Desde que un jurado investigador (Grand Jury) del Sur de Florida presentó 37 cargos criminales contra Donald Trump por los documentos clasificados que se llevó y guardó en su residencia en Mar-a-Lago una vez terminó su presidencia, tanto el expresidente como activistas conservadores (ver aquí y aquí) han argumentado que existe un doble estándar de justicia en Estados Unidos porque Hillary Clinton, cuando era secretaria de Estado, no enfrentó cargos por el caso del uso de un correo electrónico personal para asuntos de gobierno.
Te explicamos de qué se trató el caso de los emails de Clinton y en qué se diferencia con el de los documentos clasificados de Trump.
Cuando era secretaria de Estado, Clinton utilizó un email privado para asuntos de gobierno
En 2015, los inspectores generales de la oficina del Director Nacional de Inteligencia y el Departamento de Estado encontraron que algunos de los correos enviados por Clinton desde un servidor privado incluían información clasificada. Entonces, pidieron al gobierno federal que investigara lo ocurrido.
En una declaración conjunta, los inspectores dijeron que no refirieron el caso a la rama ejecutiva para que se abriera una investigación criminal, sino con fines de contrainteligencia, es decir, para prevenir que esa información fuese descubierta por otros países.
El FBI investigó a Hillary Clinton por casi 1 año y no encontró evidencias de criminalidad
Un argumento que quizás escuches o leas con frecuencia en estos días es que Hillary Clinton borró 33,000 correos electrónicos para esconderlos de los investigadores. Como indica FactCheck.org, medio aliado de Factchequeado, casi 32,000 correos fueron eliminados por un contratista que trabajaba para los abogados de Clinton porque habían sido considerados como “correos personales” no ligados al trabajo de Clinton como Secretaria de Estado. No obstante, el FBI (Buró Federal de Investigaciones) también investigó esto, recuperó casi 15,000 de los correos eliminados, y, de acuerdo con el entonces director del FBI, James Comey, no encontraron evidencia de que su eliminación haya formado parte de un esfuerzo intencional para esconder información.
“No encontramos una instancia con la que podamos presentar cargos criminales en relación a lo ocurrido”, dijo Comey, el 5 de julio de 2016.
De acuerdo con Comey, los investigadores “no encontraron evidencia que reflejara que Clinton o sus compañeros de trabajo hayan intentado violar las leyes relacionadas con el manejo de información clasificada”. No obstante, “sí hay evidencia de que fueron extremadamente descuidados con el manejo de información muy sensitiva y altamente clasificada”.
Bradley Moss, abogado especializado en casos de seguridad nacional, dijo por correo electrónico a Factchequeado en septiembre de 2022 que, en el caso de Clinton, “el gobierno no pudo identificar ninguna evidencia real de que su servidor [privado] de correo electrónico hubiese sido creado con el propósito de intercambiar información clasificada, o que Clinton haya retenido deliberadamente información clasificada identificable”.
Además, Moss destaca que los emails con información clasificada que se enviaron desde el correo electrónico personal de Clinton nunca estuvieron marcados como clasificados. Esto fue considerado por Comey como un problema de la “cultura general de seguridad” del Departamento de Estado.
Similar a lo dicho en su momento por Comey, Moss indicó que a su juicio la conducta de Clinton y de su equipo de trabajo “fue descuidada, pero no cumple con el estándar bajo el cual el Departamento de Justicia opera para considerar presentar cargos por mal manejo de información clasificada”.
Entonces, ¿por qué a Trump sí le presentaron cargos?
El Departamento de Justicia usualmente no presenta cargos por “manejar erróneamente información clasificada a menos que haya evidencia de que se haya hecho con premeditación y con obstrucción de la justicia”, y esos 2 factores “están presentes en el caso del señor Trump”, dijo el abogado Moss a PolitiFact, medio aliado de Factchequeado.
En la misma línea, el abogado Robert Kelner dijo a The Washington Post que la principal diferencia con el caso de Clinton está en que, de acuerdo con los investigadores, no hubo evidencias de que la exsecretaria de Estado hubiese intentado obstruir la justicia. En cambio, añadió Kelner, “el foco de la acusación contra Trump está en su claro esfuerzo de intentar obstruir la justicia. Esa es la diferencia fundamental”.
Según las evidencias recopiladas por el fiscal especial Jack Smith, el expresidente se llevó los documentos a Mar-a-Lago, se resistió a devolverlos al gobierno cuando se los reclamaron, y después intentó esconderlos de los investigadores y de sus propios abogados.
Además, de acuerdo con la evidencia de los fiscales, al menos en 2 ocasiones enseñó a terceros información clasificada sabiendo que la información no debía terminar en el dominio público.
Los fiscales también consideran que Trump guardó en Mar-a-Lago material confidencial de la CIA, del Departamento de Defensa, y de la Agencia Nacional de Seguridad, entre otras agencias federales, y en los documentos había, entre otras cosas, información sobre programas nucleares de la nación, vulnerabilidades de Estados Unidos y otros países ante un posible ataque militar, y planes para una posible respuesta militar en caso de un ataque extranjero.
Trump se declaró inocente el pasado martes 13 de junio de 2013 en una Corte Federal de Miami.
¿Y en qué se diferencia con el caso de los documentos clasificados de Biden?
Otro argumento que quizás escuches con frecuencia en estos días es que existe un doble estándar de justicia porque el presidente Joe Biden también tenía documentos clasificados en su residencia. Estas son 5 claves con de diferencias y similitudes entre ambos casos:
- El equipo legal de Joe Biden fue el que encontró los documentos y posteriormente contactó a NARA (la agencia federal donde deben estar archivados por ley) para entregarlos.
- Algunos de estos archivos eran de cuando Biden era senador, mientras que otros eran de cuando era vicepresidente durante la administración de Barack Obama.
- En el caso de Donald Trump fue NARA quien contactó al expresidente para recuperar los documentos y, como te comentamos en esta nota, el exmandatario no los entregó inmediatamente, se resistió a devolverlos al gobierno cuando se los reclamó, y, según la investigación, intentó esconderlos de las autoridades y de sus propios abogados.
- El fiscal general, Merrick Garland, designó fiscales especiales para ambos casos.
- Trump ha asegurado que no hizo nada malo al llevarse los documentos. En cambio, el asesor legal de Biden ha dicho que los documentos estaban “mal puestos”, ha reconocido que fue un error y ha prometido cooperar con el fiscal especial designado para su caso.
En esta nota de Factchequeado te explicamos con detalles las similitudes y diferencias entre ambos casos.
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