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Si 2 personas duermen juntas en la misma habitación, ¿por qué es posible que a una le acribillen los mosquitos y la otra se levante prácticamente sin picaduras? Probablemente hayas escuchado que se debe a que la sangre dulce atrae a estos insectos. Pero no es cierto. Los mosquitos no eligen a una u otra víctima por los niveles de azúcar en su sangre, sino por una mezcla de factores que incluyen, entre otros, el olor corporal y el dióxido de carbono que emite la respiración, la sudoración y el movimiento.
No pican los mosquitos, sino las mosquitas
Lo primero que hay que aclarar es que no nos pican los mosquitos, sino las mosquitas. Las hembras necesitan de nuestra sangre y sus proteínas para el proceso de generación y puesta de huevos de los que nacerán sus descendientes, según recogen la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y un estudio publicado en la revista científica PLOS Neglected Tropical Diseases.
La dieta de los mosquitos machos está basada principalmente en néctar de flores y, aunque este les proporciona toda la energía que necesitan, apenas les aporta las proteínas necesarias para la ovogénesis (producción de huevos). De ahí que las hembras tengan una boca diferente a la de los machos que les permite picar a otros animales (a veces, los humanos) y así poder reproducirse con éxito.
Jonathan Day, profesor emérito de Entomología Médica de la Universidad de Florida, explica en The Conversation que alimentarse de sangre es “una parte increíblemente importante del ciclo reproductivo del mosquito”. “Por ello, las hembras están sometidas a una enorme presión evolutiva para identificar posibles fuentes de sangre, conseguir rápida y eficazmente una comida completa y luego abandonar sigilosamente a la desafortunada víctima”, señala.
Los mosquitos usan señales visuales y olfativas para identificar fuentes de sangre
Pero, ¿por qué las mosquitas pican más a determinadas personas? Day explica que la mayoría de las especies nocturnas dependen de señales olfativas o de receptores: “La señal química más importante es el dióxido de carbono que todos los vertebrados, incluidos los humanos, liberan con cada respiración y a través de la piel”.
Para diferenciar las fuentes de dióxido de carbono que no están vivas (como los automóviles o los barcos) de las que sí, “los mosquitos dependen de las señales olfativas secundarias que producen los animales vivos”. Según Day, algunos procesos metabólicos como respirar y moverse generan determinados olores que ayudan a las hembras a localizar a su próxima víctima.
La liberación de dióxido de carbono está relacionada con la tasa metabólica. Así lo indica el experto, que señala que cuanto mayor sea esta tasa, más atrayentes produce una persona. Aunque hay algunos factores genéticos que influyen en ella, también aumenta como resultado de la actividad física.
Las personas que atraen a los mosquitos, según Day, pueden tener una tasa metabólica genéticamente alta o ser más activos físicamente que otros asistentes. También pueden estar realizando otras actividades que aumentan esta tasa, “como el consumo de alcohol”.
La atracción de los mosquitos por los olores puede variar a lo largo de su vida o entre especies, según un estudio publicado en la revista Journal of Chemical Ecology. Estos insectos también aprovechan los olores corporales naturales para seleccionar un huésped.
Por ejemplo, Day menciona que algunos mosquitos de la especie Anopheles (que pueden transmitir la malaria) se sienten atraídos por el olor de los pies. Al alimentarse de esta parte del cuerpo cuando una persona está dormida, “evitan la cabeza, donde se produce la mayor parte del dióxido de carbono, y reducen la posibilidad de despertar a la víctima”.
Además de los olores, estos animales también prestan atención a las señales visuales para identificar una posible fuente de sangre. Como suelen volar cerca del suelo, seleccionan a sus posibles víctimas. La forma en que se viste una persona determinará la cantidad de mosquitos que atrae, según Day, que sugiere que usar colores más claros puede servir para evadir la atención de estos insectos.
Aplicarse repelente y otros consejos para prevenir las picaduras de mosquitos
Las picaduras de mosquitos, además de causar molestias y picazón, pueden hacer que una persona se enferme gravemente. Así lo indican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), que aconsejan usar repelente de insectos para evitarlas.
Esto es especialmente importante al viajar al extranjero para prevenir enfermedades como el zika (que puede provocar fiebre, además de dolor de cabeza y muscular), el dengue (que puede causar fiebres, molestias y, en casos graves, incluso la muerte) y el chikunguña (con síntomas como fiebre y fuertes dolores articulares), que son transmitidas por mosquitos. En Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, han explicado por qué el cambio climático puede incrementar la transmisión de enfermedades tropicales como la malaria o el dengue.
Al elegir un repelente, el usuario debe fijarse en que tenga alguno de los siguientes ingredientes, según los CDC: DEET, picaridina (también conocida como KBR 3023, Bayrepel e icaridina), aceite de eucalipto de limón (OLE), para-mentano-diol (PMD) o IR3535.
La vestimenta también puede servir para evitar picaduras. Desde Medline Plus, el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, aconsejan usar camisas de manga larga, pantalones largos y calcetines. Como los mosquitos pueden picar a través de telas finas, una alternativa sería rociar este tipo de prendas con un repelente.
En el hogar, desde Medline Plus sugieren instalar mosquiteras en las ventanas y las puertas, además de deshacerse de los posibles criaderos de mosquitos que haya tanto en el interior como en el jardín. Para ello, hay que vaciar regularmente el agua estancada de macetas, canaletas, cubos, cubiertas de piscinas, platos de agua para mascotas o bebederos para pájaros.
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