El 9 de abril de 2025 diversas instituciones del Gobierno ruso, como el Ministerio de Asuntos Exteriores y medios afiliados al Kremlin, como TASS, se han hecho eco del lanzamiento de la Global Fact-Checking Network (GFCN) una supuesta red de verificadores que, según anunciaron en noviembre de 2024 en un evento en Moscú, tiene como objetivo “reunir a periodistas de verificación que compartan sus ‘puntos de vista y valores’”, algo que entra directamente en conflicto con la metodología de los verificadores independientes.
Sin embargo, en su web, al 11 de abril de 2025, no aparece ni una sola organización de fact-checking y algunos de los supuestos expertos han compartido desinformaciones vinculadas al Kremlin. Un ejemplo es Sonja van den Ende que, como explicaba la Universidad de Clemson en una investigación de 2024, ha compartido campañas de desinformación rusas como que Olena Zelesnka, primera dama de Ucrania, se había gastado un millón de euros en joyas en Nueva York. Entre los diez expertos anunciados aparece un español, Juan Antonio Aguilar, que dirige una web pro-Kremlin llamada Geoestrategia.eu y que también ha difundido desinformaciones en su canal de Telegram, como el que afirmaba que la misma Olena Zelenska, se había comprado un coche Bugatti en París.

¿Qué es la Global Fact-Checking Network?
La llamada Global Fact-Checking Network (GFCN) es una iniciativa de Rusia en imitación -en la forma, no en el fondo- a las redes de verificación ya existentes como el International Fact-Checking Network (IFCN) (de la que son signatarios Factchequeado, así como también sus medios cofundadores, Chequeado y Maldita), y la European Fact-Checking Standards Network (EFCSN). Fue presentada el 20 de noviembre de 2024 en Moscú y su objetivo, según sus promotores, es reunir a periodistas de verificación que compartan sus “puntos de vista y valores”, algo que entra directamente en conflicto con la metodología de los verificadores independientes.
Entre sus promotores se encuentran la agencia rusa de noticias TASS, dependiente del Kremlin, y ANO Dialog, una organización sin fines de lucro fundada en 2019 por el Departamento de Información y Tecnología de Moscú. TASS fue suspendida por unanimidad de la Alianza Europea de Agencias de Noticias (EANA) por “no poder proporcionar noticias imparciales”. Por su parte, ANO Dialog se identifica como una organización independiente, pero está bajo sanciones tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea, según el Observatorio Europeo de Medios Digitales (EDMO), por llevar a cabo campañas de interferencia extranjera y de desinformación, incluida la Operación Doppelganger, que se hace pasar por medios de comunicación creíbles para difundir información falsa.
Casi todos los perfiles que anuncian como “expertos” aparecían como ponentes en el evento que se celebró en noviembre en Moscú
Aunque sus promotores, en noviembre de 2024 en Moscú, anunciaron la Global Fact-Checking Network (GFCN) como una red de verificadores, por el momento en la web sólo se incluye una lista de supuestos expertos. Según Readovka News, o Spanish News Pravda, de la que Maldita ha verificado varias desinformaciones, esta red contará con “30 periodistas de 30 países” que “se dedicarán a exponer las falsificaciones”.
Sin embargo, solo aparecen 10 supuestos expertos en su página web, algunos firman las ocho publicaciones que han hecho hasta la fecha.


Todos estos “expertos”, excepto Fauzan Al-Rasyid y Emmanuel Leroy, participaron en la conferencia previa “Dialog about Fakes 2.0” que se celebró el 20 de noviembre de 2024 en Moscú. En este evento fue donde se anunció la creación de la supuesta red de fact-checkers, reportó Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado.
Sonja van den Ende es una de los dos expertos que, hasta ahora, han firmado alguna de las publicaciones. En un informe de la Universidad de Clemson explican que ha compartido diversas desinformaciones de campañas de desinformación prorrusa. Un ejemplo es la desinformación que se compartió en múltiples idiomas de que Olena Zelenska, esposa de Zelenski, se había gastado un millón de euros en joyas en Nueva York. También indican cómo compartió otras desinformaciones relacionadas con Storm-1516, una operación rusa cuyo objetivo era influir en las pasadas elecciones generales en Alemania, hasta en ocho ocasiones.

En el grupo de supuestos expertos también aparece Juan Antonio Aguilar, un español que dirige una web pro-Kremlin llamada Geoestrategia.eu. Aguilar difundió la convocatoria de la manifestación por “Paz y la Neutralidad, no es nuestra guerra”, una protesta donde el 82% de los principales impulsores en redes había difundido desinformación prorrusa previamente, tal y como analizó Maldita.es. El supuesto experto ha difundido desinformaciones en su canal de Telegram como que Olena Zelenska se había comprado un coche de lujo, Bugatti, en París, que componen la narrativa de que Zelenski y su familia despilfarran los recursos que Occidente envía a Ucrania para hacer frente a la invasión rusa. También compartió la desinformación sobre que la Fundación de Olena Zelenska “confisca niños ucranianos y los vende a pedófilos británicos”, una teoría conspirativa muy similar al Pizzagate, que acusaba a Hillary Clinton de tráfico de menores.
Aguilar también compartió la falsa afirmación de que la larga fila de coches de la Policía Municipal de Madrid que aparecía en un video grabado en octubre de 2024 tras el paso de la DANA por Valencia, era la comitiva del rey Felipe VI. Una desinformacióno que, como explicó en Maldita.es, fue ampliamente difundida por páginas web y cuentas rusas en redes sociales.

Por qué no es una red independiente a diferencia del IFCN y el EFCSN
La red rusa ha presentado lo que denomina ‘Código de verificación responsable de hechos’ en el que incluye una serie de principios que deben cumplir sus miembros. Sin embargo, no aparecen muchos de los principios recogidos por la IFCN y la EFCSN que garantizan independencia, ya sea editorial, financiera y organizacional, ni detallan cuál será el proceso de evaluación independiente de sus futuros miembros.
Independencia editorial y política
Entre esos principios no aparece en ningún momento la independencia editorial y política, el apartidismo ni la neutralidad. Esto es algo que sí exigen tanto la IFCN como la EFCSN. Todo lo que pide la GFCN es precisión, objetividad y transparencia metodológica.
Transparencia financiera y organizacional
No exigen transparencia financiera, es decir, detallar de dónde proceden los ingresos de las organizaciones de fact-checking, algo que sí se pide en la IFCN y EFCSN para evitar conflictos de intereses en sus actividades; ni transparencia organizacional, explicando la estructura del medio, quién toma las decisiones, así como una prueba de la propiedad de la organización y registro legal.
Evaluación de los miembros
Tampoco se habla de independencia a la hora de evaluar a los candidatos a formar parte de esa red. En la IFCN y la EFCSN, los miembros tienen que pasar evaluaciones independientes periódicas, que hacen asesores externos, para formar parte de la organización.
En la GFCN abren sus puertas a cualquiera que comulgue con sus “puntos de vista y valores” y eso incluye no sólo a “medios de comunicación y ONG existentes, sino también blogueros, líderes de opinión y verificadores privados”. Los miembros de esta red no tendrán que pasar evaluaciones independientes y periódicas para certificar que cumplen con los principios, algo que sí ocurre con los miembros de IFCN y EFCSN. De acuerdo con su código, sería la propia organización la que realice “verificaciones aleatorias del cumplimiento de las disposiciones del Código por parte de los signatarios”.
Política de corrección y rectificación
Otra diferencia con los códigos de las organizaciones de fact-checking ya existentes es que la GFCN no tiene entre sus principios la exigencia de una política de corrección y rectificación de errores, así como la posibilidad de que alguien pueda enviar una queja a las redes de fact-checkers.
Tanto la IFCN y la EFCSN piden que cada organización tenga un apartado en su web explicando cómo corregirá los errores, cuando los haya, de forma transparente para los lectores. Ambas redes exigen a sus miembros tener una dirección de correo electrónico para que la audiencia pueda informarles sobre posibles errores, así como informar que pueden ponerse en contacto tanto con la EFCSN o la IFCN si consideran que la organización incumple sus respectivos códigos.
Cumplimiento del código
Tampoco está claro quiénes van a ser los que se aseguren de que se cumplen esos principios. En la presentación de la organización rusa no explicaron cuáles serán sus órganos de gobierno ni cómo serán elegidos. En los puntos 7 y 8 de su código de principios se menciona que los órganos rectores de la GFCN tendrán una importante capacidad de decisión cuando haya conflictos de intereses, desacuerdos en las evaluaciones o haya que rectificar un error. Pero no se especifica quiénes van a formar parte de esos órganos rectores.
Tanto la IFCN como la EFCSN muestran con claridad en sus respectivas páginas web cómo se forman y eligen sus órganos de gobierno y se delimitan exactamente cuáles son sus funciones.
Puedes leer el código de la IFCN en este enlace y el de la EFCSN en este.
Disclosure: Maldita.es, al igual que Factchequeado, es miembro del IFCN. Maldita, además, es miembro fundador del EFCS y su CEO y cofundadora de Factchequeado, Clara Jiménez Cruz, preside el órgano de gobernanza del EFCSN y es parte del Advisory Board del IFCN.
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