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No, estos documentos no prueban que la vacuna COVID-19 de Pfizer o la de Moderna fueran lanzadas antes de los primeros casos conocidos de la enfermedad

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Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas:

  • Algunos contenidos afirman que se publicaron documentos que supuestamente prueban que Pfizer y Moderna lanzaron su vacuna contra el COVID-19 meses o días antes de que se descubriese la enfermedad, pero es una desinformación.
  • En el caso de Pfizer, se trata de estudios sobre el ARN mensajero y la luciferasa, que se utilizan desde hace años para varios tipos de investigaciones biomédicas.
  • En el caso de Moderna, los documentos recogen que transfirió potenciales vacunas para el coronavirus, pero en realidad era el MERS-CoV, otro tipo de coronavirus descubierto en 2012, distinto del que causa el COVID-19. 
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“La ‘vacuna’ de Pfizer lanzada en mayo de 2019, 9 meses antes de la aparición oficial del Covid” [sic.]. Con mensajes como este se viralizan contenidos que afirman que, según documentos desclasificados por los tribunales, la vacuna de Pfizer (Comirnaty) se lanzó realmente en mayo de 2019. También dicen que Moderna transfirió a la Universidad de Carolina del Norte potenciales vacunas contra el coronavirus el 12 de diciembre de 2019, 19 días antes de conocerse los primeros casos de COVID-19 en China. Pero es una desinformación: los documentos no muestran que la vacuna contra el COVID-19 se lanzase antes del conocimiento del coronavirus SARS-CoV-2 -que provoca el COVID-19-.

La desinformación se basa en estudios sobre el ARN mensajero y la luciferasa, que se utiliza desde hace años para varios tipos de investigaciones

La desinformación sobre la vacuna de Pfizer se basa en 2 documentos públicos. El primero es un informe de “evaluación no clínica” de la vacuna de Pfizer realizado por el Gobierno de Australia en enero de 2021 (más de un año después del inicio de la pandemia). El segundo, un informe de BioNTech (la otra compañía junto con la que Pfizer ha desarrollado la vacuna COVID-19) de noviembre de 2020 sobre el ARN mensajero, que lleva la información genética a la parte de la célula que sintetiza proteínas como la luciferasa, involucrada en la producción de luz en los seres vivos. 

El documento de BioNTech incluye un análisis previo, del 9 de diciembre de 2019, de una fórmula que incluye este ARN mensajero que se traduce en la luciferasa. Ese análisis fue encargado en mayo de ese año, que es la fecha que mencionan los contenidos desinformadores.

Pero que esta fórmula fuese anterior al 31 de diciembre de 2019, cuando las autoridades chinas informaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) del primer brote de coronavirus, no significa que Pfizer estuviese trabajando ya en la vacuna para el COVID-19. 

El ARN que sirve para que las células produzcan luciferasa se investiga desde hace años, antes incluso de la pandemia. El objetivo de estos estudios es encontrar una forma de enviar antígenos (sustancias reconocidas por el sistema inmunitario y ante las que desarrolla una respuesta) ante las células, por ejemplo. En agosto de 2018, Pfizer y BioNTech ya llegaron a un acuerdo para desarrollar vacunas de ARN mensajero frente a la gripe.

Hasta el 5 de enero de 2020 no se conoció e hizo público el genoma completo del coronavirus SARS-CoV-2, sin el cual no se puede empezar a desarrollar la vacuna.

Pfizer aseguró a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, que “las afirmaciones son falsas” y que no empezaron a desarrollar su vacuna COVID-19 hasta marzo de 2020. En el comunicado que lanzaron entonces  anunciaron que su desarrollo de la vacuna de ARN mensajero frente al COVID-19 “se construye sobre la investigación y desarrollo” del acuerdo de 2018 de las 2 empresas para desarrollar vacunas para prevenir la gripe. La luciferasa tampoco forma parte de los componentes de la vacuna de Pfizer-BioNTech.

Moderna transfirió potenciales vacunas para otro tipo de coronavirus distinto del que causa el COVID-19

La farmacéutica Moderna firmó el 12 de diciembre de 2019 un acuerdo para transferir, junto al Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés), potenciales vacunas de ARN mensajero contra coronavirus a la Universidad de Carolina del Norte. Este acuerdo se está utilizando también como supuesta prueba de que las vacunas contra el COVID-19 se desarrollaron antes de que se detectase oficialmente la enfermedad. Pero, en realidad, se refiere a potenciales vacunas contra otros coronavirus distintos al SARS-CoV-2, causante del COVID-19.

Aunque el documento no aclara a qué coronavirus en concreto se refiere el acuerdo, tanto desde NAIAD como la Universidad de Carolina del Norte aclararon a AFP Fact Check que eran potenciales vacunas para el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y no el SARS-CoV-2 que causa el COVID-19. El MERS-CoV es otro tipo de coronavirus que fue detectado en 2012 en Arabia Saudí. Moderna anunció en febrero de 2020 su primer lote de vacunas contra el coronavirus para la primera fase del estudio clínico, paso previo a su autorización clínica.

Por lo tanto, es una desinformación que estos documentos demuestren que Pfizer y Moderna lanzaron la vacuna contra el COVID-19 antes de que se conociesen los primeros casos de la enfermedad. En el caso de Pfizer, se trata de estudios sobre el ARN mensajero y la luciferasa, que se utilizan desde hace años para varios tipos de investigaciones. En el caso de Moderna, los documentos recogen que transfirió potenciales vacunas para el coronavirus, pero del MERS-CoV, otro tipo de coronavirus descubierto en 2012 distinto del que causa el COVID-19.

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