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Con el verano llegan las olas de calor. Unas olas de calor más intensas, frecuentes y duraderas por la crisis climática. Unas temperaturas tan elevadas que pueden matar. Y la crisis climática es responsable del crecimiento de estos fallecimientos: más de un tercio de todas las muertes en las que influyó el calor fueron atribuibles al calentamiento global, según un estudio publicado en Nature Climate Change que analizó datos de 732 ciudades de todo el mundo entre 1991 y 2018. ¿Pero hasta qué punto estos efectos negativos en la salud del calor se deben, no sólo a las temperaturas diurnas, sino también a las temperaturas mínimas elevadas, las llamadas noches cálidas o calurosas?
Primero hay que señalar que la crisis climática no está calentando por igual las noches y los días: las temperaturas nocturnas han subido más rápido que las diurnas en todo el mundo. En Estados Unidos, la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) recoge que, desde el 13 de julio de 2021 se han roto 153 récords históricos de temperatura mínima máxima (la que habitualmente hace por la noche o en torno al amanecer) frente a 46 récords de máximas (que se alcanzan durante el día).
Tras un día caluroso, “es muy importante que las personas tengan la oportunidad de bajar la temperatura corporal. Cuando hace mucho calor de noche, no tienes ese alivio y añade estrés fisiológico en nuestro cuerpo”, contaba a The New York Times Kristie Ebi, científica de la salud ambiental de la Universidad de Washington. La mortalidad está asociada con temperaturas nocturnas superiores a los 20 grados y aumenta a mayor calor nocturno, explicó a Maldita.es , uno de los medios fundadores de Factchequeado, Dominic Royé, climatólogo, investigador posdoctoral en el grupo Epidemiología y Salud Pública en la Universidade de Santiago de Compostela (España) y autor de un estudio sobre los efectos de las noches calurosas en la mortalidad en el sur de Europa.
Mayor mortalidad en personas pobres, mayores y mujeres
Pero el riesgo de morir durante las olas de calor no se distribuye por igual en toda la población. Como mostró un estudio sobre la ola de calor de junio de 2021 en Estados Unidos y Canadá, que analizó las muertes en Vancouver (Canadá), la mortalidad se asoció con la pobreza, barrios con menos zonas verdes, personas ancianas y mujeres. Por ejemplo, en San Diego (California) los hogares con mayores ingresos tenían más del triple de probabilidades de utilizar el aire acondicionado que los de menores ingresos, concluye un estudio de 2018. Y tener aire acondicionado se asocia con un menor riesgo de mortalidad relacionado con el calor.
Las noches cálidas activan los incendios forestales
El efecto de estas noches más calientes también hace más activos los incendios forestales en el oeste de Estados Unidos, señala un estudio publicado en 2021 en Geophysical Research Letters. “La noche es un momento importante en la gestión de incendios. Cuando los incendios se apagan por la noche, los bomberos tienen la oportunidad de descansar, mover el equipo y elaborar estrategias. El problema que señalan los bomberos es un aumento inesperado de la actividad de los incendios nocturnos”, señaló el autor principal Andrew Chiodi, investigador de la Universidad de Washington y de la NOAA.
El Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) advierte que en Europa el aumento de incendios, ligado entre otras causas a la crisis climática, supondrá un incremento en las muertes tanto de forma directa por los incendios como indirecta por una peor calidad del aire. Por lo tanto, las noches cálidas matan de diversas maneras, pero no por igual.
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