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Se acerca la Nochevieja y para algunas comunidades hispanas como la española o la venezolana es una tradición cambiar de año con un plato de uvas en la mano. Hay que comerse 12 uvas, una por segundo, a las 12 de la noche del 31 de diciembre. Suena a que es fácil atragantarse, ¿no? Pues que sepas que no hemos encontrado evidencias de atragantamientos por las pepitas, pero sí debemos prestar atención a las uvas enteras, sobre todo para los mayores y los más pequeños.
"El problema es la uva, no la pepita", explica el pediatra Alberto García Salido a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado. Este es un problema que afecta principalmente a las personas mayores y también a los niños “por su tendencia a llevarse a la boca cualquier objeto o alimento que les llame la atención y porque sus vías respiratorias y tubo digestivo no están completamente desarrollados", según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL CCC).
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indican que “algunos alimentos que se sirven crudos, enteros o en ciertas formas o tamaños pueden representar un peligro de asfixia” para los niños. Entre ellos, menciona las uvas sin cortar o los tomates cherry.
En Estados Unidos, al menos 1 niño muere cada 5 días tras atragantarse con alimentos y más de 12,000 acuden a la sala de emergencias de un hospital cada año debido a lesiones provocadas por el mismo motivo, según el Departamento de Salud del Estado de Nueva York.
Un estudio publicado en la revista Nurs Child Young People en 2017 indica que las uvas consumidas enteras (con piel y con pepitas) son la tercera causa de asfixia relacionada con la comida en menores de 5 años.
"Las pepitas, si pasan al pulmón, podrían producir tos y neumonías de repetición por cuerpo extraño (a veces vemos con fibrobroncoscopio pipas), pero no creo que, al ser tan pequeñas, obstruyan de forma completa la vía aérea", comenta Salido.
Las uvas, en cambio, “se 'pegan' y a eso se añaden las secreciones”. Son cuerpos extraños que resultan difíciles de mover al 'anclarse' de ese modo a la tráquea", añade, evidenciando el verdadero riesgo: el fruto entero frente a la semilla.
Salido incluye las uvas como uno de los ocho puntos que debemos tener en cuenta estas navidades en relación con los más pequeños de la casa (junto con los petardos, el alcohol o los caramelos). Según este hilo que publicó en Twitter, lo recomendable es que los menores de 5 años las eviten en las campanadas y, que si las toman, sean cortadas por la mitad (y mejor a lo largo que a lo ancho). Los CDC también destacan que cortar algunos alimentos en trozos más pequeños y machacarlos puede ayudar a prevenir la asfixia.
#QueridosPadres, estas Navidades:
1️⃣ Recordad que la uva es el alimento más relacionado con la asfixia en niños. Así que a evitarlas en las campanadas en menores de 5 años. Si las damos que sean cortadas por la mitad. Que lo único que nos sobresalte esa noche sean los cuartos.— Alberto García-Salido (@Nopanaden) December 23, 2019
"Si estas recomendaciones se aplican a niños, cuyas habilidades deglutorias todavía son algo inmaduras, también se pueden aplicar a personas adultas portadoras de alguna condición que dificulte la normal deglución", explica el equipo de residentes de Medicina Familiar y Comunitaria del Área Sanitaria Norte de Córdoba a Maldita.es.
Por ello, considera cauto “aplicar recomendaciones similares en pacientes con disfagia (problemas para tragar) o que tengan especial riesgo de realizar aspiraciones (por demencias avanzadas, secuelas de accidentes cerebrales u otra causa neurológica relacionada)", añaden.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 28/12/2022
