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Consejos para explicar a los niños y niñas qué ocurre en los conflictos armados (como el de Israel o el de Ucrania)

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Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas:

  • El 7 de octubre de 2023 Hamas, grupo considerado terrorista por Estados Unidos y que controla la Franja de Gaza, inició un ataque contra Israel al que este ha respondido con bombardeos y con la declaración del estado de guerra.
  • Varios expertos en psicología y en abordaje de traumas aconsejan no omitir lo que está ocurriendo en las conversaciones cotidianas con menores, pero transmitirles calma, seguridad y cariño y limitar su exposición a noticias sobre los ataques.
  • Parte de esta tranquilidad y seguridad que se busca transmitir a los niños pasa por no alterar sus rutinas, a pesar de que ocurran cosas preocupantes y tristes en otros lugares.
 
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El ataque de Hams a Israel y la respuesta de este que empezó el 7 de octubre de 2023, o el ataque de Rusia contra Ucrania de febrero de 2022 copan la actualidad e invaden las redes sociales y pantallas de TV. Es muy complicado o directamente imposible que una niña o niño no se encuentre imágenes, videos o historias sobre estos conflictos. Nadie desea contar a un menor estas noticias pero, en ocasiones, lo mejor es asumir la realidad y analizar el mundo en el que vivimos. Te explicamos qué dicen algunos especialistas sobre cuál es la manera más adecuada de que una niña o niño entienda qué está ocurriendo en estas situaciones.

Decir la verdad

  1. Los expertos aseguran que no tiene sentido omitir lo que está ocurriendo en las conversaciones cotidianas con menores.
  2. Los niños se enteran de lo que está pasando por las conversaciones que oyen o los medios de comunicación.
  3. Hay que decir la verdad a los menores para evitar que se sientan engañados.

"Es crucial que los niños tengan una ayuda para comprender lo que está pasando, una manera de obtener respuestas a sus preguntas y hablar sobre ello", afirma Kurt Fischer, profesor de Educación en Harvard, en The Harvard Gazette.

Ingeborg Porcar, directora técnica de la Unidad de Trauma, Crisis y Conflictos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), comenta a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, que “a partir de los 3 años y medio es imposible que los niños no se enteren de lo que está pasando”. Bien sea porque lo escuchen en las conversaciones de los ‘mayores’, en sus amistades o en los medios, “las imágenes, ruidos y la sobreinformación están en todos lados”. “Las familias que piensan ‘mi hijo no se ha enterado de nada’ que sepan que eso es casi imposible”, indica la experta.

“Los niños no son tontos ni sordos, oyen las conversaciones de sus padres y les llega muchísima información de diversas fuentes”, señala a Maldita.es María Paz García-Vera, catedrática de Psicología clínica de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). “Jamás hay que mentirles, deben conocer la verdad porque, si no, se sentirán engañados”.

Guiar con preguntas y adaptar la conversación al desarrollo del niño

  1. Debemos conocer cuál es la información que conoce previamente el niño o niña y, en cualquier caso, adaptar el relato a la edad y su desarrollo.
  2. Esto, por supuesto, no es una carta blanca para explicar con pelos y señales qué está sucediendo en los lugares donde se desata la violencia. 
  3. Es muy importante escuchar a los niños con paciencia y no interrumpirles.

Antes de los 5 o 6 años, los niños no entienden conceptos como naciones y guerra, según Kathleen McCartney, profesora de Educación en la Escuela de Graduados en Educación de Harvard. La experta indica que una vez que cumplen 6 o 7 años son capaces de comprender, al menos, algo de lo que está sucediendo.

“Los niños estos días deben estar jugando en el patio del colegio diciendo que es la tercera guerra mundial. Absorben información, pero no saben cómo colocarla, y es ahí donde un adulto puede explicar y reconducir qué está pasando”, aconseja Aurora Gómez, psicóloga clínica de España.

Gómez resalta la importancia de las narrativas que se utilizan para explicar qué sucede en Israel o Ucrania o qué es una guerra, en general. “Me preocupa que se enfoque como si fuéramos un soldado con salud infinita, recursos infinitos y potencial infinito. Pero en la vida real no es como un videojuego ni es eso: hay ancianos que tienen que huir y niños refugiados que se van a un nuevo país en el que no conocen el idioma”.

Por su parte, Porcar opina que antes de que el niño cumpla 9 años puede ser importante propiciar el tema “porque si no, pueden entender mal muchas cosas y esto genera miedos”. Más allá de los 9 años, “se puede aprovechar para hablar de gestión de conflicto, no violencia y tratar estos temas”. Son precisamente los 9 años el límite de edad que la experta considera apropiado para dividir el cómo se explica a los más pequeños un conflicto violento del que se esté hablando en los medios. Sin olvidar, eso sí, que se trata de una aproximación: “No existe una regla de oro, dependerá de la edad y del desarrollo”.

Waheeda Saif, coordinadora de programas del Centro de Trauma de Riverside en Massachusetts, sugiere, en entrevista con NPR, utilizar preguntas abiertas para iniciar una conversación: "¿Has oído lo que está pasando en el mundo? ¿Has oído algo sobre lo que está pasando en Israel y Palestina? Y simplemente mira lo que dicen y sigue desde ahí”.

Si el joven sabe poco o no muestra preocupación, según Porcar, “no hay que entrar forzadamente a aumentar” el volumen de información. En caso de que sí muestre cierta inquietud ,“hay que recoger y ayudar a entender”.

“Cuando los niños tengan preguntas, respóndelas con sinceridad, pero de forma sencilla y tranquilizadora”, aconseja la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés).

Dimitry Anselme, director ejecutivo del programa del grupo educativo Facing History & Ourselves, afirma a NPR que las mejores conversaciones con niños sobre temas difíciles a menudo significan hablar menos y permitir que ellos hagan preguntas: “Necesitan el contexto más que nuestras opiniones o posiciones políticas. Eso no les ayuda mucho".

Para McCartney, "escuchar es tan importante como hablar". “Es muy importante escuchar a quienes quieren hablar y hacerles saber a quienes no quieren que estás disponible”, señala.

Sin embargo, los padres deben tener cuidado con lo que dicen: “No ayuda hablar de ataques terroristas, civiles asesinados o personas que mueren en el campo de batalla cuando cenamos juntos. Eso genera ansiedad”.

Posibles preguntas para habilitar la conversación:

  • Los mayores estamos preocupados por este tema. ¿Te has enterado de algo?
  • ¿Qué es lo que sabes?
  • ¿Cómo te sientes?
  • ¿Qué piensas de esto?
  • ¿Hay algo de este asunto que te preocupe?

Limitar la exposición a noticias sobre los ataques, conflictos y guerras

  1. No es necesario que ocultes a tus hijos lo que sucede en el mundo, pero tampoco tienes que exponerlos a historias constantes sobre la guerra, según la APA.
  2. El acompañamiento de los adultos es vital, para controlar qué ven y hacerles entender qué sucede.
  3. La interpretación que los niños hacen de las imágenes es la que los adultos transmiten. Por ello, es fundamental no inducir miedo.

Tanto la Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente como la APA aconsejan que los niños no vean muchas imágenes violentas. La APA aconseja apagar la televisión o la radio cuando estén transmitiendo información sobre la guerra, esconder revistas y periódicos que tengan fotos aterradoras y controlar el uso de Internet del menor.

Fischer explica que “las imágenes de la televisión pueden resultar angustiosas". Varios estudios en psicología afirman que las imágenes en televisión de conflictos o un atentado son las que más impacto tienen en trastornos depresivos, ansiedad y estrés postraumático, según García-Vera.

A esto se le añade que la comprensión y habilidades de razonamiento de los niños funciona de una manera diferente cuando están expuestos a estas imágenes. “No siempre son conscientes de lo que significa: les puede parecer lo mismo el telediario que una película”, explica. Porcar agrega que si un niño ve los mismos videos, imágenes y recursos de la guerra 8 veces, “va a creer que ha pasado 8 veces. No va a distinguir que se trata de la misma imagen hasta que sea algo más mayor”.

A estos consejos, Gómez añade otros también aplicables a adultos, sobre todo a quienes les afecta la violencia gráfica: elegir medios “que no sean amarillistas” y, si es necesario, “navegar bloqueando imágenes”. En cuanto a las vías de información, la experta recomienda que es mejor optar por un podcast o un artículo porque el espectador puede parar la emisión de manera consciente. En televisión, sin embargo, “no sabes qué imagen te va a saltar 3 segundos después”.

Porcar prefiere enfocar este asunto asumiendo que “es imposible huir de la sobreinformación”. “Hay que tratar de dosificarla. En algún momento, los pequeños lo verán en redes sociales, pasearán junto a un kiosco o verán la tele”. Es entonces cuando el acompañamiento de los adultos es vital.

También es importante cómo reaccionan los adultos a las imágenes delante de niñas y niños. “La interpretación que hacen es la que nosotros transmitimos, por ello es fundamental no expresar e inducir miedo, comentarios que les hagan temer por su vida, y hablar de todo esto en un tono tranquilo, calmado”, destaca la catedrática. “Al fin y al cabo, ellos ven el mundo a través de nuestros ojos y, si expresamos intranquilidad, eso les genera una ansiedad que todavía no van a saber manejar”.

Transmitir calma, seguridad y cariño

  1. Ser capaces, como adultos, de transmitir calma, seguridad y cariño es una de las claves, según los expertos.
  2. Es vital transmitir a los pequeños cariño y que se sientan queridos y apoyados de manera incondicional.
  3. Se les puede tranquilizar explicándoles la distancia física que separa sus casas de los lugares que aparecen en las noticias.

Los menores necesitan vivir en un mundo seguro a través de los ojos de los mayores. Por tanto, debemos tratar de mantener, en la medida de lo posible, una actitud de tranquilidad delante de los pequeños. “Diles a los niños que estarán bien. Asegúrales que estarán protegidos”, sugieren desde la APA.

García-Vera apunta que es normal que los adultos se muestren tristes, en alerta o enfadados, “pero siempre deben tener emociones que están bajo su control. Lo que no es recomendable es que se encuentren ante padres desconsolados”. Si la situación supera a estos mayores, aconseja que los niños “hablen con una persona cercana y que esté calmada”.

Del mismo modo, es vital transmitir a los pequeños el cariño. Una buena frase que ejemplifica esto es: “‘Podemos estar más o menos tranquilos, pero te vamos a querer siempre’, y acompañarlo de demostraciones de afecto, con abrazos”, continúa García-Vera.

Un consejo de Porcar es tranquilizar (y mostrar seguridad) a los niños explicando la distancia física que separa sus casas de los lugares que aparecen en las noticias. Otra manera es comentarles que, a pesar del sufrimiento que se ve en las imágenes, existe ayuda y se está haciendo todo lo posible para que las personas vulnerables de esos lugares no lo pasen mal. “Hay que decir que no es un festival, que es una cosa triste y que a veces los niños lloran o no podrán ir al colegio, pero que, incluso en zonas de guerra, se intenta ayudar y evitar sufrimiento”, resume.

Mantener rutinas, hábitos y un clima de tranquilidad y control

  1. Parte de esta tranquilidad y seguridad que se busca transmitir a los niños pasa por no alterar sus rutinas.
  2. Los horarios regulares tranquilizan a los niños, según la APA.
  3. Si un menor tiene miedo, es aconsejable mostrar comprensión y acompañarle para que intente superarlo.

Los hábitos les dan a los niños muchísima seguridad, control y les permiten ver qué está pasando y qué pasará después. Esto es fundamental”, expone García-Vera, destacando que hay que prestar especial atención a las rutinas de descanso y de alimentación.

Porcar expone este mismo consejo con ejemplos prácticos: “No debemos ceder a presiones de ruptura de la normalidad, como dormir juntos o dejar de comer judías verdes [green beans]”. Estos cambios en la rutina de los pequeños, aunque se hacen con buena intención, “confirman que hay una situación excepcional y peligrosa para nosotros”. La normalidad en Estados Unidos sigue y no debería romperse para los niños.

Todo ello, llevado con el tacto que requiere darse cuenta de que hay personas en otros lugares ‘pasándolo mal’, algo que es fruto de la empatía humana: “Si a partir de eso hay un miedo repentino de ir al lavabo, lo entendemos, pero no se puede romper esta normalidad”, apunta.

¿Qué debería hacerse si el menor comienza a tener miedo a algo? Es importante hacerle saber que comprendes sus sentimientos y que harás todo lo posible para mantenerlo a salvo, según McCartney. Si la situación se vuelve insostenible, los expertos recomiendan comentar esta situación con los educadores del niño.

Para niñas y niños que viven esto más de cerca

  1. Si los menores tienen un vínculo directo con la zona de conflicto, es primordial mantener la calma.
  2. Puede ser útil que lleven consigo un juguete o un peluche que les dé seguridad.
  3. Hay que normalizar sus miedos y, en ocasiones excepcionales y si fuera necesario, mentirles para intentar que estén tranquilos.

A veces, estas situaciones trastocan la tranquilidad y seguridad de niños y mayores con un vínculo directo con la zona de conflicto, como es el caso de personas con familiares en Palestina, Israel, Ucrania o cualquier otro país afectado, o que directamente se encuentren en este país. Para esta situación, muchísimo más delicada, García-Vera insiste en intentar, en la medida de lo posible, “mantener un clima de calma y que los hijos no vean el miedo en los ojos de sus padres”.

Un consejo para sobrellevar esta situación es que los niños “intenten llevar señales de seguridad, como un juguete o un peluche”. Este gesto ayuda a que los pequeños estén “en un ambiente más cercano a la rutina, a la confianza” y, según la catedrática, les ayuda a visualizar que siempre tendrán una alternativa, “algo de control sobre la situación, que pueden hacer algo”.

Esto no significa pasar por alto los miedos y preocupaciones de una situación de guerra. “Lo adecuado es normalizar esos miedos y explicarles que por eso se toman medidas para ir a refugios y estar seguros, tranquilos y protegidos”, destaca la catedrática.

¿Es una opción mentir para transmitir tranquilidad? García-Vera apunta que “cuando son niños en esta situación, obviamente hay que mentirles a veces” para lograr esto. “A nadie se le ocurre decir a un niño en una operación grave que hay X posibilidad de que salga mal, sino que se dice que no pasará nada y que saldremos adelante. Y si sale mal, seguiremos buscando una manera de explicarlo”, ejemplifica.

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No, este documento que dice que Estados Unidos enviará 8,000 millones de dólares a Israel no está publicado en la web de la Casa Blanca

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