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Las mujeres hispanas tienen la segunda tasa más alta de muerte por cáncer de cuello uterino, después de las mujeres de raza negra no hispanas, según los CDC, encargados del control de enfermedades. El Instituto Nacional del Cáncer (NCI) destaca que esta enfermedad es causada, en la mayoría de los casos, por una infección prolongada del virus del papiloma humano (VPH). Te explicamos qué son las pruebas de Papanicoláu y del VPH y quiénes deben hacérselas y dónde para prevenir el cáncer de cuello uterino.
Qué es el virus del papiloma humano
El virus del papiloma humano es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes. Aunque hablamos del virus, en singular, de hecho se trata de un grupo formado por más de 150 virus, de los cuales unos 40 se transmiten por la vía sexual.
Fuente: Sociedad Estadounidense contra el Cáncer.
Muchos de esos virus no producen síntomas en la mayoría de los casos, y otros causan síntomas considerados leves, como la aparición de verrugas y otras lesiones de la piel en la zona genital. En múltiples ocasiones la infección desaparece por sí sola en el año siguiente a producirse. Pero algunos virus pueden causar algunos tipos de cáncer, como cáncer de cuello uterino, de vulva, de vagina, de pene, de ano, de boca y de faringe.
“La protección temprana es la que mejor funciona”, afirman los CDC. Por eso, aconsejan vacunarse a partir de los 11 años contra los tipos de VPH que suelen causar cáncer con mayor frecuencia. Según señalan desde la Clínica Mayo, “la edad ideal para la vacunación es antes de que la persona empiece la actividad sexual”.
¿En qué consisten estas pruebas?
La prueba de Papanicoláu (se llama así por Georgios Papanicolaou, el científico griego que la inventó) busca anomalías en las células cervicales antes de que se conviertan en cáncer de cuello uterino. La del VPH busca signos de infección por cepas del VPH de alto riesgo -aquellas con más probabilidad de causar dicha enfermedad-.
Ambas pruebas -que a veces se hacen de forma conjunta- consisten en tomar una pequeña muestra de tejido del cuello del útero para estudiarlo con un microscopio y comprobar si hay o no células anormales en él.
Para alcanzar la zona sin dificultad, el médico introduce un instrumento de plástico o metal llamado espéculo en la vagina, que le permite separar sus paredes. A continuación raspa y cepilla el tejido (es un procedimiento molesto, pero habitualmente indoloro, aunque suene a lo contrario) para tomar células del cuello uterino. Esta será la muestra que se examine en el laboratorio para realizar un diagnóstico y detectar posibles anormalidades.
Fuente: Instituto Nacional del Cáncer (NCI).
Quiénes deben realizarse la prueba del VPH y la de Papanicoláu
El cérvix o cuello uterino es la parte más baja del útero -el lugar en donde crece el bebé durante el embarazo-. Suelen pasar varios años hasta que las células normales del cuello uterino se convierten en células cancerosas debido al VPH, según Medline Plus, el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina.
“Saber si tiene VPH ayuda a su profesional de la salud a comprender su riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino”, explica Medline Plus.
Los CDC aconsejan empezar a realizarse la prueba de Papanicoláu a los 21 años. “Si los resultados son normales, es posible que su médico le diga que puede esperar 3 años para hacerse la siguiente”, afirma el organismo.
Si tienes entre 30 y 65 años, lo ideal es que hables con tu médico acerca de cuál de estas 3 opciones es la más adecuada para ti:
Sólo la prueba del VPH: si los resultados son normales, es posible que el médico te diga que puedes esperar 5 años para hacerte la siguiente prueba de detección.
Una prueba del VPH junto con la prueba de Papanicoláu: si los resultados de ambas pruebas son normales, es posible que el médico te diga que puedes esperar 5 años para hacerte la siguiente prueba.
Sólo la prueba de Papanicoláu: si los resultados son normales, es posible que el médico te diga que puedes esperar 3 años para hacerte la siguiente prueba.
Si tienes más de 65 años, hay algunos casos en los que puede que no sea necesario que te hagas ninguna prueba, según los CDC. El médico puede aconsejarte no realizártela si te has hecho al menos 3 pruebas de Papanicoláu o 2 pruebas del VPH en los últimos 10 años y los resultados fueron normales o negativos, no has tenido un precáncer (una lesión que tiene el potencial de convertirse en cáncer) de cuello uterino en el pasado o te han extirpado el cuello uterino por una afección no cancerosa.
Dónde puedes hacerte estas pruebas
Ambas pruebas pueden realizarse en consultorios médicos, clínicas y centros de salud comunitarios. “Muchas personas se someten a estas pruebas en los servicios de obstetricia y ginecología o en los servicios médicos de atención primaria”, indica el NCI.
Si no asistes de manera regular a un consultorio de atención primaria específico, hay algunos organismos que pueden proporcionarte información sobre clínicas cerca de tu casa: los departamentos de salud locales o estatales, la web del programa nacional de detección temprana del cáncer de mama y de cuello uterino de los CDC, los centros de salud de Planned Parenthood o el servicio de información de cáncer del NCI.
Qué debes saber si te vas a realizar una de estas pruebas
No se necesita ninguna preparación especial antes de hacerse una prueba del VPH. Así lo indican los CDC, que destacan que ambas pruebas pueden realizarse si tienes la menstruación.
Si te vas a hacer una prueba de Papanicoláu, puedes tomar algunas medidas para asegurarte de que los resultados sean lo más precisos posible. Los CDC aconsejan evitar tener relaciones sexuales, las duchas y los medicamentos vaginales o la espuma espermicida durante los 2 días anteriores a la prueba. “Si tuvo relaciones sexuales antes de la prueba, vaya a la cita médica según lo planeado y dígaselo al médico”, añade.
Qué significan los resultados de estas pruebas
Los resultados de las pruebas pueden tardar hasta 3 semanas. Si son anormales, tu médico hablará contigo para determinar la mejor forma de hacer un seguimiento. “Los resultados de las pruebas pueden ser anormales debido a varios factores y, por lo general, estos resultados no significan que usted tiene cáncer”, destacan los CDC. Si se detectan células anormales que pueden convertirse en cáncer, tu médico te dirá si necesitas un tratamiento para evitar que se tornen cancerosas.
Si los resultados son normales, hay “muy poca probabilidad” de que contraigas cáncer de cuello uterino en los próximos años. En este caso, es posible que tu médico te recomiende esperar hasta 5 años para hacerte otra prueba.
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