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Qué es una teoría conspirativa, por qué algunos la creen y cómo desacreditarla

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 Si tienes sólo unos segundos, lee estas lineas:
  • Es la creencia de que ciertos eventos o situaciones son secretamente manipulados por fuerzas poderosas con intenciones negativas. 
  • Suele aparecer como una explicación lógica de eventos o situaciones que son difíciles de entender y trae consigo una falsa sensación de control y orden. 
  • Durante el último año, Chequeado, medio cofundador de Factchequeado, verificó algunas teorías conspirativas que circulan en redes sociales: los Illuminati, el Nuevo Orden Social o Plandemic. En esta nota, te contamos por qué es importante contrarrestarlas y cuáles son las mejores estrategias para hacerlo.

Por Delfina Corti
 
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Durante la pandemia, fue moneda corriente escuchar y leer en redes sociales que el coronavirus no era más que “un fraude gigantesco para obtener ganancias a través de la venta de vacunas”. También, en los últimos años hemos oído hablar sobre los Illuminati, a través de desinformaciones que aseguran que varios famosos supuestamente formarían parte de esta organización secreta.

Estos contenidos -que se suman a otros verificados por Chequeado, y Factchequeado– tienen algo en común: son teorías conspirativas. Esto puede provocar mucho daño cuando las creencias se convierten en comportamientos, como cuando la reticencia a la vacunación lleva a una disminución en las cifras de inmunización.

Por eso, en esta nota te contamos qué son las teorías conspirativas, por qué es importante verificarlas y cómo desafiar el pensamiento conspirativo.

Qué son las teorías conspirativas

Las teoría conspirativa –según señalan la Unesco y la Comisión Europea– es “la creencia de que ciertos acontecimientos o situaciones son secretamente manipulados por fuerzas poderosas con intenciones negativas”.

Tienen en común 6 elementos:

  • un supuesto complot 
  • un grupo de conspiradores 
  • supuestas “pruebas” que parecen fundamentar la teoría 
  • la afirmación falsa de que nada sucede por casualidad y de que las coincidencias no existen
  • la división del mundo en bueno o malo  
  • la utilización de personas y grupos como chivos expiatorios (los culpan de algo de lo que no son responsables).  

Del mismo modo, explica el informe “La creencia en teorías conspirativas” -elaborado por Africa Check, Chequeado y Full Fact-, las teorías conspirativas son declaraciones sobre tramas secretas orquestadas por poderosos actores malintencionados, que también coinciden con un rechazo hacia la evidencia disponible públicamente.

Kathleen Hall Jamieson, profesora de Comunicación y directora del Annenberg Public Policy Center de la Universidad de Pensilvania y cofundadora de FactCheck.org, medio aliado de Factchequeado, señala que los estudios muchas veces desdibujan las líneas entre la teoría de la conspiración y la desinformación, pero que hay diferencias entre ambas.

“La desinformación es deliberadamente engañosa. Las creencias de conspiración incluyen cualquier creencia que abarque a actores maliciosos que participan en un complot secreto que explica un evento importante”, explica Jamieson.

Durante el último año, Chequeado, medio aliado de Factchequeado, dio a conocer algunas teorías conspirativas que circulan en redes sociales: los Illuminati, el Nuevo Orden Social o “Plandemic” (una teoría que cree que la pandemia de la COVID-19 es “un fraude gigantesco para obtener ganancias a través de la venta de vacunas”).

Además, en Factchequeado te hemos contado sobre contenidos que se viralizan y alientan la teoría conspirativa que dice que el hombre no llegó la luna; que se avecina una invasión de ovnis; que las “chemtrails” son esas estelas que dejan algunos aviones y buscan fumigar poblaciones para infectarlas con sustancias químicas y dominar el clima; que existe un grupo llamado Los Illuminatis que secretamente estarían dominando el mundo, o la muy conocida teoría del “gran fraude electoral” de 2020.

Qué lleva a creer en teorías conspirativas

Las teorías conspirativas florecen porque a menudo aparecen como una explicación lógica de eventos o situaciones que son difíciles de entender y traen una falsa sensación de control y orden”, según señalan la Unesco y la Unión Europea. Y agregan: “Esta necesidad de claridad aumenta en tiempos de incertidumbre como la pandemia de COVID-19”.

En un área del conocimiento en el que queda mucho por explorar, algunas investigaciones apuntan a que el cerebro humano tiene una inclinación natural a creer en esas teorías y que las personas reforzamos nuestras ideas previas cuando nos contradicen.

Según el informe “La creencia en teorías conspirativas”, es muy difícil establecer los porqués que nos llevan a creer en teorías conspirativas. Sin embargo, los estudios sugieren diferentes razones.

  1. Las teorías conspirativas pueden proteger nuestras creencias ante la incertidumbre y la contradicción. La incertidumbre es un estado psicológico muy estresante. Las teorías conspirativas pueden satisfacer nuestra necesidad de saber cuando la información no está disponible o es conflictiva, arbitraria o no coincide con nuestras opiniones.
  2. Las explicaciones causales también pueden brindar una sensación de seguridad y control de nuestro entorno. Los estudios también demostraron que las personas pueden recurrir a las teorías conspirativas cuando se encuentran en un estado de ansiedad o impotencia. Por eso, no es de extrañar que las teorías conspirativas prosperen durante las pandemias.
  3. Las teorías conspirativas pueden hacernos sentir mejor sobre los grupos sociales a los que pertenecemos. Creer en conspiraciones también presupone una dimensión de grupo donde las empresas farmacéuticas, las corporaciones, “el sistema” es un ellos poderoso y malvado. Los psicólogos argumentan que esto puede explicarse debido a un narcisismo colectivo. Para las personas con actitudes narcisistas, las teorías conspirativas pueden ser un mecanismo de defensa que provee una explicación a las desventajas.
  4. La incertidumbre política también puede agudizar la creencia en teorías conspirativas. Las teorías conspirativas suelen surgir de eventos políticos que generan sentimientos de impotencia, incertidumbre e imprevisibilidad.

Por qué es importante contrarrestar las creencias conspirativas y cómo hacerlo

La Unesco y la Comisión Europea advierten que es necesario frenar la difusión de teorías de la conspiración, ya que hacen daño de 3 formas. Primero, señalan un enemigo y un complot que amenaza la vida o las creencias de las personas y desencadenan un mecanismo de defensa, el cual puede agravar la discriminacion, justificar los delitos de odio y ser aprovechado por grupos extremistas violentos.

En segundo lugar, las teorías de la conspiración siembran desconfianza en las instituciones públicas, lo que puede conducir a la apatía política o a la radicalización. Y, por último, siembran desconfianza en la información científica y médica, lo que puede tener consecuencias graves.

Contrarrestar las creencias de la conspiración es importante porque las creencias en conspiraciones pueden alentar a las personas a actuar de manera dañina”, señala Jamieson.

El informe “La creencia en teorías conspirativas” detalla 2 estrategias para luchar contra las teorías conspirativas: las correcciones, realizar chequeos que refuten teorías conspirativas con pruebas y hechos -como hacemos en Factchequeado-, y la inoculación, los mensajes diseñados para ayudar al público a reconocer las inconsistencias fácticas y las falacias lógicas utilizadas en las teorías conspirativas.

La teoría de la inoculación de información argumenta que, así como las vacunas refuerzan nuestra inmunidad a una enfermedad exponiéndonos a una dosis controlada de antígenos, la preexposición a un mensaje puede protegernos de una exposición futura a contenido persuasivo, pero falso”, explica el trabajo.

Un estudio publicado en la revista científica Plos One -que recopila y proporciona un resumen sobre la eficacia de diferentes intervenciones para reducir la creencia en teorías conspirativas- brinda algunos consejos:

  1. Evitar apelar a las emociones. La investigación sugiere que las estrategias emocionales no funcionan para cambiar las creencias conspirativas.
  2. Los contraargumentos contra teorías conspirativas específicas -que se dan después de que los participantes hayan estado expuestos a una- tienden a no ser particularmente efectivos.
  3. Centrarse en la prevención. Las mejores estrategias parecen implicar ayudar a las personas a reconocer información poco confiable y fuentes no confiables antes de que se expongan a una teoría conspirativa específica.
  4. Una mentalidad analítica y las habilidades de pensamiento crítico son los medios más efectivos para desafiar las creencias de la conspiración. Según el estudio, los participantes que estaban preparados para tener una mentalidad analítica tenían menos probabilidades de creer en teorías conspirativas.

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