Circulan varios contenidos en redes sociales que indican que las vacunas contra el COVID-19 “matan a 1 persona por cada 1,000 dosis (a 676,000 estadounidenses)”. Enlazan a una publicación escrita por el activista antivacunas Steve Kirsch, que ha sido desmentido en otras ocasiones por Factchequeado y otros verificadores de datos como Politifact, medio aliado de Factchequeado. También nos preguntaron a través del WhatsApp de Factchequeado (+16468736087) si esto era cierto.
En realidad, es falso que las vacunas contra el COVID-19 maten a 1 persona por cada 1,000 dosis y también que hayan matado a 676,000 estadounidenses. Estos contenidos citan como fuente al Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS) de Estados Unidos. Pero los eventos adversos notificados al VAERS no son necesariamente efectos secundarios causados por la vacunación. Te lo explicamos.
El posteo de Kirsch del 6 de agosto de 2023 hacía referencia al Sistema de Información de Eventos Adversos de Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés), una base de datos federal. "Los datos de VAERS son claros como el agua", decía el titular. "Las vacunas contra COVID están matando a aproximadamente 1 persona por cada 1,000 dosis (676,000 estadounidenses muertos)", agregaba.
Desde Politifact, medio cofundador de Factchequeado, contactaron con Kirsch para preguntarle al respecto. Pero, por el momento, no han recibido una respuesta.
"Las declaraciones que insinúan que los informes de muertes a VAERS después de la vacunación son equivalentes a muertes causadas por la vacunación son científicamente inexactas, engañosas e irresponsables", dijeron a Politifact los CDC, organismo encargado del control de enfermedades que gestiona la base de datos junto con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
Los CDC agregaron que "no han detectado patrones inusuales o inesperados de muertes después de la inmunización que indiquen que las vacunas contra el COVID-19 estén causando o contribuyendo a las muertes, aparte de las 9 confirmadas por el síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS) después de la inmunización con la vacuna de Johnson & Johnson/Janssen, que ya no se ofrece en el país”.
El TTS, que causa coágulos sanguíneos, se ha presentado en aproximadamente 4 casos por millón de dosis administradas, según los CDC.
VAERS ayuda a los investigadores a recopilar datos sobre los posibles efectos secundarios de las vacunas y detectar patrones que puedan requerir un examen más detallado.
Los CDC advierten que los resultados de este sistema provienen de informes no verificados que cualquier persona puede enviar y no son suficientes para determinar si una vacuna causa un evento adverso en particular.
En el caso de las vacunas contra el COVID-19, el VAERS ha recibido una gran cantidad de informes, y se han convertido en un combustible especialmente potente para la desinformación.
Kirsch hizo su afirmación no utilizando el VAERS directamente, sino a través de un acceso alternativo al VAERS proporcionado por el Centro Nacional de Información de Vacunas. Dicha web se basa en informes de VAERS limitados y sin analizar, que pueden incluir información incompleta o inexacta. Estos informes no proporcionan suficiente información para determinar si una vacuna causó un evento adverso en particular.
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