El 93% de la nueva capacidad energética en Estados Unidos en 2024 provino de fuentes eólicas, solares y de almacenamiento en baterías, según la Asociación Estadounidense de Energía Limpia.
El país avanzaba hacia una transición energética respaldada por políticas federales que incentivaban la inversión en renovables, según los expertos. Sin embargo, con la llegada de Donald Trump a la presidencia en enero de 2025, muchas de estas medidas fueron revertidas, priorizando los combustibles fósiles y desmantelando programas clave.
En este contexto, analizamos el estado actual del empleo en energía limpia, el papel de los latinos y el impacto de las nuevas medidas de Trump en el sector energético.
Radiografía de la transición energética en EE. UU.
Por primera vez, la generación de electricidad con energía eólica y solar superó en 2024 a la del carbón durante un periodo de 11 meses, según datos del grupo de expertos Ember.
“La energía solar es la fuente de electricidad de más rápido crecimiento en Estados Unidos, multiplicándose por 7.8 en los últimos 10 años”, indicó la organización Climate Central tras analizar los datos de la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés).
Según la organización, 30 estados generaron en 2024 al menos el 10% de su electricidad estatal a partir de energía solar y eólica combinadas. California, Texas y Florida generaron la mayor cantidad de electricidad a partir de energía solar, mientras que Texas, Iowa y Oklahoma fueron líderes en generación eólica.
“Es importante destacar que, si bien los créditos fiscales han ayudado a acelerar la transición energética, los estudios muestran que la energía eólica y solar se encuentran ahora entre las formas de energía más baratas, incluso cuando se excluyen los subsidios”, destacó Matthew Eisenson, investigador principal en el Centro Sabin para el Derecho del Cambio Climático, con sede en la Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia.
Trump impulsa los combustibles fósiles y amenaza proyectos de energía limpia
Trump se convirtió en presidente en medio de esta “transición floreciente” de los combustibles fósiles a las energías limpias, según Eisenson. Pero, tras llegar a la Presidencia, en los primeros 100 días de mandato, tomó “medidas drásticas para frenar el impulso de dicha transición”.
Como te explicamos en esta nota de Factchequedo, una de las propuestas de campaña de Trump consistía precisamente en revertir las políticas de la administración Biden-Harris en materia de medio ambiente, que se sustentaron en crear normas que reduzcan la contaminación de las plantas industriales que trabajan con combustibles fósiles, como el carbón, el gas natural y el petróleo.
En sus eventos de campaña, el entonces candidato republicano no sólo criticó las políticas climáticas de Biden y se refirió en tono de burla al cambio climático, sino que además prometió empujar a Estados Unidos hacia los combustibles fósiles.
Las medidas no tardaron en llegar. En su primer día de mandato, firmó una orden ejecutiva para que Estados Unidos se retirase del Acuerdo de París, un tratado internacional que busca limitar el aumento de la temperatura global. También firmó otras órdenes ejecutivas relacionadas con el cambio climático y para eliminar los programas de justicia ambiental.
Como resultado, agencias gubernamentales como la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y el Departamento de Agricultura (USDA) eliminaron y modificaron páginas web sobre cambio climático, contaminación y justicia ambiental. Varios expertos advirtieron que estas medidas dificultan el acceso a información vital, especialmente para comunidades marginadas más expuestas a los efectos del cambio climático.
El medio E&E News informó en marzo de 2025 que el Departamento de Energía estaba elaborando una “lista negra” de proyectos de energía limpia que la administración Trump podría cancelar. Según documentos obtenidos por la agencia AP, la lista incluía iniciativas de infraestructura eólica, solar, de almacenamiento en baterías y de apoyo a vehículos eléctricos, así como fondos destinados a ayudar a la industria pesada a dejar los combustibles fósiles y a descarbonizar edificios.
Además, la EPA intentó revocar acuerdos de subvención por un total de 20,000 millones de dólares otorgados durante la administración Biden a través del llamado banco verde, diseñado para financiar proyectos de energía limpia y sostenibles. Sin embargo, un juez federal bloqueó, por el momento, la cancelación de este programa de subvenciones.
Por qué las políticas de Trump ponen en riesgo algunos empleos en comunidades latinas y de bajos recursos
El Informe de empleos en energía limpia elaborado por Climate Power, aliado institucional de Factchequeado,indica que durante el primer trimestre de 2025, las políticas implementadas provocaron la cancelación, retraso o amenaza de 95 proyectos, con la pérdida potencial de más de 62,500 empleos y 71,240 millones de dólares en inversiones. Según este análisis, los sectores más perjudicados son los de baterías, redes eléctricas, energía solar y vehículos eléctricos.
Desde Climate Power advierten que las medidas de Trump pueden afectar especialmente a los latinos. “Con casi el 40% de los nuevos empleos en energía limpia ubicados en comunidades de bajos recursos, esto no se trata solo de energía: también se trata de seguridad laboral, justicia ambiental y oportunidades económicas para comunidades que han sido históricamente las más afectadas por la contaminación y la falta de inversión”, afirmó Antonieta Cádiz, subdirectora ejecutiva de Climate Power En Acción. Además, destacó que los latinos “ya enfrentan altas facturas de electricidad y condiciones de inseguridad energética”.
Cómo los latinos impulsaron la transición energética en EE. UU.
Los trabajadores latinos o hispanos representaron el 31% de todos los nuevos empleos en el sector energético y el 33% de los nuevos empleos en energías limpias en 2023, según el Informe de energía y empleo de Estados Unidos, publicado en octubre de 2024, aumentando su fuerza laboral en 79,000 personas hasta casi 1.5 millones.
Es decir, como destacaron los autores del informe, “los trabajadores latinos o hispanos ocuparon un tercio de todos los nuevos empleos en energías limpias”. En concreto, representaron el 23% de la fuerza laboral en energía solar (con 82,462 trabajadores) y el 22% en energía eólica (con 28,594 personas), a pesar de constituir solo el 19% de la fuerza laboral total del país.
Aunque el informe no detalla en qué subsectores específicos se concentran los trabajadores latinos dentro de la energía limpia, sí evidencia un crecimiento significativo de su participación general. Este aumento coincidió con la expansión de sectores como la construcción de infraestructura para energía limpia (incluyendo fábricas de baterías y paneles solares), la eficiencia energética, la transmisión y distribución eléctrica, la manufactura de vehículos eléctricos y los servicios técnicos y profesionales vinculados a esta transición energética.
La representación de los latinos en otros sectores
Aunque los trabajadores latinos han avanzado en la transición hacia energías limpias, su presencia difiere bastante según el tipo de fuente, incluyendo también sectores no renovables.
La proporción de trabajadores hispanos o latinos en el sector de combustibles derivados del petróleo fue del 16%, inferior al promedio de la fuerza laboral energética (18%) y al promedio de la fuerza laboral nacional (19%).
Una cifra idéntica se registró en la generación de energía a partir del carbón, donde los trabajadores hispanos o latinos también constituyeron el 16%, por debajo del promedio energético (18%) y del promedio nacional (19%).
La proporción de trabajadores hispanos o latinos en el sector de generación de energía a partir de gas natural fue del 19%, superior al promedio de la fuerza laboral energética en general (18%), pero igual al promedio de la fuerza laboral en Estados Unidos (19%).
Los trabajadores hispanos o latinos estuvieron menos representados en el sector de generación de energía nuclear, con un 15%, en comparación con el promedio de la fuerza laboral energética (18%) y el promedio de la fuerza laboral en Estados Unidos (19%).
Las políticas de Trump ralentizan la transición energética, pero no la detienen, según los expertos
Varios expertos consultados por The New York Times coinciden en que las políticas de Donald Trump durante sus primeros meses de mandato están afectando el avance de la energía limpia, aunque dudan que logre detenerlo por completo.
Manish Bapna, presidente del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, consideró que las medidas de Trump están socavando una industria de energía limpia en auge, con consecuencias directas sobre el empleo y las inversiones.
También alertó sobre el impacto de la nueva administración Abigail Dillen, presidenta de la organización legal ambiental Earthjustice. A su juicio, el impulso que había cobrado la transición energética podría frenarse por decisiones como acelerar proyectos de gas natural y bloquear la construcción de parques eólicos. “Toda esa trayectoria está en peligro”, sostuvo.
En cambio, Danielle Franz, directora ejecutiva de la Coalición Americana para la Conservación, un grupo ambientalista conservador, respaldó las acciones del gobierno. Consideró que Trump “tiene razón en reducir la burocracia que frena la producción energética” y se mostró “cautelosamente optimista” de que, en un contexto de creciente demanda energética, estas medidas beneficien tanto a la economía como al medio ambiente.
Si bien la administración Trump puede poner obstáculos, no puede revertir la dirección general del cambio, según John Podesta, exasesor climático del gobierno de Biden: “Pueden complicarlo todo, y lo están haciendo. Pueden ralentizar el proceso, pero no pueden acabar con él”. Para Podesta, el liderazgo del sector privado y las condiciones del mercado pueden seguir empujando la transición hacia fuentes de energía renovables.
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