La CEO y cofundadora de Factchequeado, Laura Zommer, participó como panelista en la sesión del Senior Management Group (SMG) de las Naciones Unidas (ONU), liderada por el Secretario General de la ONU, António Guterres, el 5 de febrero de 2025.
Presentó junto a Claire Wardle, profesora en Cornell University y cofundadora de First Draft; María Ressa, Premio Nobel de la Paz y CEO de Rappler; y Nanjira Sambuli, académica del Carnegie Endowment for International Peace y miembro de la junta directiva de GESDA. Luego, Melissa Fleming, secretaria General Adjunta de Comunicación Global de las Naciones Unidas, moderó una rica conversación.
Las reuniones del GSM reúnen a más de 45 jefes de entidades clave de las Naciones Unidas para abordar asuntos y políticas fronterizas, como Unicef, Unesco, OMS, OIM, entre otras. Con el objetivo de informar a los dirigentes de la ONU sobre el impacto de los riesgos de la desinformación y las posibles estrategias para impulsar la acción de la organización en esta área, la sesión abordó tendencias e impactos de la desinformación, además del papel de las plataformas de redes sociales a la hora de incentivar o interrumpir su difusión.
Zommer expuso sobre los desafíos actuales para la integridad del ecosistema informativo y las soluciones efectivas que impulsamos desde Factchequeado para combatir la desinformación.
A continuación, su discurso:
“Gracias por invitarme y permitirme compartir mi experiencia sobre la mejora de la calidad del debate público, el acceso a la información y la lucha contra la desinformación.
Pasé 10 años luchando contra la desinformación en América Latina. Pensé que lo había visto todo, pero me equivoqué.
Desde 2022, he sido testigo de una explosión de información falsa dirigida a las comunidades latinas en los Estados Unidos. Las mentiras en español se difunden 6 veces más rápido que las del inglés porque casi no se enfrentan a la verificación de datos. Los ataques se propagan como la pólvora a través de grupos de WhatsApp y redes sociales. Se dirigen a los más vulnerables. Se aprovechan de los temores sobre la inmigración. Desalientan a la gente a votar. Socavan la confianza en la propia democracia.
Presentaré algunas soluciones innovadoras e impactantes para abordar la desinformación y la información errónea, y aunque no soy ingenua ni la “más optimista” en esta sala, no me permito ser pesimista.
Como señaló en 2017 Tom Rosenstiel, de la Universidad de Maryland: ‘La desinformación no es un problema que se arregla, como la plomería. Es una condición social, como la delincuencia, que hay que vigilar y adaptar constantemente’. También refleja las diferentes culturas y operaciones establecidas por las empresas de medios de comunicación, y por la sociedad civil y las instituciones académicas de cada país.
Así que la primera idea que quiero que se lleven a casa es que –aunque nunca vamos a acabar del todo con las mentiras, la desinformación y las campañas de propaganda– debemos seguir aumentando el costo de mentir. Tenemos que desenmascarar a los mentirosos y a los actores que ganan dinero o poder con la desinformación, tanto como podamos, y enseñar, ayudar y fortalecer a nuestras comunidades para que sepan lidiar mejor con la información errónea y la desinformación mediante intervenciones de alfabetización mediática. Y, para hacerlo, necesitamos apoyo para experimentar y mejorar nuestras estrategias a diario.
Sabemos que nuestro trabajo puede desempeñar un papel importante en la documentación y la lucha contra los efectos de la desinformación, el aumento de la rendición de cuentas y el acceso a la información y, con suerte, la restauración de la confianza en fuentes fiables.
Cuando Chequeado comenzó en Argentina, sólo había 7 organizaciones de verificación de datos en el mundo: tres en Estados Unidos, dos en Francia y una en el Reino Unido. Ninguna en América Latina, África, Asia o Medio Oriente y Norte de África. Hoy en día hay 446 organizaciones de verificación de datos activas en todo el mundo, según el censo anual de Duke Reporters' Lab. Y 161 están inactivas, principalmente por problemas de financiación.
Este ataque a la verificación de datos es una tragedia, porque tenemos pruebas suficientes de que la verificación de datos funciona. Ayuda a la gente a pensar dos veces antes de compartir información errónea y, por tanto, aplana la curva del engaño. También sabemos que las estrategias de pre-bunking funcionan. Adelantarse a los vacíos informativos y explicar a la gente cómo funciona el sistema de difusión de mentiras y cómo no caer en él conduce a una sociedad más informada.
Pero también tenemos pruebas suficientes de que nuestro contenido no llega a las personas expuestas a la desinformación porque las grandes empresas tecnológicas están diseñadas para ganar dinero y no para difundir la verdad o la mejor evidencia disponibles. Incluso si éticamente aceptamos hacerlo, nunca vamos a tener suficiente dinero para invertir en hacer que nuestro contenido sea tan visible en las redes sociales como lo hacen los malos actores.
Entonces, ¿qué podemos hacer?
Tenemos cuatro mantras:
Colaboración extrema
Construir un enfoque centrado en la comunidad
Experimentación (principalmente en storytelling y tecnología cívica)
Recopilar datos valiosos para comprender mejor el fenómeno (y contribuir con los académicos y los responsables políticos)
Les daré más detalles sobre cada pilar de esta estrategia.
La desinformación es un fenómeno global y local al mismo tiempo. Y plantea desafíos tanto a escala global como local. Para abordar esto de manera efectiva, la colaboración no es una opción, sino una necesidad. Necesitamos establecer equipos, seleccionar socios y diseñar flujos de trabajo que tengan en cuenta ambos niveles. Al hacerlo, podemos evitar la duplicación de esfuerzos y garantizar que nuestros recursos limitados se utilicen de manera eficiente. Nuestro enfoque debe ser identificar las principales narrativas de desinformación y llegar a las personas que más nos necesitan, de manera oportuna, dondequiera que estén. Este es nuestro principal desafío y donde deben concentrarse nuestros esfuerzos.
Nuestro modelo en Factchequeado incluye a una red de 120 medios de comunicación y organizaciones cívicas y de base que prestan servicios a comunidades hispanas y universidades distribuidas en más de 24 estados. Tenemos una reunión semanal de una hora para compartir las tendencias de desinformación en cada ciudad, además de una línea directa en WhatsApp para compartir contenido urgente o muy dañino. Esto nos permite escuchar y comprender mejor las necesidades de las diferentes comunidades. Durante 2025, tenemos previsto añadir a nuestro modelo a un grupo de creadores de contenido o influencers.
Otros modelos de todo el mundo incluyen intervenciones colaborativas con agencias electorales, sistemas de salud pública, escuelas, iglesias, creadores de contenido y también empresas tecnológicas.
El enfoque centrado en la comunidad se basa en la necesidad de escuchar y abordar los problemas en tiempo real para servir mejor a nuestras comunidades. Garantiza que llenemos los vacíos de información antes de que los malos actores puedan explotarlos, a la vez que promueve la resiliencia de la comunidad. Para construir una comunidad, hay muchas estrategias diferentes que han mostrado buenos resultados. Las poblaciones latinas prefieren comunicarse y consumir información en las redes sociales y canales de mensajería instantánea, por lo que desarrollamos un chatbot en el que la gente puede hacernos preguntas, sugerir temas y aprender habilidades de pensamiento crítico a través de juegos, desafíos e iniciativas innovadoras de alfabetización mediática. También seguimos organizando eventos tanto presenciales como virtuales para interactuar con nuestras comunidades y comprender mejor sus necesidades. Los daños online y offline están alineados y necesitamos comprender bien el ecosistema informativo de cada grupo.
La experimentación debería ser siempre un componente central para cualquiera que se ocupe seriamente de la desinformación. Encontrar nuevas formas y formatos para captar la atención de nuestro público es crucial. Desde memes hasta un programa que enseña a cocinar y a verificar datos, estamos tratando de conectar mucho más con las emociones de la gente de la misma manera que lo hacen los malos actores. Utilizar la inteligencia artificial (IA) y desarrollar tecnología para el bien es otro enfoque vital para hacer frente a la desinformación. En Chequeado, empezamos a incorporar la IA en nuestros procesos en 2016 para aumentar nuestra velocidad sin comprometer la calidad.
Por último, nos dedicamos a recopilar pruebas y datos que faciliten la investigación a los académicos y sirvan de base a los responsables políticos de todo el mundo. Este trabajo exige innovación y un seguimiento constante de la máquina de mentir. Lo que funcionó ayer puede fallar mañana. Necesitamos recursos para experimentar, adaptarnos y mejorar. Necesitamos socios dispuestos a invertir en esta lucha y a aumentar el costo de mentir. Porque el costo de la inacción, es un precio que esta democracia no puede permitirse pagar.
Factchequeado es un medio de verificación que construye una comunidad hispanohablante para contrarrestar la desinformación en Estados Unidos. ¿Quieres ser parte? Súmate y verifica los contenidos que recibes enviándolos a nuestro WhatsApp +16468736087 o a factchequeado.com/whatsapp.
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