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En el contexto de los ataques de Rusia a Ucrania, la principal estrategia de Occidente ha sido la imposición de sanciones económicas.
Desde el 22 de febrero, dos días antes de que Rusia iniciara la invasión a Ucrania, se han impuesto al menos 1.108 sanciones a Rusia, incluyendo a individuos y compañías relacionados con el gobierno ruso, de acuerdo con un relevamiento realizado por el medio alemán Correctiv.
Sin embargo, es importante destacar que la estrategia de sanciones contra el país liderado por Vladimir Putin no empezó ese día.
Desde marzo de 2014, cuando Rusia anexó Crimea, el total de sanciones alcanzó las 4.513.
Si analizamos los datos según el país de origen, la Unión Europea lidera el ranking con 458 sanciones aplicadas, seguida por Suiza, con 362; Estados Unidos, con 232; y Reino Unido, con 27.
Estas medidas no solo afectan a Rusia como país, sino que también se impusieron contra personas, compañías e instituciones. De acuerdo con el relevamiento de Correctiv, fueron alcanzados 907 individuos, 135 compañías, 65 instituciones y 1 buque.
Entre los individuos alcanzados por las sanciones se encuentran Putin, el ministro de Relaciones Exteriores Sergey Lavrov y Margarita Simonyan, editora en jefe de Russia Today, un canal de televisión financiado por el gobierno ruso.
Además, también se le aplicaron sanciones a Matthias Warnig, un empresario alemán con fuertes vínculos con Rusia y director ejecutivo de Nord Stream 2 AG, la empresa a cargo del gasoducto que conecta Rusia con Europa a través del Mar Báltico, y cuya aprobación Alemania suspendió en los últimos días.
Entre las compañías sancionadas se encuentran Sberbank, el banco más grande de Rusia, el canal de televisión Russia Today Europe, el Banco Central de Rusia y United Aircraft Corporation, empresa rusa dedicada al aeroespacio y la defensa.
Sobre la efectividad de estas medidas, Correctiv explica en su página web que las sanciones “pueden tener éxito cuando afectan a una gran parte de la economía y a actores influyentes, como el entorno de Putin. Una cosa es segura: las sanciones integrales en el sector financiero, en particular las de los grandes bancos privados, el Banco Central de Rusia y el sistema de pago SWIFT, ejercerán mucha presión”.
Y agrega que “aún así, hay muchas lagunas en lo que respecta a las sanciones. Por ejemplo, una empresa sujeta a un embargo en un país puede continuar exportando bienes a otros. Se pueden establecer empresas subsidiarias para disfrazar los flujos comerciales. El tiempo también juega un papel importante: si un país duda demasiado al decidir las sanciones, las empresas y las personas pueden transferir su dinero y sus activos financieros a otra parte”.
Por su parte, Ignacio Hutin, miembro del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) y especialista en temas de Europa Oriental, explicó en esta nota de Chequeado que “las sanciones pueden profundizar el vínculo Moscú-Beijing. Putin no hubiera tomado nunca esta decisión si no creyera que tiene una red de contención y seguridad que es China (…) Si las sanciones afectan muy duramente a Rusia, y también a Occidente porque las sanciones van a rebotar, lo único que va a hacer Rusia es comenzar a negociar cada vez más con China”.
