“El COVID-19 no existía, realmente era otra enfermedad”, “a los pacientes los mató el respirador”, “había un protocolo que mató a los pacientes”. Un trabajo científico se está utilizando para difundir este tipo de desinformaciones sobre el COVID-19 y la mortalidad que causó en la pandemia. Respondemos a algunas preguntas sobre el estudio y por qué no son ciertas las narrativas desinformantes que lo están malinterpretando.
¿De qué va el estudio?
El estudio, realizado por investigadores de la Northwestern University (Illinois), es sobre la neumonía asociada a ventilación mecánica (NAV), una complicación hospitalaria que se puede dar en algunos pacientes que necesitan este tipo de ventilación.
La conclusión de la investigación es la siguiente: los pacientes con NAV que reciben tratamiento pero en quienes no es efectivo, mueren más que quienes sufren NAV y su tratamiento sí funciona. Obvio, sí -y así funciona la ciencia, no siempre son descubrimientos espectaculares y el sesgo de publicación existe-. Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, explica en esta nota en profundidad los resultados del trabajo científico.
¿El estudio dice que “las muertes atribuidas al COVID-19 en realidad las causó una neumonía asociada a las intubaciones”?
No, el estudio no dice eso Para empezar, porque el COVID-19 y la NAV no son excluyentes, y de hecho puede ser el COVID-19 lo que haga necesaria la ventilación mecánica que aumente el riesgo de NAV.
Benjamin D. Singer, profesor de Medicina Pulmonar y Cuidados Intensivos y uno de los autores del estudio, explicó a Maldita.es que la investigación no dice que las causas de muerte de estos pacientes “son neumonía y no covid”, que es como lo interpretan algunos desinformadores. Como ejemplo, dice que “una persona que tiene un accidente de tránsito y le tienen que operar, pero la operación no sale bien, no se considera que muere por la operación: la causa de la muerte es el accidente de tránsito”.
Además, el estudio observó un pequeño número de pacientes (585) en un sólo hospital, con personas que tenían enfermedades respiratorias que no sólo eran COVID-19, por lo que sus conclusiones no se pueden extrapolar a todos los fallecidos por COVID-19. El estudio ni siquiera tenía por objetivo ‘revelar’ o sustituir datos oficiales de mortalidad.
Parte de la confusión entre el titular en medios y lo que realmente dice el estudio puede venir de la nota de prensa de la universidad de los investigadores, que dice: “Secondary Bacterial Pneumonia Drove Many COVID-19 Deaths”. Drove puede traducirse al español como “causar”, “impulsar” o “arrastrar”, pero no indica que en realidad esas muertes fueran por otra cosa.
¿Qué es la ventilación mecánica y por qué se utiliza, si puede causar neumonías tan graves como para provocar la muerte?
La ventilación mecánica es ayudar, con una máquina, a una persona a que pueda seguir respirando cuando sus pulmones no están funcionando bien. Se necesita ventilación mecánica cuando un paciente no puede respirar y, por tanto, puede dañar sus pulmones y morirse.
A pesar de que puede ayudar a salvar la vida, la ventilación mecánica también tiene riesgos. Los más comunes, según la Sociedad Torácica Estadounidense, son: infecciones como la neumonía, colapso pulmonar, daño pulmonar, efectos adversos de los medicamentos o imposibilidad de parar la ventilación. Para minimizar los riesgos, los profesionales insisten en que la ventilación mecánica se use el menor tiempo posible.
A veces se habla indistintamente de intubación y ventilación mecánica, pero no es lo mismo. La intubación es colocar una sonda -un ‘caminito’- a una persona en la boca o nariz hasta llegar a la tráquea. Puede servir para una ventilación mecánica, pero también para otras intervenciones.
¿Había muertes que ‘contaban’ como COVID-19 cuando en realidad era otra cosa? ¿Cómo se cuentan las muertes por COVID-19? ¿Cómo se distingue de muertes por neumonía secundaria?
Contabilizar las muertes por COVID-19 ha sido y es complicado. A esto se le suma la obviedad de que sufrir de COVID-19 no excluye que, a la par, se puedan sufrir otras enfermedades que pueden contribuir a la muerte, como es el caso de la NAV.
La definición de muerte por COVID-19 que da la Organización Mundial de la Salud (OMS) es “una muerte de una enfermedad clínicamente compatible, en un caso COVID-19 probable o confirmado, a menos que exista una causa alternativa de muerte que no pueda estar relacionada con la enfermedad COVID-19”. Por ejemplo, una persona con COVID-19 que se muere por un accidente de tránsito no cuenta.
¿Qué pasa si una persona con COVID-19 ingresa en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), desarrolla NAV y muere? La OMS dice que el COVID-19 puede causar una “cadena de eventos” que conduce a la muerte, “como neumonía y dificultad respiratoria”. En estos casos, en el certificado de defunción se debe indicar toda la información disponible, agregando tanto COVID-19 como otros eventos.
Ejemplo de formulario de certificación de muerte que aporta la OMS.
Respondiendo a narrativas desinformantes que han aprovechado este estudio
Con este estudio y la nota de prensa de la universidad se han compartido diferentes narrativas desinformantes sobre el COVID-19 (ver ejemplos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7). Respondemos algunas a continuación.
“El COVID-19 no existía, realmente era otra enfermedad”. Ya desmentimos en el pasado que el SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad COVID-19, existe. El hecho de que personas mueran por una complicación hospitalaria como la NAV no niega el motivo por el que pueden haber ingresado. COVID-19, neumonía, EPOC o cualquier otra enfermedad que acabe necesitando ventilación mecánica.
“Los mató el respirador” / “el tratamiento los mató”. La ventilación mecánica es una intervención invasiva, agresiva, con riesgos pero también con beneficios. Si se hace, el paciente podría desarrollar una neumonía, que se puede tratar pero también puede fallecer. Si no se hace, el paciente no respira y se muere.
“El protocolo pedía intubar a pacientes COVID-19, y esto les causó una neumonía secundaria y los mató”. Si con ese ‘protocolo’ se refieren a guías clínicas para manejo de pacientes COVID-19, hay que decir que el protocolo no siempre ha sido fijo. Como explica este estudio, al inicio de la pandemia, la indicación era intubar “inmediatamente” (2020) a pacientes con fallo respiratorio agudo. Después, al ver que algunos toleraban mejor la falta de oxígeno, que escaseaban los ventiladores en UCI y para evitar riesgos, se prefería optar por ventilaciones no invasivas (2021). Sin embargo, este estudio demostró que los pacientes COVID-19 que recibían ventilación en el primer día de UCI tenían más posibilidades de sobrevivir.
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