Ha circulado una publicación sobre un supuesto estudio de Pfizer en el que se afirma que la vacuna contra la COVID-19 podría ser “la culpable del gran aumento de la hepatitis entre los niños” en Reino Unido, en referencia a un aumento de hepatitis aguda de origen desconocido en niños notificado por la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido (UKHSA, por sus siglas en inglés) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC, siglas en inglés). Pero, según afirma el UKHSA, no existe ninguna relación con la vacuna contra la COVID-19 porque ninguno de los niños con esta enfermedad se había vacunado.
El contenido fue publicado en una web de la el verficador Maldita.es ha desmentido varios contenidos anteriormente: The Expose. En ese portal mezclan y reinterpretan sin base científica una noticia de la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido, un estudio de farmacocinética (que estudia qué pasa con un fármaco cuando entra en el organismo, desde el momento en el que es administrado hasta que se elimina) en ratones de laboratorio y un artículo sobre cómo afecta la vacuna de Pfizer a células hepáticas humanas in vitro.
Ninguno de los casos de la nueva epidemia de hepatitis infantil había recibido una vacuna contra la COVID-19
Desde enero de 2022, profesionales sanitarios y de salud pública de Reino Unido están investigando 74 casos de hepatitis aguda en niños, según la UKHSA.
La hepatitis es una enfermedad que causa daño e inflamación al hígado, y suelen estar causados por virus (A, B, C, D y E). Sin embargo, no se ha identificado ninguno de estos virus en estos casos de hepatitis, por lo que se considera que es una hepatitis de origen desconocido.
Al 12 de abril, la mayoría de pacientes con esta hepatitis tenían entre 1 y 5 años, según el ECDC. En Reino Unido, al igual que en España y otros países, solo se ha aprobado la vacuna contra la COVID-19 para la población de 5 años en adelante. Además, se ha reportado que ninguno de los enfermos de hepatitis había sido vacunado contra la COVID-19, por lo que la UKHSA ha descartado el vínculo entre esta patología y el fármaco.
Lo que se sabe de los casos de hepatitis de origen desconocido: se plantean causas potenciales como virus o infecciones, pero ya se ha descartado la vacuna contra la COVID-19
El ECDC describe clínicamente los casos investigados como “una hepatitis aguda grave con transaminasas marcadamente elevadas (unas enzimas que se encuentran en las células de diferentes tejidos de órganos como el hígado, corazón, riñones, cerebro, páncreas, etc.), que a menudo se presenta con ictericia (coloración amarilla de la piel), a veces precedida por síntomas gastrointestinales como vómitos, en niños de hasta 16 años”.
Algunos síntomas de las hepatitis son: orina oscura, heces pálidas y de color gris, picazón en la piel, ictericia, dolor muscular y articular, temperatura corporal elevada, malestar y cansancio, pérdida de apetito y dolor de barriga.
Al no detectarse ninguno de los virus comunes que causan la hepatitis, se considera que es de origen desconocido. Esto obliga a los profesionales de la salud pública a plantear causas potenciales de esta enfermedad e ir descartando otras, como las vacunas contra la COVID-19.
Marina Berenguer Haym, responsable del grupo Hepatología y Trasplante Hepático del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe, en España, afirma en reacción rápida al Science Media Centre España que se han descartado otras causas posibles, “entre ellas muchos virus, enfermedades autoinmunes y tóxicos”.
Entre las causas potenciales se encuentran los adenovirus, un grupo de virus que causa enfermedades como resfriados, conjuntivitis o neumonía. Entre sus síntomas están los vómitos y la diarrea y, aunque no suelen causar un cuadro de hepatitis, se sabe que son una complicación rara asociada al virus.
Infecciones, causas ambientales u otros tipos de virus como la propia COVID-19 están siendo investigados como causas probables. Sobre esto último, Berenguer Haym indica que “solo en algunos casos coincidían con positivos en covid, así que no parece una causa probable”.
Entre las hipótesis que se contemplaban hasta el 18 de abril de 2022, Berenguer Haym dice que, al coincidir estos casos con la eliminación de las restricciones de la pandemia, “los niños han estado más protegidos, con mascarilla y llevamos dos años casi sin ver nada de esto”, por lo que puede ser que ahora exista una acumulación de casos diagnosticados. Respecto a esto, la experta recalca que aún “no ha dado tiempo” a comparar si estos cuadros de hepatitis aguda son realmente un ‘pico de casos’ respecto a los datos epidemiológicos de 2018 y 2019.