El pasado 23 de junio, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) ordenó a la empresa JUUL Labs que dejase de vender y retirase todos los productos que comercializa en este país. Esta es la empresa que vende el cigarrillo electrónico JUUL y varias cápsulas que aportan sabor al vapeo. La FDA tomó esta decisión después de que no hubiera evidencias suficientes sobre la toxicidad de estos productos; es decir, no hay forma de conocer si se trata de un dispositivo peligroso para la salud.
La empresa remitió una solicitud PMTA, un documento para aprobar productos de tabaco, en la que -según la FDA- no se aportó suficientes datos de seguridad, “incluso los relacionados con la genotoxicidad (posible daño al ADN) y la lixiviación (disolución) de sustancias químicas potencialmente nocivas de las cápsulas”. Del mismo modo, la FDA destaca que no hay forma de saber si existe un peligro al usar el dispositivo JUUL con otras cápsulas, o las cápsulas de JUUL en otros dispositivos de vaping
Esta obligación de la FDA a JUUL Labs solo afecta a la distribución comercial, importación y ventas de estos productos. No afecta a aquellas personas que ya tengan un JUUL, aunque la FDA aconseja a los consumidores que informen de cualquier problema de salud inesperado a través del portal de informes de seguridad del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Con este evento de actualidad, aprovechamos en Factchequeado para contar qué dice la FDA sobre el vapeo, qué señala la evidencia científica sobre los riesgos asociados a esta práctica, muy extendida entre jóvenes, y una comparativa de los cigarrillos electrónicos frente al tabaco regular.
Sistemas electrónicos de suministro de nicotina
Cigarrillos electrónicos, vapes, vaporizadores, vape pens, hookah pens, e-cigarettes… Los llames como los llames, para la FDA están todos dentro de una misma categoría: sistemas electrónicos de suministro de nicotina o ENDS, por sus siglas en inglés.
Todos estos productos utilizan un líquido para vapear (o e-liquid) que normalmente contiene nicotina derivada del tabaco, así como sustancias que dan sabor y aroma, propilenglicol (un compuesto orgánico líquido con múltiples aplicaciones), glicerina vegetal y otros ingredientes. Este líquido se calienta para crear un aerosol, que es lo que se inhala.
El contenido del líquido para vapear es diferente del contenido del aerosol que se inhala, y en absoluto es inocuo.
Según los CDC (Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos), este humo puede contener sustancias dañinas:
- nicotina, incluso en aquellos que se comercializan con 0% de nicotina,
- partículas ultrafinas que pueden llegar al fondo de los pulmones,
- diacetilo, un saborizante y sustancia química vinculada a una enfermedad, pulmonar grave (bronquiolitis obliterante)
- compuestos orgánicos volátiles; sustancias químicas que causan cáncer,
- metales pesados, como níquel, estaño y plomo, que pueden ser tóxicos y acumularse en el organismo.
Efectos en la salud de los cigarrillos electrónicos
Los cigarrillos electrónicos son un producto relativamente nuevo, sobre todo en comparación con el tabaco tradicional, que la humanidad lo ha usado desde hace milenios. Por ello, la evidencia científica sobre los efectos en la salud aún está construyéndose, especialmente en su impacto a largo plazo.
La nicotina, incluida en la mayoría de los cigarrillos electrónicos, es un “viejo conocido” en el impacto de la salud del tabaquismo y se sabe que tiene daños y riesgos asociados. Así, se conoce que esta sustancia es altamente adictiva, tóxica para fetos en desarrollo, puede afectar al desarrollo cerebral de adolescentes y adultos jóvenes y es peligrosa para la salud de las embarazadas y sus bebés en gestación. Por su componente adictivo, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos alerta que la falta de nicotina también puede generar síntomas de abstinencia.
El aerosol de los cigarrillos electrónicos no es “vapor de agua” ni es completamente inocuo, como algunas personas piensan, según estudios que investigan las creencias sobre el vapeo. Este aerosol contiene sustancias químicas, como compuestos de carbonilo y orgánicos volátiles que se conoce que son cancerígenas, causantes de enfermedad pulmonar grave y otros problemas de salud, como detalla la Sociedad Americana del Cáncer.
También incluye partículas pequeñas que pueden asentarse en el fondo de los pulmones. Pese a todo, el Departamento de Salud y Servicios Humanos reconoce que el daño potencial de este aerosol “no se conoce del todo“, entre otras cosas, porque las concentraciones de cada compuesto varían enormemente entre diferentes vapeadores.
Riesgos concretos de los dispositivos de vapeo
Además de estos riesgos, la FDA pone el foco en tres problemas que son concretos de los dispositivos de vapeo: baterías inflamables, daños al pulmón, y convulsiones y otros síntomas neurológicos.
Sobre las baterías, la FDA lanzó consejos de seguridad para evitar que estas se sobrecalienten, ardan o puedan explotar. Recomienda usar vapeadores que tengan medidas como bloqueos de seguridad, agujeros de ventilación o protección contra la sobrecarga; mantener las baterías extraíbles en una caja aparte y lejos de objetos metálicos como llaves o monedas; no cargar el vapeador con un cargador de móviles; no cargarlo por la noche o dejándolo desatendido; cambiar la batería si se daña o moja; y protegerlo de temperaturas extremas o de la exposición al sol.
Acerca de los daños al pulmón, los CDC y la FDA investigaron un problema de salud al que denominaron EVALI (del inglés, lesiones pulmonares asociadas al uso de cigarrillos electrónicos o productos de vapeo). Encontraron que el acetato de vitamina E está muy relacionado en los cuadros de EVALI, ya que se encontraba este aditivo en los pacientes de esta enfermedad como en los dispositivos que usaban. Este acetato se usa en los sabores de vapeo con THC, el componente psicoactivo del cannabis. Por esto, los CDC y la FDA recomiendan que no se usen vapeadores con THC, especialmente si provienen de comercializadores no oficiales como familiares, amigos o vendedores por internet.
Por último, sobre las convulsiones asociadas al vapeo, la FDA lanzó una nota especial explicando en qué consiste este problema de salud y advirtiendo que la mayoría de reportes se estaban dando entre jóvenes y adultos jóvenes. Detalló que estas convulsiones son un efecto adverso potencial de intoxicación por nicotina y también puede darse por ingesta del líquido que usan los vapeadores.
Vapeo en jóvenes
Los adolescentes son una de las poblaciones en la que más se vigila el consumo de vapeadores. Un informe en 2016 del Cirujano General de los Estados Unidos, el jefe del Cuerpo Comisionado del Servicio de Salud Pública, Vivek H. Murthy, recogió toda la evidencia disponible sobre el uso de vapeadores en la juventud y en jóvenes adultos.
En este informe, se concluyó que los cigarrillos electrónicos se han convertido en un problema de salud pública: en 2014, el uso de estos productos en jóvenes de 18 a 24 años superaba al de los adultos de 25 o más años. En 2020, 3.6 millones de jóvenes eran usuarios de cigarrillos electrónicos, según la Encuesta Nacional sobre el Tabaquismo Juvenil. Un 60% de los adolescentes indicaron que vieron a alguien usar un cigarrillo electrónico en la escuela.
Con esto en mente, la FDA ha priorizado las políticas de prevención para que los jóvenes no se inicien en el uso de estos dispositivos. Por esto, la Administración lanzó en 2017 la campaña El costo real del vapeo, una serie de materiales educativos de 12 a 17 años, recursos para docentes y familias y consejos sobre cómo conversar con los jóvenes sobre este asunto.
Cigarrillos electrónicos vs tabaco regular: ¿Es menos dañino?
Parte de la estrategia de marketing de los cigarrillos electrónicos es promocionarlos como menos dañinos que fumar tabaco regular. Esto es parcialmente cierto: el aerosol de los vapeadores contiene menos sustancias químicas dañinas que el humo del tabaco quemado, afirman los CDC. Sin embargo, el uso de cigarrillos electrónicos también está asociado al consumo de otros productos de tabaco y, aunque tiene el potencial de combatir el tabaquismo, la evidencia científica -que es limitada- apunta a que las personas que dejan de fumar corren el riesgo de continuar con un “uso doble”: usar vapeadores y cigarros estándar a la vez.
Una revisión científica de Cochrane, que incluyó 61 estudios con 16,759 participantes, encontró que los cigarrillos electrónicos con nicotina pueden ayudar a dejar de fumar a largo plazo en comparación con otros tratamientos, como apoyo conductual, terapias de sustitución de la nicotina o uso de vapeadores sin nicotina. No obstante, los estudios cuentan con importantes limitaciones y hacen falta más investigaciones sobre esto.
Un estudio publicado en 2017 comparó los compuestos cancerígenos, tóxicos y la nicotina de personas que fumaban únicamente cigarrillos, exfumadores, personas en terapia de sustitución de la nicotina y usuarios de vapeadores. Encontraron que los que usan cigarros electrónicos presentaban niveles más reducidos de sustancias cancerígenas y tóxicas que se encuentran únicamente en el tabaco.
En definitiva, el uso de vapeadores es menos dañino que fumar tabaco regular, pero no es una práctica libre de problemas y no es segura, especialmente para embarazadas, adolescentes y adultos jóvenes.
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