La desinformación sobre el cambio climático contribuye a la polarización política en Estados Unidos y obstaculiza la adopción de medidas efectivas frente a la crisis ambiental. Así lo revela un informe del Panel Internacional sobre el Entorno de la Información (IPIE), que detalla cómo ciertos actores políticos y organizaciones difunden narrativas engañosas para generar dudas y confusión en la opinión pública.
“La respuesta humana a la crisis climática está siendo obstaculizada y retrasada por la producción y circulación de información engañosa sobre la naturaleza del cambio climático y las soluciones disponibles”, señala el informe, que fue publicado en junio de 2025 y recopila una revisión de 300 estudios, en su mayoría centrados en Estados Unidos.
Reconocer el cambio climático pero sembrar dudas: cómo ha cambiado la desinformación climática
El informe concluye que el escepticismo estratégico está reemplazando al negacionismo. El negacionismo cuestiona la existencia del cambio climático y la fiabilidad de la ciencia climática.
En cambio, según detallan los autores, el escepticismo reconoce que el cambio climático es real, pero pone en duda su origen humano, minimiza su gravedad y siembra dudas sobre la naturaleza del problema y sobre la viabilidad y eficacia de las soluciones disponibles.
“Socava la evidencia científica sobre las causas antropogénicas y las consecuencias sociales del cambio climático, y fomenta la incertidumbre respecto a la viabilidad y rentabilidad de las políticas climáticas”, indican los autores en un resumen del informe dirigido a responsables políticos.
Existen varios estudios que analizan el escepticismo sobre el cambio climático. Uno publicado en la revista Global Environmental Change habla de dos tipos: el escepticismo epistemológico (niega que exista el cambio climático o que lo provoque el ser humano) y escepticismo sobre la respuesta (niega que las soluciones que se plantean vayan a funcionar).
Que el cambio climático no tiene origen humano es uno de los argumentos más utilizados de los negacionistas del cambio climático, según un estudio publicado en la revista Scientific Reports.
Pero, científicamente, no hay ninguna duda de que el planeta está más caliente hoy que hace 200 años y de que el ser humano es responsable del cambio en la temperatura terrestre y sus efectos asociados. Que el cambio climático es real y está causado por la actividad humana es algo en lo que están de acuerdo, entre otras, instituciones científicas internacionales como la NASA, la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia y las Academias Nacionales de Ciencias, Ingenierias y Medicina de Estados Unidos. Te lo contamos en esta nota de Factchequeado.
El informe destaca que una forma común de desinformación consiste en distorsionar el acuerdo entre científicos sobre el cambio climático y difundir datos falsos o engañosos sobre el problema y sus posibles soluciones. Los autores señalan que esta desinformación busca confundir a la población sobre la realidad del fenómeno, la urgencia que representa y la responsabilidad que le corresponde a cada individuo y a la sociedad en su conjunto.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, las tácticas de desinformación pueden incluir la selección selectiva de datos, la promoción de pseudociencias o la amplificación de teorías conspirativas.
Precisamente el informe concluye que las teorías conspirativas sobre el clima han derivado en ataques contra la credibilidad de los científicos climáticos, especialmente en Internet, donde se usa frecuentemente el término “climategate”, que sugiere sin pruebas que los científicos manipulan datos y engañan al público.
Así lo indica el informe, que cita otras teorías conspirativas como los chemtrails –un supuesto programa secreto de control climático y meteorológico–. “Estos videos conspirativos imitan narrativas científicas con un estilo profesional, por ejemplo, usando términos científicos como geoingeniería, lo que dificulta que el público pueda distinguirlos de videos científicos genuinos y autorizados”, señala.
El cambio climático se ha convertido en un motivo de división en EE. UU.
En el panorama político de Estados Unidos, el cambio climático se ha convertido en uno de los temas más divisivos, según el informe. “Mientras que el Partido Demócrata ha reconocido la urgencia de actuar frente al clima, el Partido Republicano ha utilizado diversas tácticas contrarias, como negar la realidad del cambio climático, desacreditar a científicos y defensores de políticas climáticas, y rechazar soluciones globales al problema”.
Un estudio realizado en 26 países –entre ellos Estados Unidos– revela una brecha en la confianza hacia los científicos climáticos según la ideología política. “La confianza en los científicos del clima es generalmente alta, pero menor entre los individuos de tendencia derechista”, señalan los autores de la investigación, publicada en el Journal of Environmental Psychology.
Los autores del informe del IPIE indicaron que un análisis comparativo de la retórica de ambos partidos mostró que, mientras los demócratas suelen apelar a hechos científicos, los republicanos recurren a anécdotas y narrativas, las cuales pueden ser tanto más persuasivas como más difíciles de refutar.
El informe también concluye que en Estados Unidos la preocupación pública por el cambio climático depende cada vez más de la orientación política que de factores sociodemográficos. Además, destaca que el negacionismo climático está estrechamente vinculado con el apoyo al presidente Trump y que el populismo de derecha refuerza esta postura al fomentar la desconfianza hacia las instituciones científicas.
El papel de figuras políticas en la difusión de mensajes negacionistas
Según el informe, “actores poderosos –como corporaciones, gobiernos y partidos políticos– difunden intencionalmente narrativas inexactas o engañosas sobre el cambio climático de origen humano”.
Basándose en la literatura científica, el informe del IPIE identificó a Trump como un actor clave en la difusión de desinformación sobre el cambio climático en redes sociales. “Ha utilizado las redes sociales para promover narrativas negacionistas, las cuales se amplifican cuando son compartidas por sus seguidores”, indica el informe.
Varios estudios señalan al presidente en este contexto. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Michigan analizó millones de publicaciones sobre el clima en X (antes Twitter), realizadas entre 2017 y 2019, e identificó a Trump como uno de los principales influencers que difundieron y afianzaron desinformación sobre el cambio climático.
Según los autores del informe de IPIE, Trump no es un caso aislado, sino parte de una tendencia más amplia de líderes políticos con posturas contrarias al consenso científico que alcanzan altos cargos.
De hecho, varios miembros del gobierno difundieron desinformación sobre cambio climático y ciencia, como te contamos en esta nota de Factchequeado. Por ejemplo, Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), cuestionó que las acciones del ser humano influyan en el cambio climático: “Creo que la ciencia ha variado al respecto y no se me ha demostrado que lo que estamos haciendo esté afectando el clima”.
La representante republicana por Georgia, Marjorie Taylor Greene, en el pasado ha promovido desinformación y teorías de conspiración al sugerir que los demócratas "controlan el clima" o que algunos incendios han sido provocados por láseres espaciales. Tras las fatales inundaciones en Texas, Greene ha impulsado teorías de conspiración desacreditadas sobre la geoingeniería, utilizando su plataforma como miembro del Congreso para promover un proyecto de ley destinado a prohibir la supuesta “modificación del clima”.
Otro ejemplo sería el del secretario de Energía, Chris Wright, que cuestionó la evidencia de que el cambio climático esté intensificando y haciendo más frecuentes huracanes, inundaciones, sequías y desastres naturales. En realidad, la crisis climática sí está detrás de un aumento de la frecuencia e intensidad de los eventos climatológicos extremos, según las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos. En esta nota de Factchequeado te contamos qué sabemos sobre este aumento de los fenómenos meteorológicos extremos.
Quiénes son los principales impulsores de la desinformación climática
Los principales agentes de la desinformación climática son actores con poder económico y político. Así lo indica el informe, que señala a empresas de combustibles fósiles, partidos políticos y gobiernos. “Estos poderes se han aliado en coaliciones que, en muchos casos, operan sin supervisión ni transparencia pública”, afirman los autores, que destacan que tanto los medios tradicionales como las redes sociales han fallado al público ante el riesgo existencial que representa el cambio climático.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señaló que la desinformación climática “es deliberadamente falsa y se fabrica para engañar a la gente sobre el cambio climático y la acción climática por motivos políticos, financieros o ideológicos”. “La difunden personas u organizaciones con interés en negar o minimizar la realidad del cambio climático y sus impactos”, indicó el organismo, que destacó que “las empresas de combustibles fósiles financian campañas que cuestionan la ciencia climática para proteger sus ganancias”.
El informe revela además que los bots en redes sociales también contribuyen a socavar la integridad de la información sobre la ciencia del clima. Los autores destacan que una proporción significativa de los tuits sobre temas climáticos proviene de cuentas automatizadas: cerca del 25% de las publicaciones en X (antes Twitter) relacionadas con la salida de EE. UU. del Acuerdo de París y el 15% de las generales sobre cambio climático fueron generadas por bots. Aunque muchos bots apoyan el activismo climático, los que promueven el negacionismo son más activos a la hora de iniciar conversaciones con humanos y amplificar voces escépticas, según el informe.
La desinformación puede agravar la crisis climática, según los expertos
“La información engañosa ha socavado la confianza pública en la ciencia climática y otras instituciones sociales clave”. Así lo indica el informe, que señala que “esta crisis de integridad de la información está intensificando y exacerbando la crisis climática”.
“Es un problema grave”, afirmó Klaus Jensen, profesor de la Universidad de Copenhague y codirector del informe del IPIE. “Si no disponemos de información veraz, ¿cómo vamos a votar por las causas y los políticos adecuados? ¿Y cómo van a traducir los políticos la evidencia clara en acciones necesarias? Desafortunadamente, creo que los malos actores siguen muy activos y, probablemente, ahora tienen la sartén por el mango”, declaró a The Guardian. El experto consideró “posible que la crisis climática se convierta en una catástrofe climática, a menos que abordemos el problema de la integridad de la información sobre el clima”.
El resumen del informe para responsables de políticas destaca que las teorías conspirativas profundizan la desconfianza en la ciencia climática y alimentan sentimientos de desilusión e impotencia. “Como resultado, los ciudadanos se vuelven escépticos no solo de las instituciones que trabajan por un futuro sostenible, sino también de su propia capacidad para contribuir de manera significativa al cambio”, señala. La desinformación, según los autores, también tiene efectos a largo plazo, al reducir “el compromiso con las políticas climáticas y el interés en las iniciativas de mitigación”.
“Cuando instituciones confiables –empresas, políticas y medios de comunicación– se convierten en motores de la falsedad, debilitan nuestra capacidad de actuar en beneficio del interés público”, afirmó Sebastián Valenzuela, presidente del Comité Científico y Metodológico del IPIE .
En la misma línea se posicionó Ece Elbeyi, científica consultora del IPIE y autora principal del informe, que aseguró que la desinformación climática “está siendo amplificada por instituciones con el poder de moldear narrativas y suprimir verdades incómodas”. “Mientras estos actores sigan manipulando el flujo de información, las perspectivas de una acción climática eficaz y equitativa seguirán siendo peligrosamente inalcanzables”, comentó.
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