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No, conseguir un “callo solar” no protege de los daños del sol: es un signo de daño en la piel

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Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas:

  • Contenidos en redes recomiendan conseguir lo que llaman “callo solar”: broncear la piel poco a poco para llegar a prescindir al completo de fotoprotección.
  • El bronceado saludable no existe. El oscurecimiento de la piel es signo de que ya se ha dañado.
  • Aunque una piel más bronceada se quema menos, sigue sufriendo el resto de consecuencias derivadas de la radiación ultravioleta: desde manchas hasta cáncer.
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“Si uno tiene callo solar, puede recibir el sol sin problema, como los animales. No hay ningún animal al que el sol le haga daño”. “El callo solar bien adaptado de estar en el sol todos los días [...] no vas a necesitar nunca más protector solar, que arruinaría tu piel”. “Callo solar” es el concepto al que hacen referencia decenas de videos en redes sociales para referirse a la supuesta ‘preparación’ que debería tener nuestra piel antes de exponerla al sol en los meses cálidos de mayor índice de radiación ultravioleta. Para ello, proponen tomar sol sin fotoprotector paulatinamente e ir poco a poco bronceando la piel para curtirla. 

Según afirman estos contenidos, esto permitiría exponernos al sol sin protección “libremente” y sin riesgos para la salud. No es cierto, la exposición solar sin protección no es saludable: se relaciona con consecuencias que van desde la aparición de manchas en la piel y el deterioro de las proteínas que la forman (fotoenvejecimiento) hasta el cáncer. De hecho, el bronceado, el signo visible de este “callo solar”, es señal de que el sol ya ha producido daño en la piel.

El “callo solar” no “prepara la piel”, empieza a dañarla antes 

Utilizar una cabina de rayos UVA para que el sol ‘no pille a la piel por sorpresa’ lo único que conseguirá es “generar en ella un daño solar, primero con las cabinas de bronceado y luego, además, con la exposición al sol”, explicó la dermatóloga Andrea Allende a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado. Lo mismo ocurre con la exposición paulatina al sol necesaria para crear lo que usuarios en redes han apodado “callo solar”, esa supuesta resistencia o tolerancia a la radiación solar.

Es decir, un mayor bronceado no ejerce una función protectora frente al sol. De hecho, el oscurecimiento de la piel es la forma en que esta intenta defenderse y protegerse del daño que produce la radiación ultravioleta, generando un exceso de melanina, el pigmento responsable de su color y del color del cabello.

“Exponerse al sol o pasar tiempo en cabinas de bronceado preocupa a muchos expertos en salud: daña la piel y aumenta el riesgo de cáncer de piel”, afirma Robert H. Shmerling, editor principal y miembro del Consejo Asesor Editorial del portal Harvard Health Publishing.

Protegerse del sol durante todo el año y sin importar tu color de piel es muy importante para prevenir la aparición de un cáncer de piel, según indican los CDC, encargados del control de enfermedades, y te contamos en esta nota de Factchequeado.

Quemarse menos no quiere decir que no se produzcan daños en nuestra piel 

“Podemos decir que el callo solar existe, pero no quiere decir que sea bueno”, explica en TikTok la dermatóloga Paloma Borregón. El hecho de que la piel se vaya bronceando “ayuda a reducir la formación de eritema (enrojecimiento) cuando nos exponemos al sol”, como explica la farmacéutica y divulgadora Marián García (@boticariagarcia)

Ahora bien, aunque deje de quemarse en algún momento, “sigue recibiendo el daño del sol”, añade Borregón. Esto no sólo aumenta el riesgo de cáncer de piel, “también lo vemos por los signos de envejecimiento prematuro que se manifiestan en nuestra cara”: “Si quieres tener callo solar tendrás más arrugas; más flacidez, porque perderás colágeno; más manchas…”, concluye la dermatóloga.

“No hay un sólo artículo ni sociedad científica que hable del ‘callo solar’ desde el punto de vista médico. Se trata de un invento más relacionado con influencers sin formación académica que buscan notoriedad y likes fáciles, que con la evidencia científica”, indica García. “El bronceado saludable es un oxímoron. No existe”, concluye. 

¿Qué pasa con la vitamina D? 

La fuente principal para conseguir los niveles adecuados de vitamina D de manera natural es la exposición controlada al sol, que ayuda a nuestro cuerpo a sintetizar esta vitamina.

Utilizar protección solar no es un impedimento para que esto ocurra. En condiciones reales, no hay evidencias de que se dé una disminución los niveles de vitamina D por aplicar factor de protección, como explicó a Maldita.es la dermatóloga Sara Gómez Armayones: "Ni utilizamos las cantidades recomendadas por el fabricante (2 miligramos por centímetro cuadrado), ni acostumbramos a reaplicar según se indica (cada 2 horas, después de los baños...)”. La experta afirmó que “realizar actividades al aire libre con barreras físicas (gorras, gafas, camiseta) y fotoprotección suele ser suficiente para absorber la vitamina D que necesitamos".

A ello se suma que existen otras formas de obtener vitamina D. Así lo indica Shmerling, que cita los productos lácteos y suplementos. En esta nota de Factchequeado te explicamos qué es la vitamina D y por qué los suplementos no sirven para todo ni para todos.

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