Es posible que pases una gran parte de tu tiempo en la red, compartiendo información personal, realizando transacciones financieras y comunicándote con otros usuarios. Si bien Internet ofrece un sinfín de oportunidades, también conlleva riesgos. Te dejamos aquí 5 consejos que puedes aplicar en tu rutina para usar tus dispositivos y relacionarte con el complejo mundo digital de una manera más cuidadosa en lo que se refiere a la seguridad y la privacidad.
Limita la información que das a tus redes sociales y los permisos que das a tus apps
Regla número uno: ser consciente de lo que compartimos online. Parece un consejo hueco, pero es lo más importante a la hora de interactuar con el entorno digital y es algo que se debe aplicar a nivel individual para que tenga impacto a nivel colectivo. Las redes sociales son parte de nuestra vida, pero nosotros seguimos decidiendo lo que publicamos en ellas. Son nuestro espejo en el mundo online y, a diferencia de con otros servicios, somos responsables de lo que subimos a ellas.
Nunca compartas información sensible en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok, YouTube o en cualquier otra red social que utilices. De ella se puede extraer una cantidad de información personal que seguramente no daríamos a la ligera en otros sitios, desde la ciudad en la que vivimos, nuestra fecha de nacimiento, el partido que votamos hasta las imágenes de la fiesta que nos pegamos un fin de año loco.
Todas esas publicaciones y detalles de tu vida que se cuelgan en redes de forma inocente pueden pasar desapercibidas ahora, pero más adelante sirven también para crear un perfil sobre ti que puede ser usado por distintos actores, como un futuro jefe que decida rebuscar en ellas.
Sobre los permisos de las apps puedes leer esta nota de Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado. Es importante para mejorar la seguridad de tus dispositivos que aprendas a conceder los justos y necesarios. Los últimos sistemas operativos de los móviles ya incorporan opciones para que se activen sólo cuando sea necesario, pero para los que todavía no lo hacen, no está de más desactivarlos de forma manual. Puede ser tedioso, sí, pero una vez que te acostumbras se convierte en una acción casi automática.
Dale una oportunidad a buscadores más respetuosos con la privacidad y ve limpiando tu actividad en línea
Sabemos que Google Chrome es un buscador que nos suena mucho y al que estamos acostumbrados, pero también es parte de la máquina que recolecta datos sin cesar sobre todo lo que buscamos para luego relacionarlo con la información que recoge de otros servicios, como Gmail, Google Maps, YouTube, etcétera. Si tienes un teléfono Android lo tienes instalado por defecto; en cambio, si usas un iPhone, puede que estés más acostumbrado a Safari, el buscador de Apple.
Firefox, el navegador de Mozilla, es una de las alternativas recomendadas por incluir opciones por defecto que optimizan la privacidad del usuario al navegar con él. Todos, además, son configurables para limitar la información que recogen de nuestra actividad. Puedes echar un vistazo a otras opciones en nuestro repositorio de alternativas a servicios digitales.
Con limpiar nuestra actividad en línea nos referimos a eliminar aquellas cuentas y perfiles que ya no utilizamos, a borrar nuestros datos de navegación de vez en cuando y a configurar los sitios que usamos más frecuentemente (Maps, por ejemplo) para que lo hagan de forma automática.
Procura no usar WiFis públicas (sin candado) y aprende a usar una red virtual privada (VPN)
Las WiFis públicas (las que no aparecen junto a un candado y no piden contraseña) siempre piden algún tipo de registro. Normalmente nombre y apellido y correo electrónico, pero a veces también pueden pedir que se cree una cuenta que incluye más datos. Hay ocasiones, incluso, en las que cobran por el servicio, por lo que te pedirán los datos de una tarjeta de crédito/débito. Seguro que te suena haber pasado por algún aeropuerto que para acceder a su red durante unas horas pide un pago, por ejemplo.
Para alguien que sabe, no es tan difícil rastrear la información de los usuarios conectados a una red pública y obtener información personal no sólo del dispositivo sino de lo que pueda contener y hacerse con él. Por tanto, es mejor no usa una señal WiFi que sea pública, teniendo en cuenta que incluso podría ser un acceso falso sólo con la intención de obtener datos.
¿Y qué es una red virtual privada (Virtual Private Network, en inglés)? Digamos que es una herramienta que permite navegar por la red de forma más o menos anónima. Actúa como una intermediaria entre tu móvil u ordenador y el servidor que te va a mostrar la página web que estás buscando. De esta forma, nuestra actividad y la “identidad” de nuestro móvil u ordenador pasa antes por un servidor seguro, que hace de escudo para no ser rastreado.
Cambia cada cierto tiempo tus contraseñas y usa diferentes para cada cuenta
¿Acaso no cambias tu cepillo de dientes cada cierto tiempo para que no se te llene de bacterias? Puedes tomar como referencia este momento de tu vida para actualizar las contraseñas de los sitios que uses. Sabemos que combinaciones largas de números y letras aleatorias no son fácilmente recordables, pero seamos sinceros, a estas alturas también sabemos que las fechas de cumpleaños o el nombre de nuestro perro no son la mejor opción para guardar el acceso a nuestras cuentas.
Tampoco lo es elegir la misma contraseña para todos los servicios que usamos, aunque sea lo más sencillo. Si se produce una fuga de datos de Outlook (Hotmail), por ejemplo, y entre ellos están las contraseñas de los usuarios, sería fácil que los autores piensen que también es la que usamos para Gmail o para entrar en Facebook.
La clave está en usar contraseñas diferentes y que no se correspondan con un aspecto de tu vida fácilmente reconocible o por una sucesión de caracteres predecible, como es el típico “12345678”. Una buena técnica para recordar contraseñas eficaces es elegir una frase de la que vayamos a acordarnos siempre y usar las iniciales de las palabras. Por ejemplo: “El 8 de febrero vi a Rosalía en concierto”, que podría convertirse en “E8d2vaRec”. Claro está que no deberías decírselo a nadie ni apuntarlo por ahí. Otra opción es utilizar un gestor de contraseñas.
Aprende a identificar tácticas como el phishing que buscan acceder a tus datos
Este método de actuación se está extendiendo como la pólvora y poco a poco se va haciendo cada vez más sofisticado. En Factchequeado desmentimos muchas campañas falsas que ofrecen premios y promociones a cambio de que registres tus datos en una plataforma que suele pedir nombre y apellidos, número de teléfono, email, dirección postal, etc. En los últimos meses hemos detectado muchas campañas fraudulentas de phishing.
Precisamente gracias a la sencillez de la estrategia (hacerse pasar por una marca o empresa muy conocida que regala algún producto o servicio), es muy fácil caer, por tanto recomendamos fijarse en la procedencia de los mensajes de texto o de correo electrónico que recibimos, no abrir enlaces en mensajes de WhatsApp de números que no conozcamos y nunca dar tus datos personales si no es en una página web oficial. Te contamos más sobre cómo protegerse del phishing en esta nota.
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