Las búsquedas en Google de “es kombucha keto” en inglés en Estados Unidos aumentaron un 300% en marzo de 2025, y “ayuda la kombucha a perder peso” se disparó un 160%, según Google Trends. Sin embargo, al día de hoy no existen evidencias científicas que respalden su efectividad para perder peso ni las propiedades beneficiosas que se le atribuyen en redes sociales. Además, según los expertos, es importante tener en cuenta que la kombucha puede contener alcohol -lo que la hace inapropiada para algunas personas- y que, si no se elabora adecuadamente, puede resultar perjudicial para la salud.
Qué es la kombucha
La kombucha es considerada una bebida probiótica, según el Centro de Nutrición Kendall Reagan de la Universidad de Colorado. Su elaboración implica un proceso de fermentación bacteriana en el que el té y el azúcar juegan un papel clave. Los tipos de té más utilizados para su preparación son el verde, el negro y el oolong.
Para su producción, primero se prepara el té y se mezcla con la cantidad adecuada de azúcar. Luego, se añade un “scoby” (un cultivo simbiótico de bacterias y levaduras), que inicia el proceso de fermentación. Durante esta fermentación, el “scoby” convierte el azúcar en alcohol mediante la acción de las levaduras, y posteriormente, las bacterias transforman el alcohol en ácido acético. Como resultado, se obtiene una bebida naturalmente carbonatada.
Esta bebida se originó en China a través de un proceso de elaboración tradicional. Como señalan varias investigaciones, con el tiempo, su consumo se extendió a Japón, Rusia y Europa del Este, ganando popularidad a nivel mundial durante la Segunda Guerra Mundial. Más adelante, la bebida se introdujo en las sociedades occidentales y, en años recientes, ha experimentado un auge en Europa y Estados Unidos.
No hay evidencias científicas de los beneficios que se le atribuyen
En marzo de 2025 aumentaron notablemente las búsquedas en Google en Estados Unidos de “es kombucha keto” y “ayuda la kombucha a perder peso”. Con “keto” se refieren a la dieta keto o cetogénica, que consiste en reducir drásticamente el consumo de carbohidratos.
Un estudio publicado en la revista PLOS Genetics concluyó que beber kombucha podría reducir los niveles de triglicéridos en lombrices, provocando un cambio metabólico similar al ayuno. También se observó una disminución en la acumulación de grasa. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el estudio se realizó con animales. Como destacó el portal WebMD -revisado por profesionales de la salud-, se necesitan más investigaciones para confirmar si estos efectos se aplican también a los humanos.
A la kombucha se le atribuyen todo tipo de propiedades: antioxidantes, revitalizantes, de mejora de la digestión y la flora intestinal, detox, antiedad, de mejora del control del azúcar en sangre, de reducir el colesterol, de regular la tensión arterial e incluso de prevenir el cáncer.
Pero, ¿es cierto que tiene todas estas propiedades? Los estudios que se han realizado sobre este producto son muy limitados y no hay prácticamente investigaciones en humanos, tal y como resalta esta revisión sistemática sobre el tema. Es decir, al día de hoy no hay evidencia científica de los múltiples beneficios que se le atribuyen.
“Si bien algunos estudios han demostrado efectos positivos para la salud, se necesitan más estudios clínicos antes de poder afirmar con certeza que estas afirmaciones son ciertas”, explicó el Centro de Nutrición Kendall Reagan de la Universidad de Colorado. Desde este organismo insistieron en que “la kombucha por sí sola no puede resolver problemas de salud si el resto de la dieta no es saludable”.
En la misma línea se posicionó el dietista-nutricionista Daniel Ursúa. “Como suele pasar con este tipo de alimentos con origen milenario y aupados a la popularidad por famosos, no tiene beneficios probados más allá que los que puede tener cualquier té”, explicó a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado.
Por qué no es recomendable para niños o embarazadas
Es importante tener en cuenta que la kombucha puede tener alcohol. “Su elaboración implica una fermentación alcohólica, que da como resultado cantidades variables de etanol”, señaló la dietista-nutricionista Beatriz Robles. En el libro Come seguro comiendo de todo (2020) la experta indica que en preparaciones caseras se puede llegar a alcanzar hasta 3,5º de alcohol (como algunas cervezas).
Por este motivo, no es recomendable para personas que deban evitar el consumo de alcohol, según Robles, que menciona a embarazadas, niños, personas medicadas o personas que tengan problemas de alcoholismo.
Además, al tratarse de una bebida azucarada, Ursúa recordó que también deben tener precaución las personas con diabetes.
Si no se elabora correctamente, puede ser perjudicial para la salud
La kombucha requiere cuidados en su producción y conservación para garantizar su calidad y seguridad, según una investigación publicada en la revista Foods. Los autores destacan que se han reportado problemas de salud -como mareos, dolor de cabeza, alergias y toxicidad gastrointestinal- relacionados con un consumo excesivo, malas condiciones de higiene al prepararlo de forma casera y una fermentación inadecuada.
“Parámetros como el sustrato, la temperatura, el pH y el recipiente de producción son importantes”, destacan los autores de la investigación publicada en Foods. La elaboración casera puede presentar riesgos por el uso de recipientes inadecuados, como jarrones con esmaltes que liberan plomo.
“Debido a la acidez del té de kombucha, no debe prepararse ni almacenarse en recipientes hechos de materiales como cerámica o cristal de plomo, ya que ambos contienen elementos tóxicos que pueden filtrarse en el té”, indicaron los CDC, encargados del control de enfermedades.
Este organismo señaló que debido a que los remedios tradicionales y las medicinas herbales como la kombucha no se consideran ni alimentos ni medicamentos, no son evaluados rutinariamente por la FDA, encargada del control de medicamentos, ni por el Departamento de Agricultura.
Según los CDC, aunque el consumo moderado de kombucha de 4 onzas o 120 mililitros diarios puede no ser perjudicial para personas sanas, se desconocen sus efectos en aquellos con problemas de salud preexistentes o en quienes la consumen en exceso.
También se han reportado algunos casos de acidosis láctica (el ácido láctico se acumula en el torrente sanguíneo) en consumidores de kombucha. El ácido láctico se produce cuando los niveles de oxígeno disminuyen en las células dentro de las áreas del cuerpo en las que se lleva a cabo el metabolismo, según Medline Plus, la web de salud de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Para evitar cualquier riesgo, Robles aconsejó extremar las medidas higiénicas, controlar bien los tiempos y temperaturas de fermentación, mantener en el frigorífico una vez elaborada, consumirla en un plazo breve de dos o tres días y desecharla si hay cualquier duda sobre su seguridad.
Si quieres tomarla, mejor comprada que hacerla tú
“Dado que los prometedores beneficios de la kombucha están por demostrar y se trata de un alimento que contiene azúcar e incluso trazas de alcohol, hoy por hoy no veo ningún motivo para recomendar esta bebida. Ni comercial, ni casera”, afirmó García. Y ofreció este consejo a quienes quieran cuidar su microbiota: “Consuman fibra soluble y yogur normal y déjense de experimentos”.
Según García y Ursúa, si deseas consumir kombucha, es preferible optar por la versión comercial en lugar de prepararla en casa. La producción industrial se lleva a cabo bajo condiciones más controladas y estandarizadas, lo que reduce el riesgo de contaminación y garantiza una mayor seguridad en el producto final.
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