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No, hace 20 años el autismo en niños no era 1 de cada 10,000, al contrario de lo que afirmó Trump

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Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas:

  • El presidente Donald Trump afirmó que la tasa de autismo en niños era de 1 en 10,000 hace 20 años y que ahora es de 1 en 34 niños. Es falso. Según los CDC, en 2004 la tasa de autismo era de 1 en 125, y en 2020 (el último año con datos disponibles), de 1 en 36 niños. 
  • El aumento en diagnósticos de autismo se debe a cambios en los criterios, mayor concienciación y mejores herramientas de detección, según los expertos.
  • Trump y Robert F. Kennedy Jr., el candidato propuesto para secretario de Salud, sugirieron en el pasado un vínculo entre vacunas y autismo, pero no hay pruebas científicas de que exista tal relación.
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“Hace 20 años, el autismo en niños era 1 en 10,000. ¡AHORA ES 1 en 34! ¡Vaya! Algo realmente no está bien”, indicó el presidente Donald Trump en Truth Social el 4 de febrero de 2025 en una publicación de apoyo al abogado antivacunas Robert F. Kennedy Jr., nominado como secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés). Pero es falso que hace 20 años la tasa del trastorno del espectro autista fuera de 1 en 10,000. En realidad, era mucho menor, según la Red de Monitoreo del Autismo y las Discapacidades del Desarrollo (ADDM) de los CDC, encargados del control de enfermedades, que monitoreaba esta tasa cada 2 años. En 2004, la tasa era de 1 en 125, y en 2006, de 1 en 110.

En cuanto a la tasa actual, Trump aseguró que 1 de cada 34 niños padece autismo. No obstante, la última estimación de los CDC disponible, correspondiente a 2020, indica que aproximadamente 1 de cada 36 niños fue diagnosticado con trastorno del espectro autista.

Esta tabla muestra cómo evolucionó la tasa de autismo entre el año 2000 y 2020. Fuente: CDC.

Por qué aumentó la tasa de niños con autismo

Entre los años 40 y 60 del siglo pasado comenzó a estudiarse el autismo desde el punto de vista científico, y se ha avanzado mucho desde entonces, especialmente en las últimas décadas. A principios de los 80 se dejó de hablar clínicamente de autismo para referirse a trastornos del espectro autista, lo que amplió la definición y los requisitos para considerar a un niño paciente de este trastorno.

Peter Hotez, codirector del Centro para el Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas, explicó a Axios que el término “trastorno del espectro autista” engloba bajo una misma etiqueta lo que anteriormente se consideraban diagnósticos distintos. 

Además, han mejorado mucho la concienciación y las técnicas de diagnóstico, como señala una investigación publicada en 2023 en la revista Pediatrics: personas que antes padecían este trastorno mental podían ser diagnosticados de otros diferentes porque se sabía menos sobre sus síntomas y sus variaciones.

Hotez destacó que las variaciones en las cifras de diagnóstico de autismo a lo largo del tiempo reflejan tanto cambios en los criterios diagnósticos como mejoras en la detección de la condición.  

Un “gran cambio”, según el experto, fue la implementación de nuevas recomendaciones por la Academia Estadounidense de Pediatría en 2006. Estas recomendaciones instan a que todos los niños sean evaluados específicamente para detectar autismo a los 18 y 24 meses de edad. “Antes, muchos de estos niños pasaban desapercibidos, especialmente aquellos con formas más leves de autismo”, afirmó el experto.

Stephen M. Kanne, psicólogo clínico en NewYork-Presbyterian, profesor de psicología y director del Centro para el Autismo y el Cerebro en Desarrollo en Weill Cornell Medical College, indicó a Healthline que el aumento en las tasas de autismo se debe a múltiples factores, entre ellos un mayor acceso a la atención médica, una mayor concienciación y mejores herramientas de detección. 

Además, un estudio publicado en Pediatrics concluyó que los niños negros e hispanos son diagnosticados con autismo a una tasa más alta que los niños blancos. Según Kanne, entre los posibles factores que podrían influir en esta tendencia se encuentran la contaminación del aire y el estrés materno. “Es posible que los niños negros e hispanos estén más expuestos a estos factores”, afirmó.

No hay pruebas de que las vacunas causen autismo

No es la primera vez que Trump difunde desinformación sobre el autismo. En una publicación en X de 2014 sugirió que existe un vínculo entre el autismo y las vacunas. “Un niño sano va al doctor, recibe una gran cantidad de vacunas, no se siente bien y cambia: autismo. ¡Muchos casos así!”, indicó. Kennedy Jr. también citó un supuesto estudio que sugiere un vínculo entre las vacunas y el autismo durante su audiencia de confirmación para dirigir el HHS. 

Pero, en realidad, no hay pruebas de que exista un vínculo entre las vacunas y el autismo, como te contamos en esta nota de Factchequeado. ““Sabemos con certeza, desde hace muchos años, que las vacunas no causan autismo”, aseguró Santhosh Girirajan, profesor asociado de la Universidad Estatal de Pensilvania que estudia las bases genéticas de los trastornos del desarrollo neurológico, a NBC News.

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