio de interés público y como tal, debe ser transparente, innovador, de calidad y colaborativo. Si te interesa sumarte, escríbenos a [email protected]