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Por Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado
Advertencia de contenido: esta investigación aborda temas sensibles relacionados con sexualización de menores y pornografía infantil.
Tan sólo cinco minutos es lo que se tarda en llegar desde un video sexual de una menor generada con inteligencia artificial (IA) en TikTok hasta pornografía infantil real en Telegram. Hay usuarios de Telegram que la ofrecen en conversaciones privadas como si del menú del día se tratase: “CONTENIDO QUE OBTENDRÁS: Solo cp/masturbación/striptease (todas las edades), Preadolescentes (8-12 años), Adolescentes (13-16 años), Madre e hijo (todas las edades), Madre e hija (todas las edades), Padre e hija (todas las edades), Zoo/Bestialidad (todas las edades) (solo disponible en Premium)”. CP es el acrónimo que se usa online para “child pornography”, es decir, pornografía infantil. Otros menús incluyen “toddlers” (niños de 1 a 3 años), “Violación (real)”, o “Incesto real”.
Contenido ofrecido por uno de los usuarios. Fuente: Telegram.
¿Cómo llega un pedófilo hasta ahí? En los videos sexuales de menores en TikTok, ya sean creados con inteligencia artificial o republicados sin permiso de cuentas reales de menores, hay usuarios que publicitan sus cuentas de Telegram en los comentarios. Desde ahí, sólo hace falta abrir una conversación en la aplicación de mensajería para que te intenten vender su “material”: “Telegram es seguro hermano, por eso lo uso”. Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, ha identificado hasta 11 cuentas de Telegram que venden pornografía infantil y siete de ellas han enviado pruebas de que tienen ese material. Maldita ha denunciado esas cuentas y su contenido ante la Policía Nacional de España.
El modus operandi: comentarios en TikTok llevan a cuentas de Telegram donde se vende e intercambia pornografía infantil
Una imagen con un nombre de usuario y el logo de Telegram en un comentario de TikTok es suficiente para llevarnos desde esta red social directamente a la venta de pornografía infantil. Los videos de niñas y adolescentes reales o creadas con IA se llenan de comentarios que, con un simple “cambio”, “telegram” y “tlg [Telegram]” o una imagen, nos redirigen a cuentas de Telegram que nos ofrecen comprar o intercambiar material de abuso sexual infantil a través de conversaciones privadas. Además de estos términos, las cuentas suelen usar palabras clave como “pizza” o “cp” para referirse a la pornografía infantil. De hecho, cuatro de las cuentas contactadas incluían “pizza” en su nombre o imágenes de esta comida para promocionar su contenido.
Comentarios ofreciendo venta o intercambio de contenido a través de Telegram. Fuente: TikTok.
Maldita ha contactado directamente con ellos a través de una cuenta falsa de Telegram. Escribió a 14 de las cuentas que ponían abiertamente en comentarios de TikTok su nombre de usuario de la app de mensajería: 11 de ellos enviaron automáticamente un menú donde enumeraban todos los contenidos que tenían a la venta. “Violaciones (reales)”, “toddlers” (niños entre 1 y 3 años), “incesto (real)”, “cp todas las edades (5-17)”, “preadolescentes” o “BDSM (de todas las edades)” o zoofilia son algunos de los tipos de abusos que ofrece, todos ellos involucrando a menores. Siete usuarios enviaron pornografía infantil sin que se lo pidieran para “demostrar” que iban en serio, algo que Maldita denunció en el buzón de pornografía infantil de la Policía Nacional de España.
Además de los tipos de abuso infantil que ofrecen, también hay listados de precios y plataformas a través de las que efectuar el pago que consideran “seguras”. “30$ for 80 videos, 60$ for 350 videos, 100$ for mega link”, ofrece una de estas cuentas que tiene una imagen de una menor aparentemente real como imagen de perfil. “$20 for 100 videos, $25 for 200 videos, $30 for 300 videos, $40 for 400 videos, $50 for 500 videos, $70 for 600 videos+link+group”, dice otro que tiene un dibujo de una niña comiendo pizza.
Listas de precios que nos enviaron estas cuentas. Fuente: Telegram.
“Es tu última oportunidad, si no te bloquearé”, “entonces, ¿estás interesado o no?”, “tienes que hacerlo rápido porque tengo a otros esperando”. Estas cuentas insistieron una y otra vez para cerrar la venta y aseguraron que sus métodos de pago eran completamente seguros y anónimos: “Paypal es anónimo, o crypto [criptomonedas]” o “nadie te va a traquear”, nos dijeron.
Mensajes recibidos. Fuente: Telegram.
Maldita también contactó a 10 usuarios que ponían la palabra “cambio” en los comentarios de las publicaciones de TikTok: 3 de ellos enviaron sus cuentas de Telegram y cuando Maldita les escribió por esta aplicación, dijeron que sólo intercambiaban pornografía infantil, no la vendían. Uno de ellos envió fotografías de una adolescente sobre la que decía tener contenido pornográfico. Según afirmaba, era la amiga de su hermana, tenía 14 años.
Telegram otorga anonimato y privacidad, algo que estos usuarios aprovechan como punto de venta
Todos los usuarios con los que Maldita habló se sienten protegidos en la aplicación de mensajería y lo hacen saber: “No puedes ser traqueado, Telegram es seguro”. Germán Andrés Olano, experto en seguridad informática , explicó que esta plataforma brinda herramientas que permiten mucho anonimato, como la posibilidad de ocultar tu número de teléfono y otros datos. Esto otorga “una supuesta sensación de protección por la que puedes decir lo que quieras, vender lo que quieras y filtrar a compradores que verdaderamente están alineados con tu ideología o intereses”, añade Olano.
Mensajes de los traficantes de pornografía infantil en Telegram.
Según Olano, los creadores de Telegram se blindan en la privacidad y libertad de expresión para no facilitar información cuando un país les ha reclamado contenidos de un canal que estaba incumpliendo con su legislación. De hecho, en agosto de 2024 la Justicia francesa imputó a Pavel Durov, CEO de la plataforma, por blanqueamiento de delitos y negativa de comunicar información a las autoridades, entre los que estaba la difusión de contenido pedófilo. El 23 de septiembre de 2024, días después de la detención de Durov en Francia, la empresa modificó sus políticas de privacidad para incluir que colaborará con las autoridades en la investigación de delitos que se cometan en su aplicación.
La aplicación de mensajería debe cooperar con las autoridades y eliminar contenido ilegal, como la pornografía infantil, si tiene conocimiento de que circula
Al igual que TikTok, en Europa Telegram debe cumplir con la Ley de Servicios Digitales (DSA) y eliminar contenido ilegal si sabe de su existencia. A pesar de que no está sujeta a las obligaciones estrictas de las grandes plataformas como TikTok (ya que no ha sido calificada como tal), el abogado especializado en derecho tecnológico, Samuel Parra, explica que, en lo que respecta a pornografía infantil, no hay duda sobre sus responsabilidades: “Este tipo de contenido se considera, sin discusión, ilícito, por tanto no necesita, por ejemplo, que ninguna autoridad declare como tal dicho contenido”.
Por su parte, TikTok también debe retirar estos comentarios de su plataforma “con diligencia, en cuanto tenga conocimiento efectivo”, precisa a Maldita Marcos Judel, abogado especializado en protección de datos, IA y derecho digital.
A esto se suma que, según la DSA, Telegram debe “informar a la autoridades competentes para perseguir al autor de dichas conductas infractoras, conservar las pruebas pertinentes y cooperar en las investigaciones que se abran”, precisa Parra. El abogado añade que la directiva de la Unión Europea que lo regula y el Código Penal y Ley de Enjuiciamiento Penal de España también imponen a Telegram obligaciones de retirada de contenido y de colaboración con las autoridades.
En Estados Unidos, no existe una ley equivalente al DSA europeo, pero sí hay normas federales muy estrictas sobre el material de abuso sexual infantil. Según la ley 18 U.S.C. § 2258A, las plataformas que tengan conocimiento de hechos que indiquen explotación sexual infantil deben reportarlos de inmediato al Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados (NCMEC) mediante su CyberTipline.
La aplicación de mensajería cifrada asegura tener “una política de cero tolerancia para los materiales de abuso sexual infantil”. Según sus datos, han prohibido más de 890,000 grupos y canales de pornografía infantil durante 2025, pero hay poca claridad sobre cómo funciona el sistema de moderación de la plataforma y la app no permite denunciar mensajes en conversaciones con cuentas privadas como las analizadas en esta investigación.
Las cuentas que venden e intercambian pornografía infantil pueden enfrentarse a penas de prisión, aunque el material tenga origen en el extranjero
Además de la responsabilidad de la plataforma, los usuarios que venden e intercambian estos contenidos a través de Telegram pueden enfrentar penas de 1 a 5 años (y hasta 9 en casos más graves) por la producción, venta, distribución, exhibición y facilitación de pornografía infantil, según el artículo 189 del Código Penal español. “En cuanto a los compradores, la compra o tenencia de este tipo de material también está penada con 1 a 5 años de prisión”, precisa Rahul Uttamchandani, abogado especializado en tecnología y privacidad.
Esto es así independientemente del lugar de origen del material o de quien lo ofrece según señala Judel: “Estar fuera de España no garantiza impunidad. Si alguien vende o intercambia pornografía infantil desde otro país, puede ser perseguido igualmente en varios supuestos, como cuando el contenido se ofrece, distribuye o puede accederse desde España”.
Reportar en la plataforma y denunciar a la Policía, y nunca reenviarlo o descargarlo: esto es lo que tenemos que hacer si nos encontramos con estos contenidos
Como usuarios, ¿qué podemos hacer si nos encontramos con estos contenidos? “La mejor sugerencia es reportar el contenido utilizando los propios sistemas que tienen estas plataformas”, sugiere Parra.
En el caso de que nos encontremos con estos comentarios de TikTok donde se promocionan estas cuentas de Telegram, podemos mantener presionado el comentario y, en la ventana emergente, presionar ‘denunciar’ y seleccionar el motivo correspondiente.
Para Telegram, el proceso depende de si la conversación es privada o no. La aplicación permite que cualquier usuario, a través de la propia app, denuncie un contenido que considera ilegal y que ha encontrado un canal, pero si estas conversaciones se producen entre usuarios o chats de grupo no existe esta opción.
Otra vía que ofrece la plataforma es pedir la eliminación automática de contenido ilícito a través del correo [email protected], pero en el caso de las conversaciones privadas no nos permitirá obtener enlaces directos al chat para que sean moderados. Debido a esto, nos limita a la opción de mandar la información del usuario, como su nombre o número. “Si envías una solicitud por correo, asegúrate de incluir enlaces (como t.me/... o @...) hacia el contenido en Telegram que crees que necesita atención de parte de nuestros moderadores”, aconseja la app.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos indica que, si se sospecha de explotación infantil en línea, se puede contactar directamente con las autoridades locales o estatales -por ejemplo, llamando al 911 en caso de emergencia o acudiendo a la policía local- y también reportar el incidente a la CyberTipline del Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados.
Ojo, no tenemos que descargar, hacer capturas o fotografiar el contenido, como indica en una infografía el perito judicial experto en delitos en redes sociales contra menores, Pablo Duchement. El especialista recomienda adjuntar enlaces web al material, apuntando la fecha y hora en la que lo encontramos.
En el caso de Telegram, Samuel Parra sugiere compartir “algún elemento que identifique a esa cuenta o ese chat”, como el nombre de usuario o número de teléfono. “Solo usaría capturas de pantalla si en ellas no se ve pornografía infantil”, agrega el abogado. “Lo que no debemos hacer es reenviar el contenido a otras personas o guardarnos una copia de esas imágenes, ya que podríamos incurrir en un delito de distribución o posesión de pornografía infantil”, concluye Parra.
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