Circulan múltiples contenidos en redes sociales que aconsejan no enjuagarse la boca con agua tras cepillarse los dientes y dicen que lo correcto sería únicamente escupir la espuma de la pasta dentífrica. Es verdadero. Los expertos en salud e higiene bucodental y la literatura científica coinciden en que lo correcto es no enjuagarse con agua tras el cepillado. Al hacerlo, se elimina el flúor de la pasta dental y disminuye, por lo tanto, su eficacia para prevenir las caries.
Por qué no es aconsejable enjuagarse tras el cepillado
No debemos enjuagarnos con agua tras el cepillado, aseguró la higienista bucodental y experta en salud pública oral Miriam Vivas a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado. Si lo hacemos, “estamos diluyendo el flúor que contiene el dentífrico, por lo que su acción tópica no será efectiva”.
“Cuando te enjuagas, básicamente estás enjuagando los ingredientes activos de la pasta que acabas de ponerte en los dientes”, explicó Margherita Fontana, profesora de la Facultad de Odontología de la Universidad de Michigan, al periódico The Washington Post.
El sentido de esto está en prevenir la caries dental, una patología cuya prevalencia va en aumento, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que sufren más de 2,300 millones de personas en dientes permanentes y 537 millones de niños en dientes de leche. La caries puede provocar dolor en los dientes. Si no se trata, puede causar una infección e, incluso, la pérdida del diente.
¿Qué se puede hacer para prevenir y tratar este problema?
Además de reducir (o eliminar) la ingesta de azúcares libres (aquellos presentes, por ejemplo, en los jugos de frutas), llevar una dieta sana y acudir a revisiones periódicas con el dentista, lo mejor es cepillarse con una pasta de dientes con flúor, un producto que sabemos (gracias a las investigaciones científicas) que inhibe la progresión de la caries, disminuye la sensibilidad dental y remineraliza los dientes (ayuda a recuperar y mantener su estructura y composición química).
Vivas cuenta que existen dos formas de obtener flúor: la sistémica o ingerida (que puede ser con medicamentos o con el agua del grifo, donde también está presente y su concentración está controlada) y la tópica, que es a través del cepillado de dientes.
Para sacar el mayor provecho al flúor, Vivas señala que lo mejor es no enjuagarse con agua porque, si se hace, “la acción tópica (esto es, el cepillado) no será efectiva”. La recomendación es escupir el exceso de dentífrico sobrante sin aclararnos.
Aquellos que prefieran enjuagarse deben hacerlo ligeramente con una pequeña cantidad de agua -por ejemplo, un sorbo de la mano- o retrasar el enjuague unos 20 minutos, según contó Brittany Seymour, portavoz de la Asociación Dental Estadounidense (ADA) y profesora asociada en Harvard, a The Washington Post. Otra opción para quienes desean enjuagarse después del cepillado, según Fontana, es utilizar después un enjuague bucal que contenga flúor.
Por último, si el exceso de espuma supone un problema durante o después del cepillado, Vivas recomienda buscar alguna pasta de dientes que no contenga SLS (laurilsulfato de sodio), que sirve para crear espuma.
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