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Por qué el positivo en COVID-19 de Anthony Fauci no significa que las vacunas no funcionen

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Claves

  • Fauci, de 81 años, ya recibió la pauta completa de dos vacunas covid y se le administraron dos dosis de booster.
  • Los CDC recomiendan que los mayores de 50 años reciban dos dosis de booster (cuatro dosis).
  • Las vacunas son muy efectivas para reducir la mortalidad y la hospitalización por COVID-19: un no vacunado tiene 10 veces más probabilidades de fallecer y 3,6 veces más de ser internado que un vacunado (datos de abril de 2022).También reducen la transmisión del COVID, aunque no al 100% ni en todas las personas.
 
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El director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAD, por sus siglas en inglés) y asesor médico jefe de la Casa Blanca, Anthony Fauci, ha dado positivo en COVID-19, según confirmó en un comunicado los NIH (Institutos Nacionales de Salud). Fauci, de 81 años, está experimentando síntomas leves y se ha aislado en su casa.

El médico ya recibió la pauta completa de vacunas contra el COVID-19 y se le administraron dos dosis de refuerzo (booster). Es decir, que ha recibido un total de cuatro dosis de esta vacuna, de acuerdo con lo que aconsejan los CDC (Centros de Control y Prevención de Enfermedades), que recomiendan que mayores de 50 años reciban dos inyecciones de refuerzo. Esta situación la están aprovechando los desinformadores para cuestionar la eficacia de estas vacunas, y decir que no funcionan porque no han sido capaces de prevenir que una persona vacunada en cuatro ocasiones se infecte de covid.

Pero este enfoque es erróneo: las vacunas contra el COVID-19 tienen una muy alta efectividad en prevenir un covid grave que requiera hospitalización o pueda provocar la muerte de quien lo contrae. La evidencia científica muestra también que tienen cierta eficacia en prevenir la infección de coronavirus, pero esta eficacia no es del 100% y las infecciones en personas vacunadas pueden ocurrir. Sin embargo, las personas que contraen COVID-19 después de haber recibido la pauta completa y sus dosis de refuerzo suelen presentar síntomas leves o ser asintomáticos, y tienen muchas menos probabilidades de morir o ser hospitalizadas que los no vacunados.

Las personas vacunadas tienen mucho menos riesgo de morir por COVID-19

Los CDC y otros organismos de salud pública, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Agencia Europea del Medicamento (EMA, siglas en inglés), vigilan los datos de salud de las personas vacunadas en el mundo. Esto se hace para monitorear cómo funcionan las vacunas en el mundo real (efectividad) después de que las distintas farmacéuticas hicieron ensayos clínicos de estos productos y presentaron sus resultados, que corresponden a condiciones de laboratorio muy controladas (eficacia).

En el caso de los CDC, cuentan con una herramienta llamada Rastreador de datos del COVID que permite comparar la efectividad de las vacunas dependiendo de diferentes parámetros: muertes, hospitalizaciones, infecciones, grupo de edad, estatus de vacunación, vacuna administrada, y otros. Estos datos se actualizan cada mes, y los más recientes disponibles son de abril de 2022. Incluyen datos de 30 jurisdicciones de los Estados Unidos, que representan el 60% de la población del país.

Este rastreador de los CDC permite ver cómo ha oscilado la tasa de muertes por COVID-19 por cada 100,000 habitantes según el estado de vacunación. En enero de 2022, fallecían 24.14 habitantes por cada 100,000 entre personas no vacunadas, en comparación con las 2.47 muertes por cada 100,000 entre los vacunados con al menos la pauta completa (sin ningún booster).

Fuente: Rastreador de datos del COVID de los CDC.

Con los datos de marzo y abril de 2022, los CDC estiman que las personas no vacunadas tienen 10 veces más riesgo de morir por COVID-19 que los no vacunados.

Fuente: Rastreador de datos del COVID de los CDC.

Si se tienen en cuenta las dosis de refuerzo de marzo y abril de 2022, los CDC estiman que el riesgo de morir por COVID-19 de una persona no vacunada es 17 veces superior al de una persona que ha recibido la pauta completa y una inyección booster.

Otro modo de estimar la efectividad de las vacunas es con estudios en poblaciones concretas y un amplio margen temporal. En este sentido, los CDC publicaron un artículo científico en Monthly Mortality Weekly Report en el que calculan que las personas que han recibido vacunas de ARN mensajero (Pfizer, Moderna) tienen un 91% menos de riesgo de morir por COVID-19 o necesitar ventilación mecánica en comparación con adultos no vacunados. Este trabajo se realizó entre marzo de 2021 y enero de 2022 en 21 centros médicos del país.

En resumen, los datos de Estados Unidos demuestran que las personas vacunadas tienen muchas menos probabilidades de morir por COVID-19 que los no vacunados.

Las personas vacunadas tienen menos riesgo de ser hospitalizados por COVID-19

Después de más de dos años de pandemia, se conoce que los síntomas más comunes de este coronavirus son fiebre, tos, cansancio, dolor muscular, dolor de garganta, dificultad para respirar, dolor de cabeza, congestión nasal, náuseas y diarrea. No obstante, los cuadros más graves de esta enfermedad pueden incluir dolor o presión en el pecho, pérdida del habla o la movilidad, neumonía, insuficiencia respiratoria, disfunción orgánica, shock séptico, detalla la OMS.

Pero otro campo donde las vacunas demuestran su efectividad es en la prevención del COVID-19 grave y el desarrollo de síntomas que requieran hospitalización. Al igual que con la tasa de muertes, el rastreador de los CDC permite ver la tasa de hospitalización por cada 100,000 habitantes según estatus de vacunación y grupo de edad.

Fuente: Rastreador de datos del COVID de los CDC. Como el riesgo de COVID-19 varía según la edad (a más mayor, más grave), esta tasa de hospitalización se presenta con una tasa ajustada por la edad.

En el peor momento de este gráfico (enero 2022), la tasa entre personas no vacunadas era de 607.65 hospitalizaciones por cada 100,000 personas, mientras que entre vacunados con al menos una dosis de refuerzo era de 47.75 por cada 100,000.

Como el COVID-19 no tiene el mismo riesgo en una persona joven que en una adulta -a mayor edad, más riesgo y más complicaciones-, los CDC ofrecen estimaciones de riesgo de hospitalización según grupos de edad. Por lo tanto, estiman que el riesgo de hospitalización en no vacunados en comparación con vacunados es: 1.8 veces superior en niños de entre 5 y 11 años, 1.5 veces mayor entre adolescentes no vacunados de 12 a 17 años, 2.8 veces superior en adultos de 18 a 49 años, 3.8 veces mayor en adultos de 50 a 64 años y 3.9 veces mayor en adultos de más de 65 años. En su conjunto, los mayores de 18 años no vacunados tienen un riesgo 3.6 veces superior de hospitalización que los vacunados.

Los estudios de efectividad también evidencian este menor riesgo de hospitalización. Como muestra, este trabajo publicado en la revista BMJ presenta una eficacia de entre 65-88% de reducción de hospitalización en adultos con dos dosis y del 86-94% en adultos con tres dosis.

Las vacunas también pueden evitar la transmisión de COVID-19, aunque no son 100% efectivas en esto

El propio Fauci reconoció en una entrevista en NPR (la National Public Radio) el pasado 8 de abril que, a medida que la gente acuda más a locales interiores sin mascarilla (un escenario con alto riesgo de contagio por coronavirus, como explica el medio cofundador de Factchequeado, Maldita.es, “esto resultará en infecciones incluso en personas que están vacunadas”.

Los organismos de salud pública reconocen que las vacunas son muy eficaces en la reducción de hospitalizaciones y muerte por COVID-19, pero también lo son a la hora de reducir la transmisión, aunque no al 100%. De hecho, los CDC afirman en su página dedicada a infección en vacunados que algunas personas que estén totalmente vacunadas “se infectarán por COVID-19 de todos modos”. El Centro de Recursos del Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins lo expresa de otro modo: “Es posible que las vacunas contra el COVID-19 reduzcan el riesgo de transmisión del virus, pero probablemente no del todo en todas las personas”.

Fuente: Rastreador de datos del COVID de los CDC. Muestra 29 jurisdicciones de las que recogen esos datos (la herramienta toma datos de 30 jurisdicciones que representan el 60% de la población)

El rastreador de los CDC refleja que la tasa de casos de COVID-19 por cada 100,000 habitantes siempre ha sido superior entre la población no vacunada que en la vacunada. No obstante, la cifra de riesgo de dar positivo en COVID es bastante menor que en muerte y hospitalización. En abril de 2022, un no vacunado tiene 1.5 veces más riesgo de contraer COVID-19 que un vacunado con dosis de refuerzo.

Los estudios realizados por los CDC ofrecen porcentajes de cómo cambia la probabilidad de transmitir el coronavirus según la vacuna recibida (de ARN mensajero o la de Janssen de Johnson&Johnson), según el tiempo que ha pasado desde la inyección y según si es una dosis de refuerzo o de la pauta regular. Este trabajo publicado en NEMJ da una muestra de ello: del 8.4% de eficacia de una dosis de Janssen en reducción de la transmisión después de 2-4 meses, al 68.9% tras tres dosis de una vacuna ARNm después de 14-30 días.

En resumen: se sabe que las vacunas contra el COVID-19 tienen cierta capacidad de prevenir la transmisión del coronavirus, pero no son 100% eficaces ni son tan buenas como evitando muertes y hospitalizaciones.

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