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¿Qué sabemos sobre los supuestos beneficios para la salud de la hierba ashwagandha? Falta evidencia científica sólida que los respalde

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Si solo tienes unos segundos, lee estas líneas:
  • La ashwagandha, también conocida como ginseng indio o cereza de invierno, es un arbusto de hoja perenne que crece en Asia y África.
  • No hay suficientes evidencias científicas para afirmar con certeza que esta planta sirva para reducir el estrés y la ansiedad o tenga otros beneficios para la salud a finales de octubre de 2022.
  • Consumir grandes dosis de ashwagandha puede causar malestar estomacal, diarrea, vómitos y, en raras ocasiones, problemas hepáticos. 


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La ashwagandha es un arbusto de hoja perenne que crece en Asia y África, según Medline Plus, el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Su nombre botánico es Withania somnifera y también se conoce como ginseng indio o cereza de invierno. Tanto en redes sociales como en varios medios de comunicación se le atribuyen múltiples propiedades beneficiosas para la salud, como que ayuda a reducir el estrés y la ansiedad. Pero a día de hoy no hay suficiente evidencia científica al respecto.

Las evidencias científicas sobre sus supuestas propiedades en la salud son limitadas a finales de octubre de 2022

En Facebook y en varias páginas web (1, 2, 3), a esta planta se le atribuyen múltiples propiedades. Por ejemplo, que sirve para reducir el estrés, aumentar la fertilidad de los hombres, ayudar a personas con insomnio a dormir, reducir el colesterol y la presión arterial, mejorar la memoria, aumentar la masa muscular, destruir las células cancerosas e incluso tratar el COVID-19.

La evidencia científica sobre estas supuestas propiedades es limitada. Algunos estudios realizados en laboratorios y en animales (1, 2) indican que la ashwagandha puede reducir la inflamación y las concentraciones elevadas de azúcar en sangre, así como destruir células cancerosas. Pero algunos de los resultados de los estudios realizados en laboratorios y ratones no se han confirmado en estudios realizados en seres humanos.

Sí hay algunas investigaciones realizadas con un número pequeño de personas que indican que la ashwagandha podría ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Aun así, como concluyen algunas investigaciones, se necesitan estudios más exhaustivos para confirmar estos supuestos beneficios.

El servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos coincide en que hay poca evidencia científica del uso de la ashwagandha como ‘adaptógeno’ (que pueda ayudar al cuerpo a lidiar con el estrés) y destaca que tampoco hay pruebas de que sirva para tratar el COVID-19.

Este es otro de los casos en los que se eleva una planta a la categoría de 'superalimento' (un alimento que, en teoría, aporta numerosos beneficios a la salud). Pero, en realidad, los  'superalimentos' no existen, como señala el Consejo Americano de Ciencia y Salud y ha explicado Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, en varias ocasiones (1, 2, 3).

Ningún alimento, por saludable que sea, tiene la capacidad de mejorar nuestra salud si nuestra alimentación al completo no lo es. En esto el concepto de 'superalimento' es engañoso, ya que hace pensar que determinados alimentos tienen un mayor poder para mantenernos sanos, cuando lo importante es lo que comemos en su conjunto.

De diarrea a vómitos: los posibles efectos de consumir mucha ashwagandha

La ashwagandha está disponible en cápsulas y polvos que se pueden mezclar con alimentos blandos (como yogur o avena), según explican desde MSD Manuals, una web de consulta médica para el público general de la farmacéutica MSD. Se desconoce si tomarla por vía oral a largo plazo es seguro, como indican desde Medline Plus.

Este servicio explica que consumir grandes dosis de la planta pueden causar malestar estomacal, diarrea, vómitos y, en raras ocasiones, problemas hepáticos. Una investigación publicada en la revista Liver International destaca el potencial hepatotóxico de la ashwagandha. Además, si se aplica en la piel, “no hay suficiente información confiable para saber si la ashwagandha es segura o cuáles podrían ser los efectos secundarios”.

También hay que tener en cuenta algunas advertencias y precauciones especiales, según Medline Plus. Es probable que usar ashwagandha durante el embarazo no sea seguro. De hecho, “existe alguna evidencia de que podría causar abortos espontáneos”.

Tampoco hay suficiente información para saber si consumirla es seguro durante la lactancia. “Manténgase en el lado seguro y evite su uso”, sugieren desde Medline Plus. Debido a la falta de evidencia científica al respecto, desde LactMed, una base de datos de medicamentos y otras sustancias químicas a las que pueden estar expuestas las madres lactantes, aconsejan evitar la ashwagandha, “especialmente mientras se amamanta a un recién nacido o un bebé prematuro”.

Esta planta puede hacer que el sistema inmunológico se vuelva más activo, algo que “podría aumentar los síntomas de enfermedades autoinmunes”, como la esclerosis múltiple, el lupus o la artritis reumatoide. La ashwagandha también debe usarse con precaución o evitarse si se tiene una afección de tiroides, ya que puede aumentar los niveles de las hormonas tiroideas.

Además, hay que tener en cuenta que las evidencias al respecto sugieren que podría ralentizar el sistema nervioso central. “A los médicos les preocupa que la anestesia y otros medicamentos durante y después de la cirugía puedan aumentar este efecto. Deje de tomar ashwagandha al menos 2 semanas antes de una cirugía programada”, señala Medline Plus.

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