Circulan algunos contenidos en redes sociales que advierten de los supuestos riesgos de tomar agua helada. “Cierra 4 venas del corazón, obstruye la grasa del hígado, afecta a las paredes internas del estómago e intestino grueso y es la principal causa de ataques en el corazón”, indica una imagen compartida en redes sociales. Otra señala que el agua helada afecta al estómago y al intestino grueso, causando cáncer. La mayoría de estas afirmaciones -que circulan desde hace años y vuelven a circular fuerte en WhatsApp en grupos de hispanos que viven en Estados Unidos- no son ciertas o carecen de evidencia científica. Te explicamos lo que sabemos al respecto.
"Cierra 4 venas del corazón". No hemos podido encontrar información al respecto de esas 4 venas concretas, pero sí algunos casos descritos como muy raros y poco frecuentes en los que al consumir una bebida muy, muy fría muy rápidamente, la persona ha sufrido un síncope, es decir, una pérdida transitoria de la consciencia por la falta de riego sanguíneo al cerebro. Suele recuperarse sin mayor complicación a no ser que la persona padezca problemas cardíacos o circulatorios previos.
"Es la principal causa de ataques al corazón". Esto es mentira. Para empezar, porque las principales causas de las enfermedades cardíacas son el tabaquismo, la hipertensión, el colesterol, el sobrepeso, el sedentarismo, una alimentación poco saludable y los niveles altos de azúcar en sangre, como señala el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI, por sus siglas en inglés).
Jorge Tartaglione, presidente de la Fundación Cardiológica Argentina, señaló a Chequeado, medio cofundador de Factchequeado, que “no hay ninguna evidencia científica que avale que el agua helada haga mal”.
Quizá esta afirmación provenga de una confusión: sumergirse de golpe en agua fría sí que puede ser causa de lo que se llama el síndrome de hidrocución (lo que siempre hemos llamado corte de digestión, aunque no tiene nada que ver con la digestión, como te hemos explicado en Factchequeado), que en los casos más graves puede generar una parada cardiorrespiratoria.
"Obstruye la grasa del hígado". Este riesgo se asocia a la idea de que la grasa se solidifica con el frío, y por tanto al beber agua muy fría, la grasa de nuestro cuerpo haría lo mismo. Pero no es así, principalmente porque por muy fría que esté el agua en unos pocos segundos su temperatura ya se ha igualado con la temperatura del resto del cuerpo, de forma que no tiene ningún efecto concreto sobre la grasa del hígado.
"Afecta a las paredes del estómago y del intestino grueso". Aunque obviásemos la explicación anterior sobre por qué el agua fría no se mantiene fría durante demasiado tiempo dentro del cuerpo, esta afirmación seguiría sin tener sentido. El interior del estómago contiene ácidos gástricos mucho más corrosivos y agresivos de lo que podría ser el agua fría, y está preparado para soportarlos sin sufrir ningún daño.
El gastroenterólogo Luis Laferrere explica a Chequeado, medio cofundador de Factchequeado, que es falso que el agua helada afecte al estómago y al intestino grueso causando cáncer, al contrario de lo que indican algunos contenidos. “No hay ningún cáncer que se desarrolle como consecuencia del consumo de agua. No está entre los factores que lo predisponen”, asegura.
Aunque estas afirmaciones son falsas en mayor o menor medida sí que hay algunos riesgos asociados a beber agua muy fría. Por un lado, algunas investigaciones indican que puede desencadenar episodios de migrañas en las personas que las padecen. También puede empeorar el dolor que padecen las personas que sufren una patología llamada acalasia, que dificulta el paso de los alimentos a través del esófago.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 09/08/2023