El 9 de enero pasado Richard Sauber, asesor legal del presidente Joe Biden (Partido Demócrata), informó en un comunicado que el 2 de noviembre de 2022 los abogados de Biden habían encontrado un “pequeño número” de documentos marcados como "clasificados" que pertenecían a la administración Obama-Biden (2009-2017, cuando Biden era vicepresidente). De acuerdo con Sauber, los abogados de Biden encontraron estos archivos en un clóset de una oficina vacía de la Universidad de Pensilvania en Washington, D.C., que Biden usó desde mediados de 2017 hasta el comienzo de su campaña presidencial en 2020. Ahí está ubicado el Penn Biden Center for Diplomacy and Global Engagement, un think-tank fundado por la Universidad de Pensilvania y que fue liderado por Biden al final de su período como vicepresidente.
Tres días después, el 12 de enero, Sauber anunció en un segundo comunicado que los abogados del Presidente habían encontrado archivos adicionales de la administración Obama-Biden en el garaje de la residencia privada de Biden en Wilmington, Delaware. Uno de los documentos estaba marcado como "clasificado", precisó Sauber.
El 14 de enero, en un tercer comunicado, Sauber aseguró que había encontrado en la residencia de Biden en Wilmington 5 páginas adicionales que estaban marcadas como "confidenciales".
El Fiscal General, Merrick Garland, afirmó en una declaración que el equipo legal de Biden había informado al Departamento de Justicia el 20 de diciembre 2022 (más de 1 mes después del primer hallazgo en su oficina de D.C.) que había encontrado archivos adicionales en el garaje de la residencia privada del presidente en Wilmington. Ese hallazgo de diciembre de 2022 no lo menciona Sauber en sus comunicados.
El 21 de enero, en otro comunicado, Bob Bauer, abogado personal de Biden, anunció que el presidente había ofrecido a las autoridades que revisaran su residencia en Wilmington, como parte de su “completa cooperación con el Departamento de Justicia”. Bauer indicó que durante el procedimiento (que se llevó a cabo el viernes 20 de enero) las autoridades “tomaron posesión de materiales que consideraron que estaban dentro del marco de la investigación, incluyendo 6 artículos consistentes con documentos marcados como clasificados y materiales adyacentes”. Bauer añadió que algunos de estos artículos eran de cuando Biden era senador, mientras que otros eran de cuando Biden era vicepresidente. (*)
La Oficina de Supervisión de Seguridad de la Información explica que los documentos denominados como “clasificados” son aquellos que contienen información creada o recibida por el gobierno federal o un contratista del gobierno que perjudicaría la seguridad nacional de Estados Unidos si se divulga incorrectamente. El nivel de clasificación corresponde al nivel de daño que causaría su divulgación: el nivel más alto es Top Secret, seguido de Secret, y en último lugar Confidential. Como comentamos anteriormente, estos documentos deben quedar bajo custodia de NARA en Centros de Archivos Federales.
¿En qué se parece este caso de documentos confidenciales con el del expresidente republicano Donald Trump? Te explicamos algunas similitudes y diferencias entre ambos casos.
La Ley de Archivos Presidenciales y NARA
Como te explicamos en esta nota, la Ley de Archivos Presidenciales (Presidential Records Act) de 1978 establece que son de dominio público todos los archivos del presidente y vicepresidente de los Estados Unidos. Es decir, los documentos no pertenecen al individuo que ocupa la Presidencia o la Vicepresidencia sino al Estado, y, al culminar el mandato, deben quedar archivados bajo custodia de NARA (la Administración de Registros y Archivos Nacionales).
En este punto, hay una similitud entre el caso de Biden y el de Trump: en ambos casos se trata de documentos de la Casa Blanca, algunos de ellos marcados como "confidenciales", que no estaban bajo custodia de NARA cuando debían estarlo según la ley.
La cantidad de documentos y su rango de clasificación
De acuerdo con la información disponible al momento del cierre de esta nota, entre los archivos encontrados en la oficina y en la residencia privada de Biden, aproximadamente 26 marcados como "confidenciales". (*)
En el caso de Trump, son aproximadamente 325 documentos marcados como "confidenciales" que estaban en distintos lugares de su residencia en Mar-a-Lago, en Florida.
Entre los documentos de Trump hallados por el FBI en la residencia de Trump había 18 documentos top secret (el nivel más alto de clasificación), 54 marcados como secret (el segundo nivel más alto) y 31 marcados como confidential (el tercer y último nivel de clasificación).
Al momento del cierre de esta nota se desconoce exactamente el nivel de clasificación de todos los documentos de la administración Obama-Biden que encontraron los abogados del Presidente. Sin embargo, de acuerdo con CBS News (el primer medio en reportar la historia) en la oficina del Penn Biden Center encontraron “material top secret”. En los encontrados en la residencia de Wilmington, ninguno tenía marca de top secret, de acuerdo con el reporte.
Cooperación con NARA
Según este comunicado de Richard Sauber, el asesor legal del presidente Biden, NARA no había solicitado los documentos encontrados en la oficina y residencia de Biden. En el caso de la oficina de Biden en D.C., Sauber dice que fueron los abogados particulares de Biden quienes encontraron los documentos y que fue la Casa Blanca quien notificó a NARA del hallazgo. La agencia “tomó posesión de los documentos la mañana siguiente”, según Sauber. Sauber también ha indicado que los documentos fueron “mal puestos”, pero dice que fue “accidental” y que se habría tratado de un error, aunque hasta el momento no ha explicado cómo los documentos llegaron ahí. Además, en varias ocasiones (como aquí y aquí), la Casa Blanca y el presidente Biden han dicho que cooperarán con las investigaciones.
Esto marca una diferencia con el caso de Trump. Como explicamos en esta nota, NARA sí estaba al tanto de los documentos faltantes e intentó recuperarlos en un proceso de negociación con Trump que duró más de 1 año. El expresidente eventualmente devolvió 15 cajas de archivos donde había 184 documentos marcados como "clasificados", pero las autoridades sospechaban que todavía quedaban documentos en su residencia, algo que en su momento negaban los abogados de Trump. La sospecha fue confirmada. Cuando el FBI allanó Mar-a-Lago el 8 de agosto de 2022 encontraron 13,000 documentos adicionales; 103 marcados como "clasificados". Los abogados de Trump han dicho en Corte que los documentos son los “archivos personales” de Trump, un argumento que también ha utilizado el propio expresidente. En este discurso el 9 de octubre de 2022 dijo: “Deberían devolverme inmediatamente todo lo que se llevaron [en el allanamiento] porque es mío, es mío”.
Designación de fiscales especiales
El fiscal general, Merrick Garland, ha designado a fiscales especiales para ambos casos. Según Garland, los nombramientos reafirman el compromiso del Departamento de Justicia para mantener su “independencia y responsabilidad” en asuntos “particularmente sensibles”.
El 12 de enero pasado Garland designó a Robert Hur como fiscal especial para llevar la investigación relacionada a los archivos de Biden. La Casa Blanca ha dicho que “cooperará completamente” con el fiscal especial. Hur fue designado como fiscal federal en Maryland por el entonces presidente Trump en 2017, y estuvo en el cargo desde 2018 hasta 2021. Uno de los casos recientes más destacados donde trabajó fue uno de fraude y evasión de impuestos contra Catherine Pugh, exalcaldesa de Boston (Partido Demócrata). Pugh fue declarada culpable y sentenciada a 3 años de cárcel por realizar ventas fraudulentas de su libro “Healthy Holly” para enriquecerse y promover su carrera política.
El 18 de noviembre de 2022, Garland había designado a Jack Smith como fiscal especial para liderar la investigación de los archivos de Trump. Garland también delegó en Smith la investigación relacionada con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 y los intentos de anular la elección presidencial de 2020. El 12 de enero pasado, Trump calificó a Smith como un “terrorista” y “odiador de Trump” y dijo que “debería renunciar” al cargo. Smith trabajaba como fiscal jefe de la Corte Internacional de Justicia en La Haya, donde investigaba crímenes de guerra. También lideró entre 2010 y 2015 una unidad del Departamento de Justicia encargada de investigar casos de crímenes electorales y sobornos a funcionarios públicos.
(*) Esta nota fue actualizada el 23 de enero con la información del hallazgo adicional de material marcado como clasificado en la residencia de Biden el viernes 20 de enero.
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