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Las afirmaciones falsas o sin evidencias de Robert Malone sobre la vacuna contra la COVID-19 para niños

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Se ha viralizado un video de Robert Malone, virólogo e inmunólogo estadounidense que ya ha difundido desinformación sobre la pandemia del coronavirus con anterioridad, en el que alienta a los padres a que no vacunen a sus hijos frente a la COVID-19.

En el video, Malone afirma que la proteína S generada por la vacuna es tóxica y que puede generar "daños permanentes" en los órganos de los niños. También dice que la vacuna "reinicia" el sistema inmune o que es un "experimento médico". No obstante, se trata de afirmaciones falsas o sin evidencias.

No hay evidencias de que la proteína S que generan las vacunas sea tóxica

Malone asegura que la vacuna frente al coronavirus "obliga al cuerpo de tu hijo a crear proteínas de pico tóxicas". Tal y como explican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), “las vacunas contra el COVID-19 de ARNm no pueden transmitirle el virus que causa el COVID-19 ni ningún otro virus” ya que en esas vacunas “no se usa virus vivo que cause el COVID-19”. Aseguran que tampoco es cierto que afecten a nuestro ADN ni interactúen con él de ninguna forma: “El ARNm nunca ingresa al núcleo de la célula, que es donde se aloja nuestro ADN (material genético), así que no puede modificar ni incidir en nuestro genes”, señalan.

De hecho, según los CDC la proteína en cuestión no dura demasiado en el organismo puesto que “nuestras células descomponen el ARNm y lo desechan dentro de los primeros días posteriores a la vacunación”. En concreto, recogen que “la proteína S, al igual que otras proteínas que produce nuestro organismo, puede permanecer en nuestro cuerpo por unas semanas”.

Entonces, ¿cómo funciona la proteína S o Spike? En la página de información de los CDC, se detalla que dicha proteína “está presente en la superficie del virus que causa el COVID-19” y que una vez el organismo ha fabricado esa “porción inocua” de la proteína, “nuestras células descomponen el ARNm y lo eliminan”.

“Luego, nuestras células despliegan la proteína S sobre su superficie. Nuestro sistema inmunitario reconoce que esa proteína no debería estar allí. Esto desencadena la producción de anticuerpos por parte de nuestro sistema inmunitario, y activa la función de otras células inmunitarias que combaten lo que consideran una infección”, explican.

Según los CDC, el resultado es que “nuestros organismos aprendieron a protegerse de infecciones en el futuro por el virus que causa el COVID-19”.

Guillermo López Lluch, catedrático de Biología Celular de la Universidad Pablo de Olavide en España, indica a Maldita.es que la supuesta toxicidad de la proteína S no se ha demostrado. De hecho, el supuesto efecto tóxico de la proteína S producida por las vacunas es una desinformación recurrente que ya hemos verificado anteriormente.

En junio de 2021, antes de que se aprobaran las vacunas para niños de 5 a 11 años, Malone ya había afirmado que la proteína S generada por la vacuna es tóxica. Algo que fue desmentido por PolitiFact y Reuters, medios que forman parte de la International Fact-Checking Network (IFCN).

No se han observado los supuestos "daños" en órganos de los que habla Malone

Malone dice que la supuesta toxicidad de la proteína S (de la que no hay evidencias) causa "daños permanentes en los órganos críticos del niño", como en el cerebro y el sistema nervioso; en el corazón; en los vasos sanguíneos "incluyendo coágulos de sangre" y en el sistema reproductivo.

No obstante, estas supuestas reacciones adversas a la vacuna no se han observado. José Antonio Navarro Alonso, pediatra especializado en Inmunología y miembro del Comité editorial de la web de la Asociación Española de Vacunología (AEV), señala al medio de verificación Maldita.es que tras más de cinco millones de dosis administradas a niños de 5 a 11 años en Estados Unidos "los sistemas de vigilancia no han detectado nada al respecto".

La doctora Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, afirmó el pasado 10 de diciembre que el monitoreo de las vacunas para niños en el mundo real muestra que las vacunas son seguras. Walensky destacó que, hasta el momento, no se ha identificado ninguna preocupación respecto a la miocarditis (inflamación del músculo cardíaco).

Como apuntan los CDC, se han notificado casos “poco frecuentes” de miocarditis y pericarditis (inflamación de la membrana del corazón) en niños de 12 a 17 años después de que recibieran la vacuna de Pfizer-BioNTech. En concreto, el riesgo de que esto ocurra tras recibir la segunda vacuna de dicha compañía “fue de aproximadamente 54 casos por cada millón de dosis administradas a varones de 12-17 años de edad”. “Durante los ensayos clínicos, no se registraron casos de miocarditis en niños de 5 a 11 años que recibieron la vacuna contra el COVID-19”, concluyen.

En la misma línea, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), con las vacunas de Pfizer y Moderna para mayores de 12 años, señala que existe un riesgo "muy raro" de sufrir miocarditis y pericarditis (inflamación de la membrana que rodea el corazón). La incidencia es muy baja, de hasta un caso por cada 10.000 personas vacunadas. En cualquier caso, la EMA sigue recomendando el uso de estas vacunas porque los beneficios superan a los riesgos de sufrir la enfermedad grave y las posibles complicaciones. "Y como muestra la evidencia científica, reducen las muertes y hospitalizaciones por COVID-19", señala la agencia.

También lo recomiendan los CDC para todas las personas de cinco años o más ya que puede ayudar a proteger a miembros de su familia que no pueden vacunarse o a aquellos que podrían “tener mayor riesgo de enfermarse gravemente si se infectan”.

Además, según los CDC “la vacunación también puede ayudar a evitar que los niños se enfermen gravemente, incluso si contraen COVID-19”.

En los ensayos clínicos tampoco se han observado los supuestos efectos secundarios de los que habla Malone

En Europa, como indica la EMA, los efectos secundarios más comunes de la vacuna de Pfizer en niños de 5 a 11 años "son similares a los de las personas de 12 años o más". Esto incluye el dolor en la zona del pinchazo, enrojecimiento e hinchazón en esa zona, cansancio, dolor de cabeza, dolor muscular y escalofríos. "Estos efectos suelen ser leves o moderados y mejoran a los pocos días de la vacunación", asegura la agencia.

Así los detallan, por su parte, los CDC:

Información de la página web de los CDC

La vacuna no produce un "reinicio" del sistema inmune

En el video, Malone afirma que "lo más importante es que esta vacuna puede ocasionar cambios fundamentales en el sistema inmunológico" y que "no se puede reparar un reinicio genético del sistema inmune".

El catedrático español López Lluch señala que los cambios que se producen en el sistema inmune tras la vacunación son para responder al antígeno. "Esos cambios sólo afectan a las células que responden al antígeno. El resto de células no se ven afectadas. Por eso, la afirmación de que se producen cambios fundamentales en el sistema inmunológico como si todo el sistema reaccionase por igual es una afirmación muy engañosa", apunta.

Asimismo, el experto afirma que no hay ninguna relación entre la vacuna y un supuesto "reinicio del sistema inmunológico. Eso no tiene sentido".

Las vacunas contra la COVID-19 no son experimentales

"Les pido que se pregunten, como padre que soy al igual que ustedes, si es que quieren que su hijo sea parte del experimento médico más radical en la historia de la humanidad". Esto afirma Malone en su video. No obstante, las vacunas contra la COVID-19 no son un "experimento médico".

Roger Solanas, farmacéutico y experto en ensayos clínicos, explica a Maldita.es que un fármaco experimental es aquel en el que desconocemos "su utilidad, su dosis, sus efectos adversos o cualquier otro aspecto de su seguridad o eficacia". En este sentido, los datos de los ensayos clínicos en los que se basa la aprobación de la vacuna para niños, "demuestran sin la mayor sombra de dudas que la vacuna es segura y eficaz y se conocen los efectos adversos que mayoritariamente puede provocar", asegura el experto. Estos efectos secundarios, como hemos explicado, son en su gran mayoría leves y de corta duración.

Además, tras la aprobación de una vacuna, se ponen en marcha los sistemas de farmacovigilancia para monitorizar los posibles efectos secundarios "muy raros" que se puedan dar y las reacciones adversas a largo plazo. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) explica en su web que los ensayos clínicos sirven para identificar las reacciones adversas más frecuentes. "Pero cuando las vacunas se aprueban, el trabajo no ha acabado. Al igual que con el resto de medicamentos, las agencias de medicamentos ponen en marcha sistemas de farmacovigilancia que permiten identificar reacciones adversas que sean muy poco frecuentes o que excepcionalmente puedan ocurrir tras un tiempo de haber recibido la vacuna".

Los beneficios de la vacunación frente a la COVID-19 de los niños de 5 a 11 años

"No existe ningún beneficio para tus hijos o para tu familia en vacunar a tus hijos contra los pequeños riesgos del virus, dados los conocidos riesgos de salud de la vacuna". Esto afirma Malone en el video.

Pero, como hemos indicado anteriormente, los datos apuntan a que la vacuna para niños de 5 a 11 años es segura y eficaz. Así lo recogen los CDC, quienes afirman que “antes de recomendar la vacunación contra el COVID-19 en niños, los científicos realizaron ensayos clínicos con miles de niños y no se identificó ningún problema de seguridad grave”.

El comité de medicamentos humanos de la EMA concluyó que los beneficios de la vacuna de Pfizer superan a los riesgos, "especialmente en aquellos con enfermedades que aumentan el riesgo de COVID-19 grave". Coincide con lo señalado por los CDC: “Los beneficios de la vacunación contra el COVID-19 superan los riesgos conocidos y potenciales”.

Si bien es cierto que, en general, los niños se infectan menos de coronavirus y enferman con menor gravedad de COVID-19 que los adultos, no es verdad que no exista ningún beneficio para ellos o para sus familias.

Quién es Robert Malone

En el video, Malone se presenta como el creador de la tecnología de ARNm. Sin embargo, como explica en este artículo el CAV-AEP, "la verdadera historia de las vacunas de ARNm es larga y compleja, y numerosos los investigadores (con importantes equipos detrás), las empresas e instituciones implicadas que han contribuido en distintos momentos y desde distintos enfoques".

A finales de los 80, Malone participó en dos trabajos importantes sobre el ARNm. En uno de ellos, desarrolló un método para la introducción de ARN en células utilizando un lípido sintético. Según López Lluch, a raíz de esta investigación se empezaron a utilizar liposomas para introducir ARN dentro de las células y que éstas produjeran una proteína. "Esa tecnología se ha usado para investigaciones sobre ciencia básica en células, para la terapia génica y ahora para las vacunas de ARNm", indica el catedrático. Y añade: "Pero eso es como decir que el que inventó la rueda participó en la invención de los automóviles. Digamos que puso una pieza importante, pero no que haya participado en las vacunas".

Durante la pandemia de coronavirus, Malone se ha dedicado a difundir desinformación sobre las vacunas contra la COVID-19. Según el CAV-AEP, también ha defendido el uso de fármacos ya conocidos para tratar la enfermedad, como la ivermectina. Sin embargo, no evidencias que apoyen el uso de este fármaco para tratar o prevenir la COVID-19 y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos desaconseja su uso.

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