El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva el 22 de septiembre de 2025 “designando” el movimiento de izquierda antifa como una “organización terrorista nacional”.
“Antifa” es una abreviatura de “antifascista”, que hace “referencia a un conjunto diverso de grupos de todo el mundo unidos por la creencia compartida de que están resistiendo colectivamente la ideología fascista”, según explica el Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD, por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro y no partidista “dedicada a impulsar soluciones contra el extremismo, el odio y el autoritarismo” y aliado de Factchequeado.
Trump ya había anunciado la designación de antifa como “organización terrorista” en una publicación de Truth Social del 17 de septiembre de 2025.
Sin embargo, aunque existe un mecanismo para designar como terroristas a grupos extranjeros, el gobierno federal no cuenta con un proceso formal previsto en la ley para designar a grupos nacionales como grupos terroristas. Tampoco está claro cómo se ejecutaría esta designación; es decir, a quién se dirigiría cuando se trata de un activismo y no de un grupo en específico.
En 2019 y 2020, durante su primer gobierno, Trump ya había planteado declarar el movimiento antifa como “organización terrorista”, pero la propuesta no se llevó a cabo.
El anuncio ocurrió tras sus declaraciones sobre tomar medidas drásticas contra la “izquierda radical”, después del asesinato del activista conservador, Charlie Kirk, ocurrido el 10 de septiembre de 2025 en la Utah Valley University. Como te contamos en esta nota de Factchequeado, usuarios en redes sociales afirmaron, sin pruebas, que perpetrador del asesinato de Kirk fue orquestado por la izquierda; sin embargo, hasta la fecha de publicación de esta nota, no se ha confirmado que el sospechoso tenga vínculos con grupos de izquierda.
Origen de la palabra antifa
El origen de la palabra antifa viene del alemán “antifaschistisch” (antifascista en español) en “Antifaschistische Aktion” (frente multipartidista iniciado por el Partido Comunista Aleman en 1932 para contrarrestar el nazismo) y en otras combinaciones”, según explica el diccionario Merriam-Webster, que agrega que el primer uso conocido fue en 1946. El mismo diccionario define fascismo como “una filosofía política, movimiento o régimen populista que exalta la nación y, a menudo, la raza por encima del individuo, que se asocia con un gobierno autocrático centralizado encabezado por un líder dictatorial y que se caracteriza por una severa regimentación económica y social y por la represión violenta de la oposición.
El “activismo antifa" tiene sus raíces en los antirracistas que se movilizaron en la década de 1980 para oponerse a grupos como los “skinheads racistas, miembros del Ku Klux Klan (KKK) y los neonazis”. El grupo más antiguo que utiliza la palabra “antifa" en su nombre es “The Rose City Antifa” en Portland, Oregón, fundado en 2007. “Los grupos antifa cobraron protagonismo tras los violentos enfrentamientos entre supremacistas blancos y sus oponentes, incluidos los partidarios de antifa, en Charlottesville, Virginia, el 12 de agosto de 2017”, según informa la página del Servicio de Investigación del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés).
No es un grupo sino un movimiento o ideología
Antifa “se describe mejor como un conjunto de organizaciones descentralizadas”, sin un “órgano decisorio a nivel nacional” y “hay poca o ninguna evidencia” de que tengan “coordinación táctica o estratégica”, según ISD.

Símbolos utilizados por grupos antifa. Fuente: el Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD).
El propio director del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) durante el primer mandato de Trump, Christopher Wray, dijo (minuto 01:50) que “consideraban antifa más como una ideología o un movimiento que como una organización”, durante el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes del 17 de septiembre de 2020.
Cynthia Miller-Idriss, profesora de American University y la directora fundadora del Laboratorio de Investigación e Innovación sobre Polarización y Extremismo (PERIL), dijo que antifa era “una idea que podía movilizar a la gente” y la comparó con “conceptos o ideologías como ‘supremacía blanca’ y el ‘extremismo islamista’, a diferencia de grupos específicos como la Hermandad Aria o Al Qaeda”.
“Puede que haya pequeños grupos organizados en torno a antifa en un barrio o comunidad que se reúnan y compartan esa postura, pero sería muy difícil verlos conectados en una forma organizativa que pudiera abordarse”, dijo Miller-Idriss a The New York Times.
Qué actividades hacen los grupos de antifa
De acuerdo con el ISD, los grupos antifa buscan lograr su objetivo de “resistir el fascismo” a través de de actividades online y offline como:
“Organización de protestas destinadas a interrumpir eventos que identifican como ‘fascistas’, de “extremistas de extrema derecha” y “otros grupos a los que se oponen”. Esta es “la actividad más destacada y visible de la mayoría de grupos antifa”.
Aunque publicitan acciones legales “como protestas pacíficas a través de redes sociales y folletos”, el ISD informa que algunos “participan en actividades delictivas (o potencialmente delictivas) y en protestas ‘black bloc’ (de bloque negro), en los que visten de negro para ocultar su identidad e impedir la acción de fuerzas del orden contra cualquier individuo concreto”. Esta práctica está “destinada a garantizar el anonimato y reflejar la solidaridad, que a menudo resulta en actos violentos”.
“Algunos grupos o miembros han decidido portar armas en preparación para confrontaciones con sus oponentes”. Por ejemplo, en 2023, a partir de las amenazas de bomba y agresiones contra eventos LGBTQ+, grupos antifa “asistieron armados a eventos drag queen (hombres que se visten con ropa de mujer y actúan ante un público) en respuesta a la presencia de otros grupos armados, como los Proud Boys o neonazis”.
Grupos o afiliados de antifa también recurren al “activismo online” como el doxxing (acción de publicar información personal de una persona, generalmente con mala intención).
“Muchos grupos antifa tienen blogs o páginas para anunciar sus actividades, proporcionar información a posibles miembros y, en ocasiones, afirman de forma anónima ser los autores de actos de vandalismo o violencia”.
La Liga Antidifamación (ADL, por sus siglas en inglés) indica que solo “un pequeño grupo militante” de antifa “utilizan tácticas violentas para expresar” su oposición. Por otro lado, “los supremacistas blancos y otros extremistas de derecha utilizan una violencia aún más extrema para difundir sus ideologías de odio, intimidar a las comunidades marginadas y socavar las normas democráticas”.
“Los extremistas de derecha han sido una de las fuentes más importantes y constantes de incidentes de terrorismo interno en Estados Unidos durante muchos años”, según la ADL.
Entre 1994 y 2020, se registraron 893 ataques y complots terroristas en Estados Unidos. El 57% fueron cometidos por terroristas de extrema derecha, mientras que el 25% fue perpetrado por terroristas de extrema izquierda, según un reporte de 2020 del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés).
Como te contamos en Factchequeado, reportes como el del Instituto Cato de 2025, organización sin fines de lucro y no partidista con sede en Washington, muestran que la violencia política en Estados Unidos está mayoritariamente vinculada con grupos de extrema derecha.
Desde 1975 hasta el 10 de septiembre de 2025, extremistas de derecha cometieron al menos 391 muertes, mientras extremistas de izquierda asesinaron a 65 personas, según un análisis del Instituto Cato.
No existe un mecanismo para designar a un grupo doméstico como terrorista
El secretario de Estado es el encargado de designar como terrorista a una organización extranjera (FTO, por sus siglas en inglés) bajo la sección 219 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA, por sus siglas en inglés), según el Departamento de Estado.
Las agencias estadounidenses “aplican las designaciones de FTO” a través del bloqueo de activos, el enjuiciamiento de personas y la imposición de restricciones migratorias a estas organizaciones, sus miembros y personas que las apoyan, según precisa la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.
La página del Departamento de Estado indica que el criterio legal que se debe cumplir para la designación de una organización extranjera como FTO es:
Ser una organización extranjera.
La organización debe participar en actividades terroristas, como se definen en la sección 212 de la INA o en terrorismo, como está definido en la sección 140 de la Ley de Autorización de Relaciones Exteriores, años fiscales 1988 y 1989, o conservar la capacidad y la intención de participar en actividades terroristas o terrorismo.
Las actividades terroristas o el terrorismo de la organización deben amenazar la seguridad de los ciudadanos estadounidenses o la seguridad nacional de los Estados Unidos.
Sin embargo, expertos como Mary McCord, exfuncionaria del Departamento de Justicia y directora ejecutiva del Instituto para la Defensa y Protección Constitucional de la Universidad de Derecho de Georgetown y Faiza Patel, directora senior del Programa de Libertad y Seguridad Nacional del Brennan Center for Justice, organización aliada de Factchequeado, aseguran que no existe un mecanismo similar para organizaciones en territorio estadounidense.
“No existe una ley federal que autorice designar a un grupo como una ‘organización’ terrorista doméstica”, dijo Patel a Factchequeado vía correo electrónico.
Según McCord, “cuando una organización es designada como organización terrorista extranjera, eso puede dar lugar a responsabilidad penal por proporcionar apoyo material a un terrorista extranjero”, explicó a Factchequeado vía telefónica.“Pero no existe un proceso similar para designar a una organización terrorista nacional. Por lo tanto, la orden ejecutiva de Trump no tiene realmente ninguna relevancia jurídica”, agregó.
McCord también dijo al medio The Contrarian (minuto 21:10), que se describe como a favor de la democracia, que una designación de ese tipo podría enfrentar obstáculos de la Primera Enmienda de la Constitución y el derecho al debido proceso.
El terrorismo doméstico sí está definido bajo la ley federal, pero es distinto a la designación de un grupo como “organización terrorista”
La ley federal define como “terrorismo doméstico” las actividades que “impliquen actos peligrosos para la vida humana que constituyan una violación de las leyes penales de los Estados Unidos o de cualquier estado”; que parezcan estar dirigidas a “intimidar o coaccionar a la población civil, influir en la política de un gobienro, o afectar la conducta de un gobierno mediante la intimidación o coacción” o “afectar la conducta de un gobierno mediante la destrucción masiva, el asesinato o el secuestro”; y “ocurren principalmente dentro de la jurisdicción territorial de los Estados Unidos”.
McCord –exfuncionaria del Departamento de Justicia– aclara que esta definición “no conlleva ningún cargo penal”.
Sin embargo, hay alrededor de 50 tipos de delitos relacionados con terrorismo, que pueden aplicarse a nivel nacional, explica. Son delitos como “tener un dispositivo biológico, radiológico o nuclear, secuestrar aviones”; sin embargo, añade que “no hay ningún delito general que se aplique al ataque terrorista nacional más común” como puede ser “un tiroteo masivo con un arma de fuego con fines ideológicos”. Por ejemplo, menciona que si en este momento ocurriera un tiroteo en nombre del ISIS o Al Qaeda, “se puede acusar a una organización extranjera de proporcionar apoyo material”, pero “si se trata de un tiroteo masivo por parte de un supremacista blanco que dice que tenemos una invasión (...) por la frontera sur” entonces “no hay ningún delito de terrorismo que se aplique”.
Michael German, exagente del FBI dijo a Factchequeado vía correo electrónico que “el presidente no tiene la autoridad para designar a una organización nacional como organización terrorista extranjera, pero existen muchos delitos federales de terrorismo y otras leyes penales que pueden utilizarse para enjuiciar actos de terrorismo interno”.
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