Circulan por redes sociales algunos contenidos que indican que tomar Tylenol (un medicamento cuyo principal ingrediente es el acetaminofén o paracetamol) durante el embarazo incrementa significativamente la probabilidad de que los niños desarrollen autismo o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Aunque algunos estudios, como uno en el que participan varios investigadores de la Universidad Johns Hopkins del año 2019, señalan una posible asociación entre la exposición prenatal y perinatal al acetaminofén y el riesgo de padecer estos trastornos, no hay evidencias sólidas al respecto, según el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) y la Sociedad de Medicina Materno Fetal (SMFM). Ambas entidades recomiendan el uso de este medicamento durante el embarazo cuando sea necesario y siempre tras consultarlo con un médico.
No hay evidencia científica suficiente para desaconsejar este medicamento a las embarazadas
El acetaminofén, también llamado paracetamol, se usa para reducir el dolor y la fiebre. Se trata de un ingrediente que se encuentra en muchos medicamentos, tanto recetados como de venta libre, como Tylenol, DayQuil, NyQuil, Excedrin, Sudafed, Mucinex o Midol.
Aunque existen estudios que indican que la exposición en el útero al acetaminofén puede estar asociada con un mayor riesgo de trastorno por déficit de atención e hiperactividad y trastorno del espectro autista en niños, varios expertos insisten en que no hay evidencias de que este fármaco sea el responsable de las tasas elevadas de estos trastornos.
Un portavoz de la Administración de Drogas y Alimentos explicó a FactCheck.org, medio aliado de Factchequeado, que la evidencia disponible es "demasiado limitada para hacer recomendaciones basadas en estos estudios en este momento".
“Debido a esta incertidumbre, se debe considerar cuidadosamente el uso de analgésicos durante el embarazo”, afirmó el organismo, que insta a las embarazadas a que siempre hablen con un profesional de la salud antes de tomar cualquier medicamento.
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) indica en un comunicado publicado en septiembre de 2021 que los estudios "no muestran evidencia clara que demuestre una relación directa entre el uso prudente de paracetamol durante cualquier trimestre y los problemas de desarrollo fetal". Un portavoz del ACOG confirmó a FactCheck.org que este comunicado es el más actualizado de la asociación sobre este tema.
“Los trastornos del neurodesarrollo son multifactoriales y muy difíciles de asociar a una única causa”, afirman desde el ACOG. Además, insisten en que el cerebro no deja de desarrollarse hasta, al menos, los 15 meses de edad, “lo que deja espacio para que los niños estén expuestos a una serie de factores que podrían conducir a estos problemas”.
La Sociedad de Medicina Materno Fetal (SMFM) también considera que “el peso de la evidencia no es concluyente con respecto a una posible relación causal entre el uso de paracetamol y los trastornos neuroconductuales en la descendencia”. Es decir, que no cuentan con suficientes pruebas que relacionen el uso del medicamento por parte de las embarazadas con autismo u otros trastornos en los bebés.
Algunos contenidos citan un estudio con algunas limitaciones
Algunos de los contenidos que circulan por redes sociales hacen referencia a un estudio liderado por un becario postdoctoral de la Universidad Johns Hopkins y publicado en la revista científica JAMA Psychiatry en el año 2019.
Tras analizar muestras de sangre del cordón umbilical de 996 niños, los autores concluyeron que la exposición al paracetamol en el útero puede aumentar el riesgo de un menor de sufrir autismo o TDAH. “Nuestros hallazgos respaldan estudios previos sobre la asociación entre la exposición prenatal y perinatal al paracetamol y el riesgo de desarrollo neurológico infantil y justifican investigaciones adicionales”, señalan.
Pero los autores reconocen que el estudio tiene varias limitaciones. Las mediciones de la sangre del cordón umbilical no muestran la exposición al paracetamol durante el embarazo, sino su uso reciente por parte de personas que acababan de dar a luz. “Dado que la vida media del acetaminofén en adultos es inferior a 3 horas, la medición del plasma del cordón puede reflejar como mucho el uso materno de acetaminofén durante el período periparto (el período inmediatamente anterior, durante e inmediatamente después del parto)”, reconocen los autores. Además, según destacan, se necesita precaución para extrapolar sus hallazgos a otras poblaciones con características diferentes.
Una de las autoras del estudio, Xiaobin Wang, reconoce en un comunicado que, pese a las conclusiones de este estudio, no debe interpretarse que el Tylenol provoque TDAH o autismo.
Hay múltiples factores que pueden aumentar las probabilidades de que un niño tenga estos trastornos
No existe una única causa que explique el desarrollo de los trastornos del espectro autista (TEA), según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que menciona posibles factores ambientales, biológicos y genéticos.
En cuanto al TDAH, aunque se desconocen sus causas y factores de riesgo, la genética tiene un papel importante. Así lo afirman los CDC, que indican que, además de la genética, los científicos están estudiando otros posibles motivos y perfiles vulnerables, como la exposición ambiental o el consumo de alcohol o tabaco en embarazadas.
Sura Alwan, epidemióloga de defectos congénitos y codirectora del Sistema de Información de Teratógenos de la Universidad de Washington, explica a Factcheck.org, medio aliado de Factchequeado, que una persona embarazada que toma paracetamol puede tener un hijo con TDAH o autismo debido a otros factores, como la genética.
La experta insiste en que los estudios al respecto "no necesariamente implican un vínculo causal, lo que significa que no hay suficiente evidencia para decir que tomar acetaminofén causa esas preocupaciones conductuales o cognitivas".
Los factores que contribuyen a que una persona padezca autismo y TDAH “son variables en la presentación clínica, muy difíciles de evaluar y asociar con un solo factor causal”, según cuenta a Factcheck.org Per Damkier, profesor y farmacólogo clínico del Hospital Universitario de Odense y la Universidad del Sur de Dinamarca.
“El nivel de evidencia es bajo. No creo que exista una relación causal o de otro tipo entre el uso de acetaminofén durante el embarazo, al menos a corto plazo, y el consiguiente aumento del riesgo de TDAH o TEA infantil”, afirma.
Las embarazadas deben hablar con un profesional de salud antes de tomar cualquier medicamento
Tratar el dolor intenso y persistente en el embarazo puede ser importante, ya que no hacerlo de forma efectiva puede provocar depresión, ansiedad y presión arterial alta en la madre, según la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
Mientras que la SMFM aconseja que el acetaminofén se considere “una opción de medicamento razonable y apropiada para el tratamiento del dolor y la fiebre durante el embarazo”, el ACOG considera que “es uno de los únicos analgésicos seguros para las personas embarazadas”.
Aun así, insiste en que “cualquier medicamento que se tome durante el embarazo debe usarse solo según sea necesario, con moderación y después de que la paciente embarazada haya consultado con su médico”. Del mismo modo, la FDA insta a las embarazadas a que siempre hablen con un profesional de la salud sobre cualquier medicamento antes de usarlo.
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