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Cómo informar sobre tiroteos masivos, según investigaciones y expertos

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Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas: 

  • Una cobertura mediática inadecuada de un tiroteo masivo puede producir un efecto contagio, glorificar al perpetrador e inspirar a otras personas a cometer un ataque de este tipo con el fin de ganar notoriedad. 
  • Varios expertos aconsejan no poner el nombre del perpetrador en los titulares, sólo nombrarlo una vez y ceñirse a hechos básicos verificados por las autoridades, como la fecha y el lugar del tiroteo o el número de personas afectadas.
  • También recomiendan referirse al tirador como “perpetrador”, mostrarle de la forma más desfavorable posible y evitar dar detalles sobre el tiroteo y las motivaciones. Esto último podría radicalizar o motivar a otras personas.
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La mejor manera de informar sobre un tiroteo masivo es reportar únicamente información verificada en lugar de especular sobre hechos aún no confirmados, como indicó Jaclyn Schildkraut, directora ejecutiva del consorcio regional de investigación de la violencia armada en el Instituto Rockefeller de Gobierno, a Factchequeado. Una cobertura mediática responsable es fundamental para prevenir un efecto contagio y desalentar la imitación de este tipo de ataques. Te explicamos cuál es la mejor forma de informar sobre un tiroteo, según las investigaciones y los expertos.

Informar sobre un tiroteo puede tener un “efecto contagio”, según varias investigaciones

Varias investigaciones han documentado un “efecto contagio” a corto plazo de los tiroteos masivos, “por el cual la probabilidad de otro incidente o amenazas similares es mayor en las primeras 2 semanas después de un tiroteo”, indicó Schildkraut. “Este es también el período en el que la cobertura en los medios suele ser mayor”, señaló.

En un estudio titulado Contagios en tiroteos masivos y tiroteos en escuelas, los investigadores de la Arizona State University (ASU) analizaron la cobertura en medios de comunicación de tiroteos perpetrados entre 1997 y 2013. Concluyeron que cada vez que se produce un tiroteo, se inicia un “periodo de contagio” que dura en promedio 13 días. Y cada incidente provoca al menos 0.3 nuevos incidentes en ese periodo.

“Se diría que existe un efecto contagio si un sólo incidente de tiroteo masivo aumenta la probabilidad de otros casos en el futuro cercano”, afirman los autores de la investigación publicada en American Journal of Public Health. Según explican, la imitación generalizada es un factor relevante para la propagación de estos tiroteos.

En la misma línea se posicionó Rayan Succar, estudiante de doctorado en el Departamento de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial de la Universidad de Nueva York, especializado en Sistemas Urbanos y autor junto con el profesor Maurizio Porfiri de investigaciones sobre tiroteos masivos. Según contó a Factchequeado, este efecto de contagio está influido por las notas de los medios, por lo que es fundamental saber cómo abordar este tema y realizar más investigaciones sobre las mejores prácticas para informar. 

Una cobertura mediática inadecuada puede inspirar a otros perpetradores

Varias investigaciones indican que muchos autores de tiroteos masivos están, en parte, motivados por la fama y han buscado inspiración en perpetradores del pasado. Algunas coberturas mediáticas pueden inspirar a otros perpetradores, según Pete Blair, director Ejecutivo del Centro ALERRT de Texas State: “Esto alienta a futuros atacantes porque dicen que pueden obtener esa fama y notoriedad al hacer eso”. 

En lugar de compartir el manifiesto del perpetrador y centrarse en su historia personal, Blair anima a los medios de comunicación a no nombrar al tirador más de lo necesario. “Entendemos que hay que cubrir los hechos, pero no debería ser un artículo que convierta a esta persona en el centro de la historia”, afirmó Blair. 

Si el perpetrador está prófugo, Schildkraut aconseja compartir su nombre e imagen en todas partes para ayudar a capturarlo. Una vez que ya no represente una amenaza –ya sea porque ha sido arrestado o ha muerto–, aconseja limitar la difusión de su nombre e imagen. La experta aconseja referirse a él como "el perpetrador", aunque también se puede usar "el shooter" (el tirador, en español). 

No poner el nombre del tirador en los titulares y otros consejos al referirse a él

Tanto Schildkraut como Succar aconsejan seguir los consejos de No Notoriety, una web que recopila artículos sobre cómo informar sobre asesinatos masivos para conseguir una cobertura mediática responsable.

Desde No Notoriety aconsejan hablar únicamente de los hechos, sin añadir ningún elogio al autor ni a sus acciones. Al informar sobre un asesino en masa, sugieren mostrarle “de la manera más desfavorable posible, quizás en la mesa de autopsias o encarcelado”. 

Además, recomiendan limitar el nombre del perpetrador “a una sola vez por artículo como punto de referencia, que nunca aparezca en los titulares y que no aparezca ninguna foto suya en la parte superior”. La repetición es “innecesaria, gratuita y no aporta nada a la historia”.

“No estamos diciendo que se eliminen los datos sobre el agresor, sino que hay que eliminar el uso gratuito de sus nombres y semejanzas, eliminando así la atención que buscan”, indican.

No dar demasiados detalles sobre el tiroteo y evitar mostrar imágenes

Desde No Notoriety también desaconsejan publicar los manifiestos o la propaganda del agresor. Schildkraut consideró que está bien proporcionar información demográfica básica, pero recomendó no informar sobre sus motivaciones.

“En realidad, la única manera de conocer las motivaciones de un perpetrador es si sobrevive para contar sus razones o deja un manifiesto”, afirmó. En este último caso, la experta también desaconsejó compartir los detalles, ya que “puede ser una herramienta para radicalizar o motivar a otros posibles tiradores”.

Algo parecido puede ocurrir con los detalles sobre el tiroteo: “Cuanto más describas los detalles sobre cómo se llevó a cabo, más estarás creando un manual para que otros lo imiten”. Además, es algo que puede contribuir a “glorificar sus acciones y darle fama y notoriedad”.

Schildkraut aseguró que “las imágenes gráficas nunca deben mostrarse”. La experta opinó que quienes las publican pretenden conseguir un impacto visual o audiencia. Pero hacerlo conlleva algunos riesgos: puedes “retraumatizar a incontables personas” y glorificar al perpetrador. “Pregúntate a ti mismo si quisieras ver a tu ser querido, ya sea el perpetrador o una víctima, de la misma manera”, afirmó.

Para ella, lo recomendable es ceñirse a hechos básicos verificados por las autoridades. Por ejemplo, cuándo y dónde se llevó a cabo, cuántas personas se vieron afectadas o cuál fue el resultado del perpetrador. 

Es aconsejable ofrecer recursos útiles a las víctimas

Una investigación publicada en 2023 en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS, en inglés) indica que existe una clase de tiradores masivos llamados "tiradores masivos en busca de fama" que tienden a aprovechar algunos detalles de tiroteos masivos previos para ejecutar nuevos tiroteos masivos que captan la atención de los medios y el público, según explicó Succar, que es uno de los autores del estudio. “Una de esas características es el grupo objetivo, la categoría a la que pertenecen las víctimas, por lo que abogamos por más investigaciones sobre las ventajas y desventajas de la información detallada sobre las víctimas”, afirmó.

Para Schildkraut, la información más útil para las víctimas son los recursos prácticos y tangibles. “En el corto plazo, probablemente será información sobre un centro de reunificación familiar. En términos más generales, podría ser un centro de asistencia familiar o un centro de resiliencia”, explicó. 

Por qué es importante informar con precisión sobre un tiroteo masivo

La forma en la que se cubren los tiroteos afecta la forma en que las personas entienden y responden a estos eventos, según Schildkraut. “Dar prioridad a los tiroteos masivos en los medios frente a la violencia armada más común, por ejemplo, da la perspectiva de que los tiroteos masivos están ocurriendo a un ritmo epidémico”, afirmó la experta. 

Aunque los tiroteos masivos son acontecimientos trágicos, la experta destacó que se encuentran entre las formas estadísticamente más raras de violencia con armas de fuego: “Hacer que parezcan más comunes puede generar miedo y ansiedad en el público y también puede llevarlos a buscar métodos de prevención y respuesta que estén arraigados en la emoción más que en la evidencia”.

Informar sobre tiroteos masivos puede ser importante para fines de investigación, como destacó Succar: “Cuanto más sepan los científicos sobre las motivaciones, el comportamiento y el modus operandi de los tiradores, más posibilidades tendremos de luchar contra esta epidemia de violencia”. Pese a ello, insiste en que las notas deben realizarse de manera responsable y no con el objetivo de atraer tráfico a los medios de comunicación.

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