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Las narrativas desinformantes sobre los huracanes

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Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas:

  • Circulan en redes sociales diferentes narrativas desinformantes y conspiraciones sobre huracanes.
  • Algunas indican que estas tormentas pueden ser modificadas o controladas artificialmente.
  • Otras cuestionan la trayectoria que han tomado algunos huracanes o que se realicen vuelos cerca de ellos “con patrones extraños”.
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Tras el paso de los huracanes Helene y Milton por Florida, comenzaron a circular en redes sociales contenidos desinformantes y teorías conspirativas sobre los huracanes. Entre los ejemplos más destacados y disparatados, se encuentran afirmaciones como que los huracanes sólo impactan en estados de mayoría republicana o que no existen huracanes generados en el Golfo de México que se desplacen hacia el este.

La narrativa desinformante de que los huracanes sólo impactan en estados de mayoría republicana

Una imagen publicada en redes muestra un mapa con huracanes que han causado importantes daños en el país, como Harvey (2017), Laura (2020) o Michael (2018), preguntando: “¿A nadie le parece un poco extraño que estos sólo afecten a estados republicanos?”, en referencia a Texas, Florida, Louisiana, Mississippi y Alabama, estados que tienden a votar al Partido Republicano en las elecciones presidenciales.

Como explicó la NASA, los huracanes necesitan de 4 elementos para formarse y reforzarse: agua caliente del océano, alta humedad en el aire, baja cizalladura vertical del viento (pocos cambios bruscos en su dirección o velocidad) y perturbaciones preexistentes como varias tormentas. 

En áreas tropicales, como el mar Caribe o el golfo de México, se reúnen las condiciones ideales para que se den todos estos elementos, según la Oficina Estadounidense de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, siglas en inglés). 

Se da la coincidencia de que todos los estados que bordean el golfo de México tienden a votar más al Partido Republicano. Sin embargo, esto no siempre ha sido así. Por ejemplo, el huracán Sandy de 2012 afectó a las costas de Florida, un estado que por entonces votaba mayoritariamente por el Partido Demócrata. Este huracán también afectó a zonas que suelen votar por el Partido Demócrata, como Virginia, Washington DC, Maryland, Delaware, Nueva York o Nueva Jersey. También hay ejemplos de huracanes y tormentas tropicales que afectan a estados de tendencia demócrata, como Henri, que impactó en Nueva York en 2021; Irene que impactó en estados como Virginia, Nueva York o Nueva Jersey en 2011 o Isabel, que azotó Virginia, Maryland y Carolina del Norte en 2003

La desinformación de que se patentó un dispositivo para controlar huracanes y tornados

Un mensaje en X indica que “el 2 de noviembre de 2001, el inventor Andrew Waxmanski presentó una patente para un dispositivo de control de huracanes y tornados” y añade que “la patente se aprobó el 8 de mayo de 2003”. A este mensaje se adjuntan dos elementos audiovisuales: un video de un radar donde se muestran anomalías y elementos extraños y una captura de pantalla de la patente.

Captura de la publicación donde se ven anomalías de radar y una captura de pantalla de la patente.

Por un lado, las señales anómalas que señalan en el video como si probaran que se pueden manipular estos fenómenos son falsos ecos, como explica esta nota de Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado: interferencias que el radar meteorológico recibe que no son lo que está buscando o bien errores en su funcionamiento. 

La NOAA cuenta con una guía para detectar esos falsos ecos y explicar su origen. Algunos ejemplos de falsos ecos están causados por las olas del mar, redes Wi-Fi, animales voladores (insectos, aves, murciélagos…), las aspas de parques eólicos, humo y el propio sol.

Por otro lado, la patente que aparece en el mensaje existe y está registrada con el nombre “dispositivo de control de huracán y tornado”. A fecha de 10 de octubre de 2024, la patente se encuentra abandonada, lo que significa que su inventor no ha pagado las tasas y el invento no cuenta con los derechos de exclusividad de la patente.

La patente, como indica en su resumen, consiste en colocar dispositivos que proyectan ondas de sonido que supuestamente afectan a la formación de los huracanes y tornados, bien sea perturbándolos o debilitándolos. Sin embargo, tener una patente de un dispositivo no significa que este funcione ni que se esté utilizando.

Frank Marks, director de la División de Investigación de Huracanes de la NOAA, explicó a USA Today, que esta patente no funcionaría: “Las ondas de sonido no podrían producir una diferencia de presión suficiente en una región lo bastante extensa como para frenar o desviar el viento” de un huracán. Un huracán es una zona donde la presión atmosférica es más baja que la de su alrededor, por lo que, en teoría, cambiar esta diferencia de presión es lo que conseguiría mitigar el huracán.

La narrativa falsa de que no existen huracanes generados en el Golfo de México que se muevan hacia el este

“He estado observando el rastro de tormentas desde los años 80. ¿Cuántas veces he visto a un huracán empezar ahí [el Golfo de México] y moverse hacia el este de esta manera? Cero”. Con mensajes como este se está difundiendo una narrativa que dice que no existen huracanes generados en el Golfo de México que se desplacen hacia el este, como sucede en el caso del huracán Milton. Pero eso es desinformante.

Información del huracán Milton proporcionada por el Centro Nacional de Huracanes a 9 de octubre de 2024.

La NOAA cuenta con una herramienta que permite investigar entre más de 13,000 huracanes, ciclones y tormentas, incluyendo categoría, trayectoria y otros datos de interés, desde 1851. Un usuario de esta aplicación registró varios huracanes que se han formado en el Golfo de México y se han dirigido en dirección este, como el huracán Milton. El último de ellos, el huracán Earl, en 1998. Otros ejemplos de tormentas detectadas en el Golfo de México que se movieron hacia el este que se pueden ver en la herramienta son el huracán Danny (1997) o Hazel (1953).

The Weather Channel, especializado en información climática y meteorológica, explicó que aunque la mayoría de huracanes que afectan a Estados Unidos se forman en el mar Caribe o en el Atlántico, no es raro que se formen tormentas en el Golfo de México a estas alturas de la temporada de huracanes, que va del 1 de junio al 30 de noviembre, según la NOAA. La dirección de Milton hacia el este “tiene que ver con los vientos en los niveles superiores de la atmósfera, que lo están impulsando en esa dirección”, explica el medio.

La narrativa desinformante que indica que la NOAA está haciendo trabajos de “modificación de huracanes”

Diferentes mensajes en redes dicen que la NOAA tiene o tenía un programa para la “modificación de huracanes”. Estos mensajes se comparten luego del impacto de los huracanes Helene y Milton. 

Lo cierto es que la NOAA admite que contó con un programa experimental de modificación de huracanes a mediados de los años 60, pero también explica que sus resultados no fueron los esperados y que, en la actualidad, no existe ningún proyecto en este país dedicado a la modificación de huracanes.

Según explicaron en la web del Laboratorio de Meteorología y Oceanografía Atlántica, entre 1962 y 1983 tuvo lugar el proyecto STORMFURY. La idea de este proyecto era utilizar la siembra de nubes con yoduro de plata para debilitar una parte importante de los huracanes: la pared del ojo, alrededor del ojo del huracán, que es donde se producen las precipitaciones y vientos más fuertes. En teoría, esta siembra de nubes podría generar otra pared del ojo del huracán que ‘compitiera’ con la original, debilitando toda la estructura de la tormenta.

Sin embargo, este proyecto no funcionó. En primer lugar, porque estas paredes del ojo secundarias ya ocurren en huracanes de forma natural. Segundo, porque la siembra de nubes necesita que el agua se encuentre en estado líquido a cierta temperatura (agua súper enfriada) sin hielo, y los huracanes cuentan con mucho hielo de forma natural y no tanta agua de este tipo. Y, por último, porque no contaban con métodos para detectar si los resultados eran diferentes en un huracán estándar y en uno que se había intentado modificar.

Aparte de esta siembra de nubes, se han valorado -aunque no intentado- otras técnicas para intentar modificar los huracanes: enfriar el océano de forma artificial, retrasar la evaporación del agua, ‘alejar’ el huracán usando bombas de hidrógeno, inyectar aire en el centro del huracán para desequilibrar la diferencia de presión o ‘soplar’ las tormentas con molinos. Todas estas técnicas, según la NOAA, “se quedan cortas de lo que supone el tamaño y la energía de un ciclón tropical”.

La energía cinética (la energía que tiene por su movimiento) de un huracán es de 1,500,000,000,000 vatios al día, según la NOAA. Para poner esto en perspectiva, esta cantidad de energía equivale a la mitad de la capacidad de generación eléctrica de todo el planeta.

La narrativa de los “extraños patrones de vuelo” sobre el huracán Milton

Circula un video donde dicen que la NOAA estaba haciendo “extraños patrones de vuelo” por encima del huracán Milton unas horas antes de que llegase a las costas de Estados Unidos. El video está tomado desde la aplicación FlightRadar24 y es posible ver un registro de ese vuelo (NOAA49) en FlightAware.

Captura de pantalla del video que habla de los “extraños patrones de vuelo” de la NOAA por encima del huracán Milton. El registro de vuelo se puede consultar en FlightAware.

En realidad, la NOAA hace rutinariamente vuelos dentro de los huracanes y tormentas tropicales para tomar datos adicionales y mejorar las predicciones meteorológicas. Estos vuelos también sirven para desplegar drones y sondas que den más información sobre el evento meteorológico, explica la NOAA en su página web.

Estos patrones de vuelo en torno a los huracanes -concretamente, más cerca del ojo- han ayudado a mejorar las previsiones de trayectoria de estas tormentas, según un trabajo científico publicado en 2024 que empleó datos de vuelo de una de las aeronaves de la NOAA de 2018 a 2020.

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