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Circula en redes sociales un video donde la europarlamentaria alemana Christine Anderson, del partido Alternativa para Alemania, expresa: “Toda la locura del COVID, la supuesta ‘pandemia’, fue simplemente una prueba piloto. Una masiva prueba piloto. ¿Y para qué?, se preguntarán. Pues para averiguar qué tan lejos podían llegar”. Además, en otros pasajes más extensos de su testimonio dice que el Foro Económico Mundial orquestó la pandemia, que “nunca tuvo nada que ver con la salud pública” y que, en cambio, su objetivo era controlar la vida de las personas y hacerlas parte de una “masa maleable y sin sentido”. Sin embargo, esto es falso.
Las distintas publicaciones en Facebook fueron compartidas más de 5,000 veces y recibieron más de 100,000 visualizaciones, según los datos aportados por la propia red social.
Las sugerencias de Anderson de que la pandemia tenía el objetivo de controlar a las personas están vinculadas a una teoría conspirativa, que circuló desde la aparición del COVID-19, en la que se esgrime como objetivo un “Nuevo Orden Mundial”, y que hemos desmentido en Factchequeado.
En su artículo “Covid-19 y el ´Nuevo Orden Mundial´: el rol de las teorías conspirativas durante la pandemia”, Maximiliano Campana, doctor en Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Córdoba, Argentina, y becario postdoctoral del Conicet, señala que el “Nuevo Orden Mundial” es una teoría conspirativa que alega que existe una élite secreta y muy poderosa con una agenda transnacional, que conspira para reemplazar los actuales Estados-Nación por un gobierno autoritario global.
Y agrega que “las primeras teorías sobre el ‘Nuevo Orden Mundial’ pueden localizarse a mediados del siglo XVIII con el surgimiento de las primeras sociedades secretas europeas. Desde ese momento, estas teorías se han ido aggiornando a diversos momentos históricos (…). Así por ejemplo, durante la pandemia, figuras como Bill Gates o la Organización Mundial de la Salud han sido acusadas de querer implementar este nuevo orden mundial”.
Además, esta teoría va de la mano con otra similar que es la teoría de la conspiración del “Gran Reinicio”.
Como explicó Chequeado en esta nota, el “Gran Reinicio” es una iniciativa del Foro Económico Mundial -también llamado Foro de Davos- que, tras la pandemia de COVID-19, “busca nuevas ideas para aprovechar este momento único en la historia que ofrece la interrupción de la economía, la política y la vida diaria para catalizar un nuevo enfoque en el funcionamiento de nuestras sociedades”.
Alrededor de esta iniciativa, surgieron varias desinformaciones que se basan en la teoría de la conspiración del “Gran Reinicio”, que sostiene que las élites globales fabricaron la COVID-19 para promover sus intereses y establecer un gobierno mundial al limitar las libertades individuales. Sin embargo, no hay evidencia alguna de que ello haya sido así.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) conformó un Grupo Asesor Científico para los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO, siglas en inglés) que determinó en su último informe sobre el origen del COVID-19, publicado en junio de 2022, que los datos epidemiológicos y de secuenciación del SARS-CoV-2 (el virus que causa COVID-19) apuntan a que este patógeno tiene un origen zoonótico, es decir, que se haya podido transmitir de animales a humanos, y no fue un diseño experimental, como lo explica esta nota de Chequeado.
Para llegar a esta conclusión, el SAGO ha recopilado toda la información científica disponible hasta la fecha de redacción del informe (abril de 2022). No obstante, admite que hay datos clave que aún se desconocen -por ejemplo, no se han identificado los progenitores del virus (sus raíces), sus hospedadores naturales o intermedios (los organismos que lo portaron), o algún evento clave de derrame zoonótico (cuando entran en contacto una población animal que es reservorio de un patógeno con otra nueva que se convierte en huésped)- y sus afirmaciones deben interpretarse como un trabajo en curso, no definitivo.
Por otro lado, el SAGO incide en que no hay nuevos datos para evaluar la hipótesis de que el SARS-CoV-2 surgiese por un accidente o brecha de bioseguridad de un laboratorio. Aún así, se mantienen abiertos a “cualquier evidencia científica que esté disponible” en el futuro sobre esta u otras hipótesis.
A su vez, el informe de la OMS evaluaba otras hipótesis como “posibles”, como un origen zoonótico directo e introducción por productos de la cadena de frío; y “muy probables”, como el origen zoonótico con un huésped intermedio, por ejemplo, el pangolín, el mamífero con el que más se trafica en todo el mundo, según el Programa de las Naciones Unidas.
Una búsqueda en la página oficial de Anderson muestra la promoción de lo que denominan la “3ra Cumbre Internacional Covid”, que se desarrolló del 2 al 4 de mayo de 2023último. El lugar en el que se llevó a cabo fue el edificio del Parlamento de la Unión Europea en Bruselas, Bélgica.
El objetivo de la cumbre señalaba que “médicos, abogados y profesionales de todo el mundo se unieran y discutieran sus experiencias con COVID-19”.
A pesar de que las palabras de la legisladora europea se pronunciaron en el edificio del Parlamento de la Unión Europea con un fondo que contiene la página web oficial del parlamento, no fue un acto avalado por el organismomismo.
El sitio de fact checking estadounidense Fact Check.org, aliado de Factchequeado, también verificó una desinformación vinculada con eal mismo evento, pero asociada al testimonio de otro participante. Allí explica que sólo 5 de los 705 miembros del Parlamento Europeo participaron en esa cumbre, los mismos que participaron en acciones de oposición a las vacunas COVID-19.
Natalie Kontoulis, responsable de Pprensa del Parlamento Europeo, detalló a Fact Check.org en un correo electrónico que la reunión “no fue un evento oficial del Parlamento Europeo” y agregó que “los miembros del Parlamento pueden ejercer su mandato libremente y asumir la responsabilidad tanto de sus actividades como de su contenido”.
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