“No sé qué bicho me ha picado hoy, que la picadura se me ha hinchado y me pica a rabiar”, indicó un usuario en X (antes Twitter). Prestar atención a las características de una picadura puede darnos pistas sobre el insecto o animal responsable. Aunque no siempre es fácil identificar con certeza al culpable, hay algunas pistas que pueden ayudarte.
Picaduras de mosquita: abultadas y con una marca en el medio
Al picar, las mosquitas (que no son los mosquitos) se hacen hueco en nuestra piel usando una “parte especial de la boca”, el probóscide, para chupar sangre. Mientras se alimentan, inyectan saliva en la piel. “Las reacciones del cuerpo a la saliva son una protuberancia y comezón”, señalan los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), encargados del control de enfermedades en Estados Unidos.
Para descartar las de otros insectos, así es como describen los CDC las picaduras de las mosquitas: un bultito hinchado y enrojecido que aparece unos cuantos minutos después de la picadura, que adquiere a las horas un color marrón rojizo (suele tener el puntito en el medio por donde ha penetrado el probóscide). También podemos encontrarlos como pequeñas ampollas en lugar de bultos.
Los CDC advierten que, a través de sus picaduras, los mosquitos pueden transmitir gérmenes que pueden causar enfermedades. Por ello, aconseja protegerse con repelentes de insectos registrados por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés).
Picaduras de abeja: puede que encuentres el aguijón
Dado que el aguijón de la abeja queda clavado en la piel tras la picadura, produciendo su muerte, puedes utilizar este como pista para saber si ha sido este insecto el que te ha metido el picotazo.
“Lo primero que hay que hacer es sacar el aguijón rápidamente”, afirma la Academia Americana de Dermatología (AAD, por sus siglas en inglés). Cuanto más tiempo permanezca el aguijón en la piel, “más veneno liberará, lo que aumentará el dolor y la hinchazón”.
El organismo aconsejó retirar el aguijón raspándolo con una uña o un trozo de gasa y evitar usar pinzas, ya que al apretarlo puede liberar más veneno en la piel. Después, recomienda limpiar la zona con agua y jabón y aplicar una compresa fría para reducir la hinchazón. Si esta se extiende a la cara o el cuello o si experimentas dificultad para respirar, náuseas, urticaria o mareos, busca atención médica inmediatamente.
Fuente: Beespoke Info
Picaduras de avispa, como las de abeja, pero sin el aguijón
La avispa, al contrario que la abeja, ni muere cuando pica ni siempre utiliza su aguijón (a veces sólo muerde), por lo que esta vez no nos servirá eso de pista. Esto se debe a que el aguijón de la avispa no tiene pequeños dientes en forma de sierra como el de la abeja, lo que permite a la avispa picar varias veces sin dejar su aguijón en la piel,
Las picaduras de avispa suelen estar hinchadas y pueden sentirse calientes al tacto, según el portal Health. Tania Mucci-Elliott, instructora clínica de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, explicó a ese portal que generalmente la picadura se identifica por una marca roja con lo que parece un pinchazo de bolígrafo en el centro.
Picaduras de araña: busca los dos ‘dientes’
La característica principal de las picaduras de las arañas es que, al ser obra de los 2 colmillos (o quelíferos) del arácnido, puedes localizar 2 puntitos en el centro de la lesión. Así lo indica la Clínica Cleveland, que destaca que es posible que tengas un pequeño bulto o una ampolla o que notes una leve hinchazón y enrojecimiento o decoloración de la piel.
“Las picaduras de araña, especialmente las que pueden dañar a los humanos, son poco frecuentes”, afirma la Clínica Cleveland. La entidad indica que existen al menos 60 especies de arañas diferentes en Estados Unidos, pero sólo unas pocas representan un peligro para los humanos. Entre ellas, mencionó la viuda negra (latrodectus) y la reclusa parda (loxosceles).
La viuda negra posee un veneno neurotóxico (considerado el más peligroso, ya que afecta el sistema nervioso) que genera una reacción local con 2 marcas procedentes de los colmillos (puntos equimóticos) separados por unos 6 milímetros. La zona estará enrojecida, hinchada y dolorida. Estas arañas viven principalmente en el oeste y el sur de Estados Unidos.
Las reclusas pardas viven en los estados del medio oeste y del sur. Si te pican, “puedes sentir un escozor fuerte o no sentir nada en absoluto”, según el portal MedlinePlus de la Biblioteca Nacional de Medicina (NIH, por sus siglas en inglés). El dolor generalmente se presenta en las primeras horas después de la picadura y se puede volver intenso.
Si sospechas que te ha picado una de estas arañas, lo más recomendable es que busques atención médica cuanto antes.
Picaduras de garrapata: fáciles de distinguir gracias a la propia inquilina
Las garrapatas son pequeños arácnidos con los que te puedes topar, por ejemplo, al pasar entre arbustos, plantas y pasto, o si tienes contacto con determinados animales. Estas se caracterizan porque, una vez encuentran un sitio para asentarse sobre la piel, se adhieren con fuerza y comienzan a chupar sangre, como señala MedlinePlus.
¿Qué mejor pista que encontrar al culpable en la escena del crimen? Además, este tipo de picaduras pueden provocar ampollas, sarpullidos e hinchazón.
Picaduras de pulgas y chinches: bien juntitas
Por lo general, y como señala el portal especializado en salud KidsHealth, las picaduras de pulgas se dan en grupos de 3 o 4 y parecen pequeños bultitos rojos, bastante ordenados.
En el caso de las pulgas (que no vuelan, pero sí saltan, de ahí que les dé por picar varias veces en las misma zona) recurren con mayor frecuencia a las piernas y lugares en los que la ropa queda ajustada al cuerpo, como en la cintura, glúteos, muslos y el vientre bajo. Será más probable que quien te haya causado la lesión sea este insecto si convives con mascotas (aunque también son capaces de sobrevivir un tiempo sin ningún ‘huesped’).
Las chinches, como recoge la Clínica Mayo, tienen aproximadamente el tamaño de una semilla de manzana, lo que les permite esconderse en grietas, somieres, cabeceras y otras estructuras de las camas u objetos alrededor de estas. “El riesgo de encontrar chinches aumenta si pasas tiempo en lugares con muchos huéspedes nocturnos, como los hoteles”, añade.
Para recordar todos estos datos, puedes ver este video del farmacéutico Álvaro Fernández que recopila la descripción de todas estas picaduras y mordeduras.
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