Cada estadounidense consume en promedio entre 1 y 2 litros de agua al día, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos. Este líquido, esencial para la vida, en ocasiones puede estar contaminado, por lo que puede transmitir enfermedades e incluso provocar muertes, como indican los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE. UU. ¿Cómo afecta la polución del agua a nuestra salud? Te lo explicamos y te damos algunos consejos para evitarlo.
Más del 90% de los estadounidenses obtienen el agua del grifo de los sistemas comunitarios
“Estados Unidos tiene uno de los suministros de agua más seguros del mundo”, afirman los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
De hecho, más del 90% de los estadounidenses obtienen el agua del grifo de los sistemas comunitarios, que están sujetos a determinados estándares de calidad. Esto ha permitido que los brotes de enfermedades asociados con grandes sistemas públicos de agua potable hayan disminuido considerablemente en los últimos 40 años, según una investigación publicada en la revista Emerging Infectious Diseases.
Joseph F. Atkinson, profesor del Departamento de Ingeniería Civil, Estructural y Ambiental de la Universidad de Búfalo (estado de Nueva York) y experto en modelación de la calidad del agua, explica a Factchequeado que, por lo general, el agua del grifo que proviene del suministro municipal no está contaminada.
Aun así, hay casos concretos en los que la transmisión de estas enfermedades todavía ocurre. Los autores del estudio mencionan que, a menudo, se debe al envejecimiento de las infraestructuras, los desafíos operativos y los sistemas de agua privados o no regulados (por ejemplo, pozos privados), que abastecen a aproximadamente 43 millones de personas. Según Atkinson, también puede deberse a “problemas localizados, especialmente cuando se utilizan fuentes de agua subterránea en vez de sistemas municipales”.
El experto recuerda excepciones que él mismo considera “raras”. “Probablemente hayas escuchado hablar sobre el caso de la ciudad de Flint (Michigan) y, tal vez, del de Washington hace algún tiempo. Ambos están asociados con el plomo, pero no son habituales”, asegura.
El agua puede contaminarse si no se trata bien o viaja por tuberías en mal estado
A pesar de disponer de uno de los suministros más seguros del mundo, en Estados Unidos la calidad del agua potable varía de un lugar a otro, según las condiciones de la fuente de la que se extrae y el tratamiento que recibe. Algunas sustancias nocivas -a menudo sustancias químicas o microorganismos- contaminan los ríos, lagos u océanos degradando la calidad del agua y volviéndola tóxica para los seres humanos o el medio ambiente, tal y como subraya el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés).
“Si bien la mayoría de los estadounidenses tienen acceso a agua potable segura, se han encontrado contaminantes potencialmente dañinos (desde arsénico hasta cobre y plomo) en el agua del grifo de todos los estados de la nación”, afirma el organismo.
Entre las posibles fuentes de contaminación, los CDC mencionan algunos químicos y minerales naturales (por ejemplo, el uranio), el uso de fertilizantes o pesticidas o un mal funcionamiento de los sistemas de tratamiento de aguas residuales.
El agua potable que no se trata adecuadamente o que viaja a través de un sistema de tuberías que no reciben el mantenimiento adecuado también corre un mayor riesgo de estar contaminada.
Como indica el NRDC, “todos somos responsables hasta cierto punto del problema actual de contaminación del agua”. Para prevenirla, el organismo aconseja, por ejemplo, desechar adecuadamente los limpiadores químicos, aceites y productos no biodegradables para evitar que se vayan por el desagüe y asegurarte de que tu automóvil no pierda aceite, anticongelante o refrigerante.
Enfermedades gastrointestinales y otros posibles efectos del agua contaminada en nuestra salud
La presencia de ciertos contaminantes en el agua puede provocar problemas de salud. Por ejemplo, los CDC mencionan las enfermedades gastrointestinales, problemas reproductivos y trastornos neurológicos.
“La diarrea es la enfermedad más conocida que guarda relación con el consumo de alimentos o agua contaminados”, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS). En teoría unas 842,000 personas mueren cada año en el mundo de diarrea “como consecuencia de la insalubridad del agua, de un saneamiento insuficiente o de una mala higiene de las manos”. En Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, explican por qué, además de diarrea, la polución del agua puede provocar otras enfermedades como cólera o hepatitis.
Los bebés, los niños pequeños, las mujeres embarazadas, los ancianos y las personas con sistemas inmunitarios debilitados corren un mayor riesgo de contraer estas enfermedades, según los CDC.
La polución por nutrientes -como los nitratos y los fosfatos- es el principal tipo de contaminación de las fuentes de agua dulce. Así lo indican desde el NRDC: “Si bien las plantas y los animales necesitan estos nutrientes para crecer, se han convertido en un contaminante importante debido a los desechos agrícolas y la escorrentía (aliviadero, desagüe) de fertilizantes”.
Una revisión publicada en International Journal of Environmental Research and Public Health precisa que existe una asociación entre un consumo elevado de nitratos y el cáncer colorrectal y los defectos del tubo neural (defectos congénitos del cerebro, la columna vertebral y la médula espinal).
Cómo saber si el agua que llega a tu casa está contaminada
“El agua del grifo generalmente está limpia, pero si alguien está preocupado por las condiciones en un lugar en particular, puede contactar con el proveedor que suministra el agua y solicitarle los resultados de las pruebas”, afirma Atkinson.
La EPA aconseja pedir una copia del informe anual sobre la calidad de este líquido. Si el agua que usas proviene de un pozo individual o de otro suministro privado, el organismo recomienda solicitar información al departamento de salud y otros proveedores cercanos que usen aguas subterráneas.
Algunas sustancias, como el plomo, no se pueden ver, oler ni saborear. Para asegurarse de si están presentes en el agua potable, una alternativa es realizar una prueba en un laboratorio certificado. Estos tests generalmente cuestan entre 20 y 100 dólares.
El plomo puede estar presente en el agua del grifo por la corrosión de las tuberías
Uno de los metales tóxicos que pueden estar presentes en el agua del grifo es el plomo. En muchas casas de Estados Unidos, el agua del grifo es de mala calidad y contiene esta sustancia, según una investigación publicada en Nature Communications. Los autores concluyen que, aunque la proporción relativa de estadounidenses que experimenta este problema es baja, el número absoluto de personas afectadas es bastante alto.
El plomo puede infiltrarse en el agua potable cuando las tuberías que contienen plomo se corroen. La EPA explica que esto ocurre principalmente donde el agua contiene altos niveles de acidez.
La mayoría de los materiales con plomo se prohibieron en la década de 1980. Así lo indica el portal DrinkTap, dependiente de la Asociación Estadounidense de Obras Hidráulicas (AWWA): “Si su casa se construyó después de esa década, es poco probable que el plomo sea una preocupación”.
Como subraya la EPA, este metal es tóxico y puede dañar la salud humana, “incluso en niveles de baja exposición”. Los menores son más vulnerables al plomo: “Una dosis de plomo que produciría poco efecto en un adulto puede producir un efecto significativo en un niño”.
Los niveles bajos de plomo en la sangre de los niños pueden causar “problemas de conducta, aprendizaje y audición, anemia o un crecimiento tardío”. En adultos, pueden provocar “efectos cardiovasculares, una presión arterial elevada, una disminución de la función renal y problemas de reproducción (tanto en hombres como en mujeres)”.
Enjuagar las tuberías antes de beber y otros consejos para reducir el plomo en el agua del grifo
Se pueden seguir algunos consejos para reducir el plomo en el agua potable de tu hogar. Por ejemplo, enjuagar las tuberías antes de beber, según la EPA. Cuanto más tiempo esté el agua estancada en ellas, más plomo puede contener.
“Si el agua de un grifo en particular no ha sido utilizada durante seis horas o más, ‘enguaje’ las tuberías dejándola correr hasta que salga lo más fría posible”, afirma la EPA. En teoría, esto puede llevar entre cinco y treinta segundos si se ha utilizado una gran cantidad de agua recientemente (por ejemplo, para ducharse o tirar la cadena). De lo contrario, podría llevar dos minutos o más.
También hay que tener en cuenta que “el agua caliente tiene más probabilidades de contener niveles más altos de plomo” y que hervirla no solucionará el problema. Por ello, es aconsejable utilizar siempre el agua lo más fría posible para beber, cocinar y preparar leche para un bebé.
Para mejorar la calidad del agua, una alternativa es usar filtros o dispositivos para su tratamiento. Atkinson explica que estos aparatos pueden funcionar, pero depende de la sustancia que estén tratando de eliminar. En este caso, la EPA aconseja fijarse en que estén certificados por organizaciones independientes para disminuir el plomo de forma eficaz. Puedes hacerlo en esta web.
Cómo afecta el uranio a nuestro organismo
El uranio es un elemento radiactivo natural que se encuentra en la naturaleza. Está presente en casi todas las rocas, los suelos y el aire y puede ser redistribuido en el ambiente por el agua.
En la mayor parte de Estados Unidos, los niveles de uranio en el agua potable son bajos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). “Se pueden encontrar niveles más altos en áreas con niveles de uranio naturalmente altos en las rocas y el suelo”, indican.
Un estudio publicado en The Lancet Planetary Health concluye que las concentraciones de metales (incluido el uranio) son elevadas en los sistemas de agua comunitarios que en Estados Unidos sirven a las comunidades hispanas semiurbanas independientemente de la ubicación o la región.
La exposición a este elemento puede tener efectos perjudiciales en la salud. Anne Nigra, profesora asistente de Ciencias de la Salud Ambiental en la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, explica que algunos estudios han encontrado asociaciones entre la exposición crónica al uranio y un mayor riesgo de hipertensión, enfermedad cardiovascular y daño renal.
El agua contaminada de piscinas, spas o lagos también puede provocar infecciones
El uso recreativo del agua también puede implicar un riesgo de contagio. Es posible contraer enfermedades al bañarse en agua contaminada por microbios en piscinas, spas, áreas de juegos con agua, mares, lagos o ríos.
Los CDC afirman que los síntomas más comunes causados por las enfermedades transmitidas por el agua en estos lugares son diarrea, sarpullidos en la piel, dolor de oído, tos o congestión e irritación en los ojos.
Las personas en contacto con aguas infestadas también pueden contraer enfermedades parasitarias como las esquistosomiasis (que puede provocar dolor abdominal, diarrea y sangre en las heces). Al menos 230 millones de personas en todo el mundo padecen esta patología, según una investigación publicada en The Lancet.
En estos lugares, la desinfección es importante para ayudar a detener la propagación de enfermedades transmitidas por el agua. En Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, han informado sobre el cloro, un poderoso desinfectante que puede producir algunos problemas en la salud, especialmente si no se usa de forma adecuada.
Para protegerte de las patologías más comunes en piscinas, spas o lagos, los CDC aconsejan no permitir que entre agua en la boca mientras se nada y secarse los oídos después del baño.
Factchequeado es un medio de verificación que construye una comunidad hispanohablante para contrarrestar la desinformación en Estados Unidos. ¿Quieres ser parte? Súmate y verifica los contenidos que recibes enviándolos a nuestro WhatsApp +16468736087 o a factchequeado.com/whatsapp.