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Circulan en Facebook diferentes posteos que aseguran que se pueden perder entre 5 y 7 kilos eliminando “desechos” acumulados en el intestino y/o colon. Para esto sugieren tomar o consumir diferentes mezclas de ingredientes de origen natural, como quinoa, limón, jengibre o canela antes de dormir.
Sin embargo, esto es falso. No se puede acumular ni perder esa cantidad de peso en materia fecal de un día para el otro ni eso puede considerarse una estrategia para bajar de peso. Además, no hay evidencias de que la limpieza o depuración del colon tenga beneficios clínicos y hasta puede ser riesgoso para la salud.
Los posteos acumulan más de 120,000 “Me gusta” y fueron compartidos más de 15,000 veces.
Ineficaz y peligroso
“No, no estás gorda, tienes caca en tu colon. Toma esta mezcla antes de dormir y elimina todos los desechos. ¡Perderás mínimo 7 kilos! (sic)” y “Con 1 sola cucharada en las noches afloja toda la caca de 7 días en 3 horas y limpia el colon dejándolo limpio” (sic), aseguran los posteos desinformantes.
Las publicaciones están acompañadas de fotos que muestran a una mujer “antes y después” e instan al lector a hacer clic en un enlace para ver la supuesta receta en una página web que tiene numerosas publicidades. Capturan la atención de los lectores con soluciones mágicas para dirigirlos a páginas con otro tipo de contenidos.
Sin embargo, no es posible perder 5 o más kilos de materia fecal de un día para el otro. Puede ser que después de ir al baño nos sintamos más livianos, pero eso nada tiene que ver con la pérdida de peso.
Es normal que el peso corporal total tenga variaciones de un día para otro. Esto se debe principalmente a ganancia o pérdida de líquido, ya que en nuestro cuerpo el 60% es agua. Por una deshidratación severa se pueden llegar a perder varios kilos, pero eso es riesgoso para la salud. Justamente se debe a un cuadro extremo de pérdida de líquido que debe ser repuesto.
La salud está dejando de ser “pesocéntrica”, explicó a Chequeado -medio cofundador de Factchequeado- Susana Gutt, coordinadora del comité de obesidad y diabetes de la Sociedad Argentina de Diabetes y exjefa de Nutrición del Hospital Durand de Buenos Aires. Y agregó: “En la obesidad el problema no es el peso sino cuánta grasa tiene el cuerpo y el peso de la masa de grasa corporal”.
Bajar de peso por pérdida de líquido, materia fecal o incluso masa muscular no sirve a los fines de tener un peso saludable. Lo importante es la pérdida de grasa, disminuir el tejido adiposo. “No hay manera de perder 5 o más kilos de materia fecal de un día para el otro. Si llegara a haber esa cantidad, se trataría de un cuadro mucho más grave que tener exceso de peso corporal”, dijo Gutt.
Un análisis de 38 estudios publicados sobre población sana de 5 continentes determinó que en promedio una persona adulta depone 128 gramos/día de materia fecal, aunque el rango varía desde 15 gramos hasta 1 kilo y medio. Tres cuartas partes del peso es agua e influye mucho la ingesta de fibras.
“Para nuestra dieta occidental, el máximo de materia fecal en cuanto a peso no supera los 250 gramos. Entonces, si me sobran 5 o 10 kilos, va de suyo que no tiene nada que ver con lo que haya evacuado el intestino”, dijo Silvio Schraier, vicedirector de la especialización en Nutrición de la Fundación Barceló, en Buenos Aires, y expresidente de la Sociedad Argentina de Nutrición.
Un planteo inadecuado
En varios de estos posteos se menciona la limpieza del colon, una práctica de supuesta “desintoxicación” periódica cuyos impulsores aseguran que contribuye a controlar el peso y alivia distintas enfermedades crónicas. Sin embargo, no hay evidencias de que tenga beneficios clínicos y hasta puede ser riesgoso, como concluyó una revisión sistemática de estudios publicados.
Como contamos en esta nota, no existe evidencia científica que avale las dietas o los productos detox y los especialistas advierten que pueden ocasionar riesgos. El cuerpo tiene su propio mecanismo natural de depuración. Lo que se necesita para la desintoxicación es una dieta variada, suficientes horas de sueño y ejercicio físico, explican los especialistas.
Con respecto a los distintos ingredientes propuestos para infusiones o preparados, como canela, laurel, linaza, limón, jengibre, quinoa o té verde, hay estudios en animales e incluso ensayos clínicos y revisiones sistemáticas que sugieren para algunos de ellos ciertos beneficios sobre la distribución adiposa, la reducción del diámetro abdominal y el peso corporal (ver acá, acá y acá).
Sin embargo, hay mucha heterogeneidad en las dosis o cantidades utilizadas y los lapsos analizados de las intervenciones y efectos son cortos, con muchos factores que pueden confundir la interpretación de los resultados.
Por otra parte, ninguno de ellos tiene propiedades laxantes, más allá del contenido variable de fibras (que puede facilitar las deposiciones) o que beber infusiones puede aumentar la ingestión de líquidos.
“No hay ningún estudio serio que haya mostrado que las infusiones, sopas u otras preparaciones con hierbas, especies, hojas o plantas tengan beneficio alguno en el tratamiento de la obesidad. Los planteos de corto plazo para una enfermedad crónica por definición son planteos inadecuados y mentirosos”, sostuvo Schraier.
La misma precaución debería tenerse cuando se recurre a estas fórmulas para la “hinchazón” o distensión abdominal, que pueden atribuirse a la acumulación de gases, líquido o incluso materia fecal, pero también puede tener otras causas.
Los posteos que promueven soluciones inmediatas con “medicina natural” apelan a la buena fe de la población, pero tienen cero nivel de evidencia científica, señaló a este medio Lucas Quelín, miembro de la Asociación Argentina de Cirugía y de la Sociedad Argentina de Coloproctología.
“Cualquier persona que tenga síntomas como distensión abdominal, alteración del ritmo evacuatorio, meteorismo (acumulación de gases) o intolerancias digestivas, tiene que ser evaluado en forma multidisciplinaria con equipo de gastroenterología, nutrición, coloproctología y salud mental”, aconsejó el especialista.
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