A través del WhatsApp de Factchequeado (+1-6468736087) nos preguntaron por las aplicaciones que pagan “por caminar”. Este tipo de apps se han vuelto virales en TikTok, aunque ya hace tiempo que existen y ocupan titulares. Hay diferentes apps en el mercado pero todas funcionan más o menos igual: una vez descargada, el usuario acumula sus pasos diarios y después podrá canjearlos por dinero físico, descuentos o productos.
Sin embargo, varios expertos alertan de que las empresas “nunca dan dinero porque sí”. Estas aplicaciones son “inseguras” en materia de privacidad, ya que analizan los datos de los usuarios “de forma oculta” y acaban vendiéndolos a terceros. De esta forma perderemos el control de nuestros datos: no sabremos quién los usa ni para qué, y además recibiremos anuncios personalizados en la app en base a ellos. Los expertos insisten en que debemos desconfiar de aquellas empresas que nos ofrezcan dinero, aparentemente, a cambio de este tipo de tareas sencillas, como caminar o hacer encuestas, algo que además, a veces, va dirigido a menores, haciendo que “se expongan” a un mayor riesgo a la hora de compartir sus datos.
Qué tipo de datos recogen estas apps y qué riesgo implica
Estas aplicaciones recopilan una gran cantidad de datos sobre sus usuarios, como indica Miguel Vieito, jurista e investigador en Derecho, a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado: nombre, ID y dirección de correo (cuenta a la que tanto ellos, como otras empresas, pueden enviarte publicidad); información de estado físico (datos de salud, “especialmente protegidos y especialmente jugosos en el mercado”, como la altura, peso o índice de masa corporal); tu fotografía, fecha de nacimiento, datos de geolocalización, lista de contactos... Además, la aplicación también cuenta las calorías quemadas.
Los datos de ubicación son especialmente sensibles, según indica el abogado de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) y experto en privacidad Nathan Wessler: "Estos puntos de ubicación revelan todo lo que hacemos en el transcurso de un día".
Según cuenta Wessler a la revista Time, pueden mostrar “dónde dormimos por la noche, porque nuestros teléfonos están cerca de nosotros; adónde vamos durante el día, nuestros amigos y nuestras parejas románticas. Dejas el trabajo y puedes ir a una reunión o pasar por el consultorio de un psiquiatra. Tus patrones de vida se reflejarán en estos datos”.
Algunas de estas apps indican que no comparten datos, pero al mirar sus términos y condiciones nos encontramos otra realidad. Por ejemplo, que proporcionan los datos a sus partners “para finalidades publicitarias”. También los ceden a proveedores y contratistas, entre otros posibles terceros.
La recopilación de datos de forma indiscriminada y con nuestro consentimiento implica riesgos. Los datos e imágenes que compartimos pueden acabar en lugares insospechados y perderemos su control: no sabremos quién los usa ni para qué.
Para limitar la información que las aplicaciones recopilan sobre ti, la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA, por sus siglas en inglés) aconseja revisar en los ajustes del teléfono móvil los permisos que tiene cada app: “Asegúrate de que las aplicaciones instaladas sólo tengan acceso a la información que necesitan y elimina los permisos innecesarios”.
El organismo sugiere eliminar las aplicaciones con “permisos excesivos”. “Presta especial atención a las que tienen acceso a tu lista de contactos, la cámara, el almacenamiento y el micrófono”, señala.
¿Cómo se financian estas aplicaciones? Con publicidad personalizada y datos de los usuarios
Este tipo de aplicaciones se nutre de 2 tipos de fondos, según Vieito: la publicidad y los datos.
En el primer caso, dice Vieito, algunas apps ofrecen, en su nivel más básico, funcionalidades con anuncios, directos o indirectos. El experto en ciberseguridad Carlos Tomás resalta a Maldita.es que en función del uso que se dé a la aplicación se podrá segmentar esa publicidad: “Al darle permisos para contar pasos la app puede tener acceso también a datos como la localización que hagan que el usuario reciba anuncios adaptados a sus gustos –como, por ejemplo, material deportivo– y que la propia aplicación cobre más por insertarlos”. Muchos usuarios, dicen los expertos, pueden acabar accediendo a la versión de pago de la app para evitar estos anuncios.
En el caso de los datos, Vieito señala que hay apps que analizan los datos de los usuarios “de forma oculta” para después transferirlos a empresas del mismo grupo o venderlos a terceros. “Esto no se observa a simple vista, hay que bucear en los términos y condiciones de estas aplicaciones para darte cuenta”, señala. En este tipo de aplicaciones en las que se registran paseos o rutas, cuenta el experto, es “habitual” que exista la posibilidad de compartir esas rutas, algo que crea comunidad. Sin embargo, el objetivo no es ese. El objetivo, dice Vieito, es tener cada vez más personas usuarias.
¿Cómo funcionan las apps que te pagan por caminar?
Todas las apps que prometen pagar por caminar tienen un funcionamiento e intencionalidad similar. La aplicación ‘Macadam’ se ha vuelto viral en TikTok. La app señala que su finalidad es “fomentar la vida saludable y luchar contra el sedentarismo”, tal y como se recoge en su web. Para Vieito, que una empresa le diga que no quiere ganar dinero sino que busca un fin social es una “red flag” (bandera roja). “Miente, y no sólo eso, sino que quiere ocultarme qué es lo que hace”, subraya el experto.
En el caso de esta aplicación, los pasos que se generan se convierten en tokens (monedas propias de la app) que, más tarde, podrán trasladarse a euros al alcanzar un mínimo establecido. ‘Macadam’ nos ofrece la posibilidad de ganar tokens extra por ver anuncios dentro de la plataforma o por seguirles en redes sociales, algo que, dice Vieito, les hace “crecer” como negocio. El experto resalta que el pago no es tan sencillo como parece: “40 minutos de paseo generan 50 monedas, pero para alcanzar el pago mínimo necesitas 30,000. Esto requiere entre 40 y 50 días de uso de la aplicación”. Otra de estas apps, Sweatcoin, ofrece descuentos en tiendas concretas. “El beneficio ahí está claro: hay acuerdos en segundo plano con esos establecimientos en los que ofrecen descuentos”.
Erin Brodwin, periodista especializado en tecnología del portal Business Insider que probó Sweatcoin, asegura que “el objetivo de la aplicación es moverse más al aire libre”. “Dicho esto, Sweatcoin también recopila datos sobre su ubicación y pasos, datos que puede vender a los especialistas en marketing, como se describe en su política de privacidad”, afirma.
Los creadores de la app explican en su web que pueden compartir datos personales de los usuarios con sus socios comerciales de confianza para que puedan contactarto de vez en cuando con ofertas que puedan interesarte o informarte sobre otros productos o servicios, siempre que hayas dado tu consentimiento para que lo hagan.
El modo de pago que ofrecen las empresas detrás de este tipo de aplicaciones suele ser una "trampa" evidente, dice Vieito: “Tardarías más de 10 años, andando diariamente, en poder comprarte un smartphone con el dinero generado”. Muy pocas personas se adherirán a tal nivel de compromiso, algo con lo que la empresa ya cuenta, explica el experto: “Esos usuarios ya suman desde que se descargan la app; que la usen o no les da igual”.
Estas empresas están en una fase de creación y lo que buscan es expandirse y aumentar su base de usuarios. “Para ello invierten en crear comunidad, en publicidad, en hacer circular el mantra de que pagan por andar”, señala. Con grandes números de usuarios podrán captar más capital de inversores o ingresar más por la publicidad. Ahí, insiste Vieito, es donde está el negocio.
El experto insiste en que ninguna empresa, física u online, da dinero por nada. Todas tienen como objetivo principal, dice, ganar dinero, y ganar cada vez más. “Incluso cuando no lo parece”, concluye.
En Factchequeado ya te hemos hablado de las aplicaciones que prometen a sus usuarios que ganarán dinero por reproducir videos, hacer encuestas, leer noticias, descargar juegos o realizar otras tareas fáciles. La mayoría de apps de este tipo ofrecen muy pocas ganancias monetarias y requieren conseguir una cantidad de dinero complicada de alcanzar para poder retirarlo de la cuenta. Además, en ocasiones son un fraude.
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